Esta noche en el Bernabéu no habrá un futbolista de blanco más exigido que Toni Kroos. La premisa que justifica esta idea es clara: al igual que los equipos de Jürgen Klopp, el Nápoles de Maurizio Sarri nace, crece y evoluciona a partir de la presión. Es su génesis.
Los napolitanos quieren estar arriba, morder arriba y robar arriba. Y no sólo es que lo pretendan, sino que lo consiguen con relativa facilidad. Sobre todo al inicio de los partidos. Así José Callejón, Lorenzo Insigne, Dries Mertens y, sobre todo, Marek Hamsik pueden disfrutar de un contexto idílico, pues el rival se suele desordenar para poder salir, queda mal parado tras pérdida y el balón siempre queda muy cerca de su portería. La ecuación es perfecta. Sobre todo porque ésta se retroalimenta con cada ataque, ya que la forma que tiene el Nápoles de Sarri de agredir al rival (vertical, directa y con muchos efectivos) favorece a su vez a la posterior presión.
En este circuito hay varias claves. Amen de la identidad colectiva que envuelve al equipo, la cual además casa muy bien con parte de la idiosincrasia napolitana, destaca sobremanera la capacidad para corregir de Koulibaly o el talento para controlar todo de Marek Hamsik. Pero si de presionar hablamos, no hay nada como el sector derecho que conforman José Callejón, Allan y Elseid Hysaj. Para entendernos, se podría decir que el español ensucia los primeros pases, el brasileño muerde todas las recepciones (¡la mayoría de espaldas!) y el albanés se ocupa de cerrar la espalda de ambos, abarcando desde la banda hasta el centro. Y todo esto tiene dos consecuencias. La primera, la más obvia, es recuperar el balón. La segunda, la progresiva, es empujar el juego del contrario hacia la otra banda, pues éste huye de la zona más fuerte para tratar de superar la más débil (con Insigne y Ghoulam). Pero esto, claro, es lo que quiere Sarri: jugar en muy pocos metros. Ahí hay muy pocos equipos más preparados que el Nápoles para robar, lanzar y matar.
La presión napolitana es realmente potente.
Por eso la figura de Toni Kroos cobra una importancia capital en la velada de esta noche. Sobra decir que el Real Madrid tiene muchos más recursos que cualquier equipo italiano para salir, sobre todo porque en el Calcio casi nadie presiona y, por ende, casi nadie tiene una salida a prueba de Sarris. Ahí estarán Sergio Ramos, Marcelo, Luka Modric, Karim Benzema, Cristiano… Recursos no le faltan. Aunque si estuviera Gareth Bale, más que de recursos estaríamos hablando de oportunidades. En todo caso, sea como fuere, el futbolista que suele articular todos estos nombres es Toni Kroos.
No es que Zinedine Zidane haya construido una salida particular que enfoque todo a Kroos, pero para el caso, ante una presión como la que vivirá el Real Madrid hoy, el resultado será parecido: los vigentes campeones de Europa buscarán a su mediocentro más vinculado al primer pase para tratar de sortear el tren que pretende atropellarles. Éste actúa en el lado fuerte napolitano, lo cual no es un tema menor, porque Allan es un especialista en estas lides y Sarri va a lanzarlo presumiblemente contra él, pero la calidad del alemán para bailar con cualquiera esta fuera de toda duda tras el curso pasado. Sus amagues con controles orientados le convierten en un jugador rapidísimo, pues le dan dos metros de margen respecto al rival. Y, entonces, con todo el campo abierto, ya es cuestión de elegir el pase correcto y de acertar con su ejecución, lo cual para el centrocampista alemán suele ser una mera costumbre. La norma.
Cada metro que pierda el Nápoles será positivo para el Real.
Es cierto que sin Bale, como decíamos, todas estas salidas tendrán menos veneno de lo que desearía Zidane. Pero para el Real Madrid la consecuencia de superar el reto napolitano de la presión no es tanto castigar la línea adelantada como ir retrasándola poco a poco, metro a metro, hasta meterla en su propio campo, donde el Nápoles se maneja bastante peor. Y para esto no hay nadie como Kroos.
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Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
Pedro 15 febrero, 2017
algo que el Napoli ha cambiado con respecto a la temporada pasada es su forma de plantear los partidos.Ahora con la adquisicion de la joven promesa Diawara el equipo napolitano es mas versatil y puede alternar facilmente presion y repliegue con igual resultado en cualquier contexto del juego,en sus partidos ante Milan y Bologna ha aprovechado la precision del saque de Reina y del pase largo de Hamsik para poner de cara a puerta a cualquiera de los delanteros.Resultado ponerse en ventaja de dos goles en menos de 10 minutos