Fueron 76 minutos de sometimiento, los que estuvo sobre el césped uno de los hombres de la jornada, Víctor Camarasa. La actuación del centrocampista llegador del Deportivo Alavés resumió a la perfección el nivel que su equipo ha alcanzado en lo positivo y el que su rival está mostrando en lo negativo, un Atlético de Madrid que cada vez que cede la iniciativa y defiende en su campo lo hace para correr de más, descompensado entre líneas, superado en los costados y realizando multitud de esfuerzos individuales para tapar numerosos espacios aparecidos desde el primer momento.
Porque el Alavés no sólo tuvo la pelota, sino que se preparó para tenerla si eso ocurría con frecuencia. El plan de partido se basó en la facilidad con la que los vitorianos encontraban posiciones adelantadas y profundas, aprovechando los problemas que viene teniendo el conjunto de Simeone en defensa organizada: sufre en la zona de pivotes, y las bandas, ocupadas por jugadores ofensivos, son impacientes y discontinuas en la retaguardia. Construída la debilidad visitante, apareció también la claridad local, basada en el propio Camarasa y la primera media hora de Marcos Llorente.
Camarasa y Llorente brillaron en la primera mitad
Puede que fruto de la inestabilidad colectiva, los cuatro centrocampistas rojiblancos, situados en un repliegue, salían a por el poseedor en lugar de esperar guardando el espacio. Ante esta decisión, el Alavés, a través de Camarasa, y Deyverson en la continuación, encontraba posiciones entre líneas para progresar. Koke, Saúl, Carrasco y Gaitán acudían a por el receptor del pase, fuese por fuera o en la medular, lo que fue aprovechado por Marcos Llorente, el iniciador del juego local, para encontrar por dentro a sus puntas, quienes abrían con rapidez a Toquero y Femenía en derecha y a Ibai y Theo en izquierda. Si el Atlético mantenía, las pocas veces, la línea y esperaba, el propio Llorente conducía para atraer vigilancias e instalar a su equipo arriba.
Entre estas dos situaciones de juego se fue conformando el choque, que dejó al Atlético sin robo ni altura defensiva propicia para contragolpear. La zaga alavesa acompañaba dicha profundidad en sus puntas para subir línea y reiniciar ataques con suficiencia. Si bien el encuentro vio al equipo de Pellegrino irse a grandes porcentajes de posesión, su ataque siempre gozó de espacios, por el contexto explicado y por la extraordinaria puntualidad en todos sus movimientos del ya citado Camarasa, enérgico y preciso en la llegada, siempre dañino para mostrarse omnipresente y dar superioridad en la banda de Toquero sobre Filipe Luis, en el área con Deyverson y en el medio con Llorente y Manu García. Un comodín que puso patas arriba Mendizorroza en el momento de su marcha.
El Atlético de Madrid sufrió mucho en tareas defensivas
En la segunda mitad, el guion no cambió demasiado. El Atlético fue incluso más superado con el pasar de los minutos, pues Theo Hernández comenzó a cabalgar por izquierda y el balón directo sobre Toquero y los puntas, y su posterior prolongación, sumó una nueva vía de peligro para los suyos. Sólo hubo empate en el marcador pues en uno de sus mejores partidos de la temporada, el Alavés de Pellegrino terminó de consagrar su magnífico nivel futbolístico.
Foto: David Ramos/Getty Images
Andrés 29 enero, 2017
Se me hace ya imposible no pensar que el climax del proyecto de Simeone ya pasó, y ahora es el declive.
Hay algo que de seguro pocos comentan y comparten, pero es que aparte de las 2 finales europeaz perdidas ante el Madrid, yo creo que el repaso que les dio Guardiola en las semis pasadas si que dejó huellas negativas en este grupo, creo que incluso, eso se notó en la final de Milán.
Tanto como imposible no diría, porque al final me sigue pareciendo que tras Barça y Madrid tiene los mejores jugadores, pero sí que pienso que el Atletico precisa de una de las mayores resurrecciones a nivel de juego de un equipo que yo haya visto no ya para ganar algun titulo, sino de hecho para competir por alguno