Simeone siempre ganó en Ipurúa. Las tres visitas de su equipo en las tres temporadas que los armeros suman en Primera han estado marcadas por su completa adaptación a las condiciones, su escenario y su rival. En el día de ayer no fue diferente, recuperando la versión de un Atleti que no sólo espera sino que, por momentos, necesita que el encuentro discurra por dónde lo ha previsto. Dicha maniobra lo alejó de dominar el partido a través del balón, algo que aprovechó el Éibar para someter con el cuero a los rojiblancos, quienes durante varios tramos del choque apagaron más fuegos en el área que en todo lo que se sucedía antes de llegar a ella.
La alineación, las palabras previas y posteriores y lo acontecido en el césped refleja el partido que jugó y quiso jugar el conjunto del Cholo. Uno de mucho juego aéreo, gente en las áreas, multitud de saltos -Giménez, Godín, Savic, Saúl, Torres- y poquísima elaboración, con José María de mediocentro, la medular compuesta por cuatro centrocampistas -hecho casi esencial en el ciclo del argentino pero prácticamente inédito en esta temporada- y el deseo de no tomar riesgo alguno, simplificando todas sus tareas con la pelota. Un botón como muestra: su mediocentro, el mencionado Giménez, dio 28 pases buenos en 90 minutos, cuatro de ellos en campo contrario; por contra, obró siete despejes dentro del área. José María explicó bien el partido que jugó su equipo, que parece dirigirse hacia planteamientos más relacionados con la reacción y la espera.
Giménez ejerció casi de tercer central en el campo del Éibar
Anunciadas las novedades de entrada, sigue lo que no lo fue, el juego del Éibar de José Luis Mendilibar, que no sólo supo darle ritmo a sus jugadas, sacar partido del juego trabado y convertirlo en circulación y hacerlo por la banda que el hielo había cubierto, sino que terminó por mezclarlo todo, pasar al ataque y ser notablemente profundo. Es un hecho que los vascos juegan muy bien en campo contrario, y así volvió a suceder ante uno de los grandes del campeonato. En base a la figura de Inui y su gran estado de forma, el Éibar ataca especialmente bien por bandas, pero no lo hace desde el 2×1 más funcional, sino utilizando a su mediapunta y su segundo mediocentro para asociarse o equilibrar los movimientos del japonés. Con Adrián moviéndose en diagonal, desde el centro hacia la cal para darle el centro al nipón, Enrich en apoyo para ganar lo más directo, Luna leyendo la jugada para crear superioridad y Dani García subiendo un escalón para recibir y abrir hacia el costado de León, el conjunto local pasó a dominar la segunda jugada y formar multitud de centros al área y saques de esquina.
Como en otras muchas ocasiones de temporadas anteriores, Simeone ordenó a su mediocentro ser un pilar más en el área siempre que el balón llegara a banda. Si el cuero era tocado por dentro, Giménez se colocaba en la segunda línea, si la pelota ganaba espalda de laterales, el uruguayo poblaba el área para cabecear -la posición media del charrúa le situó, en el cómputo global, a la misma altura que Savic y Godín (ver gráfico). Fue la misión que resumió bien la primera mitad, en la que hasta el propio Simeone reconoció la inferioridad de su equipo. El Atlético no pudo frenar al Éibar en los dos primeros tercios y siempre fue más numeroso rodeando a Miguel Ángel Moyá, lo que negó posibilidad de atacar a los suyos, que dispararon cero veces a puerta en toda la primera mitad.
Inui fue el hombre que articuló los ataques elaborados del Éibar
En la segunda, el gol de Saúl Ñiguez transformó por completo el encuentro, que pasó a ser mucho más igualado. Si bien el Éibar activó su juego más enérgico, pasando del templado al caliente, con mucha presencia en el área y en las bandas, el Atlético logró pertrecharse y resistir, y aprovechando que el Éibar había desnudado su centro del campo para atacar por todos lados, enlazar una contra en la medular y salir después por banda. Ello legitimó su contragolpe tras el 0-1, Simeone dio entrada a Kevin Gameiro y cerró un partido que recupera el discurso de temporadas anteriores.
Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images
Andrés 8 enero, 2017
La pregunta para mi es ¿teniendo un peor nivel defensivo que en su climax, puede el Atletico seguir compitiendo jugando asi cuando se enfrente a los mejores equipos?