Gerland acogerá el primer gran examen de la temporada sevillista. El primer proyecto de Jorge Sampaoli en Nervión se jugará su pase a octavos de Champions en casa del Olympique de Lyon, después de caer ante la Juventus de Massimiliano Allegri, en un encuentro que no discurrió por los cauces por los que suele discurrir un duelo en el que a los 35 minutos uno de los contendientes queda en inferioridad numérica. Porque por lo visto desde el 35′ al 83′, el Sevilla apenas sintió el aliento del campeón italiano. Y del 1′ al 35′, la historia fue incluso más significativa, pues los hispalenses dominaron el choque con la solvencia que vienen mostrando toda esta temporada.
Un Sevilla que incluso abandonando su consolidado sistema de tres centrales, mostró una solidez y un control de partido realmente importantes. Porque si bien el gol de Pareja no fue consecuencia del juego previo, los de Sampaoli marcaron el rumbo del choque en la primera mitad. Si presionaban arriba, desnudaban las carencias de la Juve, mientras que con la pelota, en salida o en circulación, elegían el ritmo hacia su mayor beneficio. El técnico argentino adelantó a Mariano y alineó a Iborra junto a N’Zonzi, en una nueva decisión adaptada a un posible duelo de centímetros y de disputa en mediocampo.
El Sevilla dominó del 1 al 35′ y del 45 al 60′
Allegri, por su parte, visitó el Ramón Sánchez Pizjuán con la necesidad de ganar para ser primero de grupo, y ante las bajas de Dybala, Higuaín, Barzagli y Chiellini -reservado por molestias, aunque terminó jugando algunos minutos-, decidió intentarlo por fuera. Evra y Alex Sandro, y Alves y Cuadrado, representaron la principal amenaza de los turineses en la primera mitad, un cuarteto que sólo pudo traducir su poder de atracción gracias al gran momento de Sami Khedira. El alemán fue el jugador que supo darle utilidad al juego exterior de su equipo, pues una vez la Juve, escasamente creativa por dentro, recibía en banda, era Sami quien llegaba con peligro desde atrás, descolgándose casi sin mirar al balón, por imperativo; también cuando se buscaba juego directo con Mandzukic.
El choque transmitía una total sensación de control local. Pero una vez Vázquez vio la segunda amarilla, Sampaoli se fue al vestuario y armó otro partido de 45 minutos y 10 contra 11. Sabedor de que las fuerzas y la concentración no daban para competir toda una segunda mitad en defensa organizada -la Juve había empatado en el último minuto, y sólo necesitaba un gol más-, Sampaoli salió en tromba desde el 45′ al 60′. Presionó arriba durante 15 minutos, lo que daba el fuel, buscando el segundo gol. Lo hizo con los dos mediapuntas más autónomos y físicos de su plantilla: Vitolo y Sarabia, que entró tras la reanudación, más la ayuda de Escudero. El movimiento, tanto táctico como de piezas, fue brillantísimo por parte del argentino, que a punto estuvo de celebrar como la idea tenía su recompensa.
La Juve no consiguió crear ocasiones hasta el gol de Bonucci
Junto a las carreras de Sarabia y Vitolo, N’Zonzi se sumó para dar pases en campo contrario, resaltando la inoperancia de una Juventus que ni siquiera mostró iniciativa y plan para crear una ocasión. Pjanic, en tierra de nadie, y Alves, en soledad y sin hombres cercanos con los que asentar una posesión, no pudieron meter a la Juve arriba. Ello sucedió cuando el plan sevillista pasó al modo resistencia: media hora de repliegue muy bajo, que hincó la rodilla en un rechazo que Bonucci cazó a bote pronto para lograr la victoria. Fue una noche extraña, que da el liderato a la Vecchia Signora y que deja al Sevilla demostrando que tanto su fútbol como su entrenador están a la par.
Foto: JORGE GUERRERO/AFP/Getty Images
Arroyo 23 noviembre, 2016
Revisionado el partido: afianzadas las sensaciones de la primera mitad, con un Sevilla muy tranquilo y sereno, e increíble sorpresa con lo que hace Sampaoli del 45' al 60' que he expresado en el penúltimo párrafo. Esos 15 minutos de presión mas 30 de resistencia, premeditados y planificados una vez se queda con 10, y habilitados por Sarabia, Vitolo, Escudero y N'Zonzi… de verdad, maravilloso Sampaoli. Absolutamente extraordinario.