Desde hace ya varias temporadas, una de las fases del juego que ponen en más problemas a los equipos de La Liga es la presión tras pérdida del Athletic Club de Ernesto Valverde. Hace apenas siete días, la bienintencionada Real Sociedad de Eusebio fue arrasada en San Mamés por la potencia física, emocional y táctica de los leones a la hora de ir hacia adelante. Sea como fuere, Zidane no necesita recurrir a partidos contra otros equipos para trabajar el encuentro de esta noche. Hace diez meses, en uno de sus primeros partidos, el entrenador francés vio como la presión del Athletic sacaba a relucir varios de los problemas que perseguirían al Real Madrid hasta abril.
Con Eraso como mediapunta, Aritz Aduriz como delantero y la línea defensiva a cuarenta metros de Gorka Iraizoz, el Athletic convirtió la primera parte en un continuo balón en largo de Keylor, recuperación visitante y posterior pase de Beñat. Los de Valverde estaban dominando al Real. No obstante, hay que recordar que, en aquel momento, el vestuario madridista seguía sin confianza (Varane), no estaba aún adaptado a la idea del técnico (Keylor), tenía a varias piezas capitales a un nivel muy bajo (Ramos) y además contaba con la lesión de Marcelo, lo cual le obligó a realizar ciertos ajustes (Carvajal). Dicho esto, el encuentro lo ganó el Real Madrid. Y no sin justicia, pues dos de sus mejores futbolistas, junto a una decisión de su técnico, convirtieron la inferioridad táctica en ventaja técnica.
Toni Kroos por un lado, bajando a recibir y dando un auténtico recital de primeros toques para batir la presión visitante, y por el otro Cristiano Ronaldo, completamente abierto a la banda izquierda para sacar de posición a Etxeita, a quien abrasó, le hicieron pagar el peaje al Athletic. Los de Valverde, insistimos, habían presionado muy bien. Habían llegado a dominar. Pero es que, además de que su sistema tenía un par de fugas, el Santiago Bernabéu «es así».
Hoy el reto será el mismo. Pero a la vez diferente.
Ahora, diez meses después, han cambiado muchas cosas. El Real Madrid lleva ya tiempo trabajando con Zidane, tiene la confianza propia de un vigente Campeón de Europa y, por ende, su salida de balón hace tiempo que ha dejado de ser un problema. Sobre todo si están Marcelo y Ramos sobre el césped. El Athletic, por su parte, ha encontrado en la figura de Yeray la penúltima pieza de su puzzle, la cual está sellando la fuga que demostraban tener los de Valverde una vez el equipo rival sobrepasaba la presión de San José y Beñat.
Es decir, ambos equipos son mejores y tienen más recursos que los que ya propiciaron un gran partido a comienzos de año. Pero, aun con eso, por las circunstancias no parece nada descartable que se vea un encuentro parecido en la forma y en el fondo. Mientras la ausencia de Ramos y Modric vuelve a cargar de responsabilidad a Toni Kroos, la baja de Yeray Álvarez complica -y mucho- al Athletic la posibilidad de taparse los pies y la cabeza a la vez. Más si cabe cuando, además, en el Bernabéu tampoco estarán De Marcos y Aduriz.
La BBC puede encontrar un escenario muy favorable.
El partido de hoy, por tanto, no deja de ser una reválida similar para ambos equipos. El Real Madrid, sin dos de sus piezas que resuelven problemas con su simple presencia, deberá probar su mejora táctica en salida ante una de las presiones más fuertes de Europa. El Athletic, más lastimado, no sólo tendrá la opción de probar la mayor amplitud de su plantilla respecto a la de años anteriores, sino que también podrá demostrarse a sí mismo el poder de su estructura. Sin De Marcos, Yeray o Aduriz ganar les queda mucho más lejos, pero poner en problemas al Madrid de Zidane sigue estando a su alcance. Y, a partir de ahí, ya será cosa de Kroos y de la BBC.
Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
roumagg 23 octubre, 2016
Muy importante el desempeño de la BBC. Como siempre, claro, pero más aun si el Athletic decide presionar arriba. En ese partido que comentas, justo antes de los Octavos de la Champions, se comenzó a ver ya al Cristiano de Zidane, que se mantuvo hasta la segunda lesión de mayo, con el bache anímico que supuso Benítez ya superado y una mejora física evidente. ¿Lo veis capaz de repetir una actuación así? Ahora mismo, yo creo que está incluso mejor que en ese momento (o lo va a estar en una semana), pero está muy extendida la opinión de que está mal y que le queda mucho (incluso que resta, se llega a leer). ¿Qué se opina por aquí? Lo que no ha cambiado mucho con respecto al año pasado son los problemas de Keylor para ayudar a sacar el balón jugado cuando el rival presiona arriba. No sé si es una consigna de Zidane, pero arriesga lo mínimo con el pie y recurre al balón largo ante la mínima dificultad.