A José Luis Mendilibar se le ha solido encuadrar como a un técnico defensivo perteneciente a la vieja guardia del fútbol español, pero lo cierto es que esto respondía más a un análisis superficial de lo que no era como entrenador en vez de a un análisis más profundo de lo que en realidad demostraban ser sus equipos. Es decir, Mendilibar no apostaba por la pelota como medio de control, pero tampoco lo hacía por una idea más conservadora, como puede ser un repliegue más contragolpe. La suya era una tercera vía, más propia del fútbol alemán o incluso del inglés, en la que pese a no anhelar el dominio del cuero, buscaba pasar el mayor tiempo posible en campo rival.
Lo vimos en Pucela, en El Sadar e, incluso, con el Levante, pues a modo de contraste resultó muy evidente cómo su estilo chocó con el que imperaba en el Ciutat. Sea como fuere, lo exhibido durante el año pasado en Ipurúa fue la confirmación definitiva. Por nivel y por contundencia. Su Eibar completó una temporada más que notable a partir de un estilo muy definido: ritmo altísimo, línea adelantada, presión fuerte, fútbol vertical… Y siempre, por supuesto, en campo rival. De ahí que entre los jugadores que protagonizaron varios de los tramos más destacados de la temporada estuvieran Escalante (yendo hacia adelante), Keko (gestionando el ritmo) o Borja Bastón + Sergi Enrich (iniciando la presión y atacando el punto de penalti).
El Eibar 2016/2017 está cambiando su registro.
Así ha sido siempre Mendilibar. Es su sello de identidad. Y además es muy reconocible en la Liga, pues quizás solamente el Athletic de Ernesto Valverde se asemeja a él. Sin embargo, en el inicio de esta temporada estamos viendo algo bastante diferente. Se mantiene la intención de jugar mucho en campo rival, eso es innegociable, pero la forma en la que se pretende lograr esto es prácticamente opuesta a la del año pasado. Ahora el Eibar quiere más balón, marca un ritmo bastante más bajo y, por ende, hay menos ida y vuelta. Sobre todo fuera de casa, como pudimos comprobar en el RCDE Stadium.
¿Por qué está tomando este camino el técnico de Zaldívar? Sea causa o consecuencia, lo cierto es que los fichajes de Pedro León y de Fran Rico se antojan fundamentales a la hora de construir esta idea. Por un lado, el centrocampista gallego está sirviendo como tercer apoyo para Gálvez y Dani García, que está espectacular, de manera que tanto para la salida como para asentarse en campo contrario el Eibar tiene dos referencias de mucho toque y jerarquía. Y por el otro, la figura del murciano está erigiéndose en el centro neurálgico del circuito asociativo armero. Allí el Eibar se para y avanza, beneficiándose también del talento para subir, fijar y soltar de Ander Capa, un lateral con alma de extremo y cosas de volante.
Con todo esto, unida a la prestancia de otros futbolistas como Takashi Inui, el Eibar ha encontrado una forma diferente de dominar el mismo espacio, cosa que llegó a conseguir hasta en el Santiago Bernabéu. A fin de cuentas, para Mendilibar, la tercera vía del fútbol español, no parece tan importante el cuándo como sí el dónde.
Foto: Denis Doyle/Getty Image
Abel Rojas 25 octubre, 2016
Esta vez me va a tocar diferir un poco con Quintana.
Coincido totalmente con que la llegada de Fran Rico está provocando un cambio de estilo. O por lo menos, matizaciones importantes con respecto a lo anterior. Me parece que es un tema claro. Sin embargo, yo no soy tan optimista. Me parece que la mejor versión del Eibar sigue siendo la agresiva-presionante, la que se distrae poco con la pelota. Y de hecho creo que en el Bernabéu fue mejor que el Madrid justo cuando la sacó a pasear.