De entre todas las historias que Simeone viene construyendo como dueño del banquillo en el que se sienta desde enero de 2012, la del Vicente Calderón en la Copa de Europa es seguramente una de las más formidables. Cada capítulo, escrito y narrado con puntual mimo, describe a sus protagonistas con conciencia propia de lo sucedido en el capítulo anterior. Como si no pasara el tiempo para algunos de ellos, todos recuerdan cómo se sintieron en el último precedente, y como cada uno de estos siempre fue extraordinario, cada personaje vuelve a exhibirse, sea cual sea el contexto, el rival, el momento de forma. Los jugadores conectan con su yo más inspirado y trasladan desde allí hacia el presente lo que, por ejemplo, pudo verse ayer en el Manzanares. Más de la mitad de los titulares rojiblancos merecerían un artículo propio, mientras que para enlazar con lo que fue el duelo entre el Atlético y el Bayern debe concluirse con que en dicho escenario, y como norma, los rivales juegan peor de lo que saben.
Explicada por el técnico argentino la primera intención de importancia en el encuentro, relacionada con las figuras de Alonso y Vidal, toca leerla de manera literal: «Nosotros buscamos tapar con Fernando (Torres) a Alonso, y Griezmann volcado a nuestra derecha para la primera salida de Vidal, que son los que ofrecen juego a los puntas y las subidas de Alaba. X. Alonso quedó desconectadoTratábamos de encerrarlos en base a este trabajo, con Fernando, Griezmann y los medios. Por el otro sector sabíamos que íbamos a sufrir pero que cuando recuperásemos íbamos a tener espacio por delante para correr». Aunque no sufrió en ocasiones y dominio, y como si supiera que Carrasco, muy despistado en materia defensiva, colaborase negativamente en ello, sucedió tal cual. El trabajo de los puntas, muy basculados hacia el vasco y el chileno, permitió al Bayern abrir por completo a Lahm en la derecha, ‘el otro sector’, quien gozó de numerosas recepciones en ventaja que señalaban a un Atlético enfocado en que Alonso no juntara a los suyos con facilidad. Sólo la poca claridad y determinación del triángulo Thiago, Lahm y Muller libró a los rojiblancos de un sufrimiento extra. Para rematar el argumento del Cholo -una trampa a su favor-, efectivamente, la subida del capitán bávaro y la superioridad de Carrasco y Torres en el lado de Thiago, permitió salir y correr a los locales.
Torres y Griezmann taparon con acierto a Alonso y Vidal
Para lograrlo, y antes de quedar completamente bloqueado por su desacierto técnico, Torres justificó su titularidad, a la postre decisiva en la primera mitad por su capacidad para chocar con Boateng y Martínez y conceder un balón de cara a Griezmann y Carrasco. De cada salto y cuerpeo surgió una oportunidad para correr o juntar al francés con Koke cuando el Bayern ganaba altura con su posesión, deficitaria por la elección que tomó Carlo Ancelotti. Gabi, crucial en la presiónEl técnico italiano quedó huérfano de regate e intentó construir un partido favorable a través de la circulación de balón, que ante el Atlético de estas noches ha de ser prácticamente supersónica para someterlo. Para compensar el trabajo colchonero sobre Alonso, Ribery jugó en todo momento como apoyo escalonado y nunca como extremo. En posiciones exteriores, Alaba y Lahm, en la clásica disposición en la que los hombres de banda ceden la cal, poniendo centros al área como opción más repetida. El Bayern añoro un uno contra uno diferencial y sólo el duelo puntas contra centrales en el área podría marcar diferencia a su favor, pues la mencionada basculación sobre el costado de Alaba dejaba el lado de Müller como el más débil para los locales, siempre bien defendido por Filipe Luis clausurando el segundo palo y las ayudas de los pivotes.
Con el paso de los minutos el Atlético interpretó que estaba llegando antes a cada pelota; ganaba metros, disputas, creaba dudas en la transición defensiva alemana. Y con toda esa información dio un paso adelante. Desde el minuto 20 aproximadamente habilitó su presión adelantada y la hizo sostenible gracias a actuaciones individuales que vinculan a cada pieza con una confianza a prueba de bombas. Uno por uno, y cada uno con sus misiones: Gabi y Koke inspiradísimos en el toque y la construcción, Juanfran y Filipe en cada incursión, por solitaria que fuera, y Godín y Savic, anulando la salida bávara y ganando a Lewandowski en cada lance, volcaron el choque hacia el ritmo que les interesó. Como sombras alargadas, todos superaban a su par en anticipación, lectura y piernas. Cada salida rojiblanca iba contando menos minutos entre una y otra, goteando transiciones que dejaron entrever los problemas de Alaba y Javi Martínez para defender a campo abierto y en las inmediaciones del área de Manuel Neuer. Aunque aparentemente más silencioso, Griezmann fue una vez más complicadísimo de contener para un Bayern muy necesitado de una recuperación inmediata y una pérdida de máxima calidad.
El Bayern nunca pudo desbordar a un brillante Atlético
Como suele ocurrir en su feudo, el 1-0 cayó por la fuerza de la gravedad. Sea por un detalle ofensivo o por dominio del encuentro, como así fue en la noche de ayer, el marcador corrió a favor del último finalista europeo, y en contra del campeón germano. En la reanudación, ningún cambio visitante – Kimmich, Robben, Hummels- inquietó el muro defensivo de su oponente, dispuesto ya a defender muy abajo por el desgaste físico. El Bayern careció de soluciones en posicional y fue muy superado en ritmo y duelos cuando intentó correr. Como colofón, y para complementar la fortaleza de su defensa organizada, Simeone dispone de un hombre llamado Filipe Luis, un tipo que trabaja los costados del rival como un boxeador, entrando por dentro, picoteando jugadas de riesgo sin que nadie pueda quitarle la pelota, provocando un penalti, enhebrando regates e insuflando aire a un contragolpe complicado. Puede que no fuese más que Gabi, Juanfran, Koke o Savic, pero en esos momentos siempre parece el mejor jugador posible para hacer exactamente eso, inventarse un posible 2-0 cuando las fuerzas parecen acercarse al 1-1.
Foto: JAVIER SORIANO/AFP/Getty Images
Andrés 29 septiembre, 2016
Luego se habla mucho de la plantilla del Munich, pero muy poco de la del Atleti y mucho de Simeone, y se olvida que este ultimo, tiene uno de los mejores equipos de Europa.Koke,Godín,Filipe Luis,Griezmann son todos un nivel de futbolista que el Bayer no tiene, o por lo menos no tiene tantos.Luego se habla mucho de Lewandowski, pero a mi honestamente no me parece "ese tipo de jugador".
Es más que obvio que Simeone prefiere la sangre de Torres en las noches grandes y me parece algo muy muy dificil que el Cholo renuncie a eso, a menos que Gameiro tenga una explosion de esas….Ayer Savic supera su antiguo nivel…