Nunca se sabrá qué habría pasado, pero la previa del FC Barcelona-Atlético de Madrid de esta noche estaba teniendo por noticia la posible suplencia de Javier Mascherano en favor del lesionado de última hora Samuel Umtiti. Es difícil decir si «El Jefecito» ha logrado o no ser una leyenda del club en estos tiempos tan galardonados, pero desde luego oposita a ello y eso ya dice mucho. Durante años, este épico mediocentro reconvertido a central ha sido una suma constante en el día a día del Barça con cualquiera de sus cuatro entrenadores, con la única pega de que ha sufrido dos situaciones que nunca ha podido controlar: el duelo personal contra el ariete madridista Benzema y el juego directo de Simeone hacia el espacio comprendido entre el propio Mascherano y el lateral izquierdo Jordi Alba. Hay que esgrimir que, a tenor de lo visto en Umtiti en partidos como la Final de la Eurocopa o su primera visita a San Mamés, no existe ninguna garantía de que él fuera a sobrevivir a estas pruebas mejor que su compañero -de hecho, lo que surgen son dudas-, pero en cualquier caso, el hecho radica en que la sempiterna pareja de Piqué volverá a enfrentarse a una de sus peores pesadillas. ¿O no?
Los cambios del Atlético, en teoría, benefician a Mascherano.
El Atlético de Madrid perdió a Diego Costa, no consiguió consolidar a Mandzukic, dejó partir a Raúl García, falló en el fichaje de Jackson Martínez y, a saber, ha pillado a Gameiro para sentar definitivamente al Niño. En estos momentos, la única torre de su ataque está representada por el joven Saúl, por lo que la salida más natural para Simeone sería hacerle un aclarado en la zona de Alba para forzar un uno contra uno, en lugar del usado dos contra dos que implicaba a Mascherano y que tanto rédito le significó en las dos ocasiones en las que eliminó de la Champions al usualmente imbatible Leo Messi.
En este escenario alternativo, y aún por confirmarse porque siempre cabe la posibilidad de que Simeone vuelva a tirar de Torres y reserve a Gameiro un rol de revulsivo en el que sabe desenvolverse de lujo, Mascherano encaja mejor. Administrar los espacios abiertos, que es lo que buscaría construir el Atlético entre él y su lateral, ha sido su especialidad desde el principio de los tiempos, si bien rara vez se ha medido a un futbolista del calibre de este Griezmann de hoy porque no es habitual que alguien tan talentoso se te cruce justo en su hora de mayor inspiración. Así que en este sentido, la prueba para Mascherano entra dentro de lo asequible pero le exigirá muchísimo y revelará información sobre su estado de forma vigente: Antoine le va a pedir aquello que sí tiene, pero podría ser una de las primeras veces en su carrera en las que alguien derrotase al Jefe en su propio terreno.
Foto: JOSEP LAGO/AFP/Getty Images
vi23 21 septiembre, 2016
Nadie piensa en digne o mathieu para cortar la sangría del sector izqyierdo?