En muchos sentidos, el partido siguiente al primer parón de Liga provocado por los diferentes compromisos de selecciones, puede resultar para los equipos algo así como un cortafuegos entre dos primeras jornadas a modo de preludio y un reinicio a partir de la tercera. Exactamente a eso aspiraban ayer el Celta de Eduardo Berizzo y el Atlético de Diego Pablo Simeone, tras un arranque liguero no demasiado satisfactorio. Uno de los dos lo consiguió. Los del Cholo recuperaron el calor del resultado, algunas de las señas de identidad que más le gusta ver cuando se mira en el espejo y al futbolista que en las malas, en las buenas y en las de en medio, deberá ser su bandera. Antoine Griezmann ondeó en el ataque colchonero, mientras el Celta, aprendiendo todavía a echar de menos a Nolito, extrañó tener a alguien más veraz junto a Iago Aspas. Al de Moaña le tocó serlo todo.
Sin Guidetti ni Orellana, al ataque del Celta le faltó pegada.
El Celta tenía las situaciones, pero no dañóEl desarrollo general del partido tuvo como línea argumental más o menos sostenida a lo largo del mismo unas cotas de intensidad y agresividad en la presión, por ambos bandos, que no por esperadas dejaron de definir el duelo. El ritmo alto y de alternativas, como arma de doble filo, favoreció las imprecisiones pero también la aparición de unos espacios que además ambos equipos buscaron agrandar, teniendo mucho que ver en ello el uso que le dieron a las bandas. Por parte de los locales, el comportamiento de Bongonda y Señé fue asimétrico, fijándose el primero abierto a la izquierda para estirar a Juanfran, y trasladándose al centro el segundo, formando por momento una doble punta con Aspas y dejando el carril derecho celtista para las apariciones de Hugo Mallo desde el lateral o de Daniel Wass desde el interior. Así pues, la sujeción de los dos carriles y la presencia en el área de Señé, permitieron a Iago una mayor participación y libertad para abandonar la punta. En ausencia de otros, a menudo tenía que ser él, secundado por Pablo Hernández, quien con sus apoyos, toques y desmarques diera continuidad y fluidez a la jugada de ataque, pero su trabajo en estas tareas se topó con que, sin él culminando las jugadas, a la delantera viguesa le faltó intimidación.
El Atlético, por su parte, inició dando una preponderancia absoluta a la banda izquierda de su juego. Koke -ayer acompañante del mediocentro-, un de nuevo omnipresente Filipe Luis y Ferreira Carrasco, se encontraban en el mismo sector, y tanto las combinaciones de los dos primeros como los arranques más individuales del tercero, desplazaron claramente el eje. El español y el belga, de hecho, en no pocas ocasiones terminaron por intercambiar zonas, arrastrando el extremo a Mallo hacia el centro y con el organizador rojiblanco como brújula desde la banda. Se extrañó en este tramo, quizás, más presencia por la orilla contraria de Juanfran con tal de aprovechar el vaciado del carril derecho, pues en los primeros compases sólo el fútbol y la exuberancia física de Saúl amenazaron el lado débil. Por eso, el intercambio que mediado el primer tiempo se produjo entre los perfiles de Torres y Griezmann tan bien le hizo a los visitantes, pues el francés, inicialmente enfocado al lado fuerte, empezó a disfrutar de la frontal prácticamente a su antojo.
En el segundo tiempo, se jugó a lo que quiso Simeone.
S. Savic estuvo sobresalienteEl juego, poco a poco, iba cayendo del lado rojiblanco, y Simeone lo reforzó en el descanso subiendo la presión atlética. Los dos puntas, que antes trabajaron más sobre Radoja y Wass que sobre los centrales, fueron a por los zagueros, el mediocampo anticipó sobre las recepciones de los centrocampistas rivales y tanto Godín como Savic salieron sobre cualquier balón filtrado al entrelíneas. Todo el Atlético defendió mirando hacia Sergio Álvarez y como ahora lo hacía varios metros más cerca de él, anudar la transición ofensiva a la defensiva le resultó mucho más fácil. Trasladado el juego a la mitad de campo que custodiaban los locales, la iniciativa rojiblanca se dispuso a sacarle todo el jugo a tres situaciones tan concretas como golosas que le sonreían ampliamente.
La primera fue la explotación del carril derecho, que ahora, con Juanfran más suelto y empezando el lateral a correr desde más arriba, convirtió la banda en una autopista que Jonny no acertó a tapar. En el área, esperaba la segunda, pues ni Sergi Gómez ni especialmente Cabral y Sergio Álvarez eran capaces de mandar en su zona, ante un Griezmann de nuevo más cercano a la izquierda que entraba imponente al remate viendo al centro llegar de cara. Relacionada con esto, la tercera ventaja atlética tuvo que ver con la dificultad de algunos celtistas para seguir las marcas individuales cuando la segunda línea amenazaba. En concreto Wass, emparejado con Koke, no le pudo seguir el ritmo, y el madrileño apareció más de una vez libre en una área ya de por sí vulnerable. Los de Berizzo arrancan el segundo comienzo igual que el primero.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Third 11 septiembre, 2016
Mucho mejor el Atletico cuando se suelta más y muerde más arriba como se vio en el segundo tiempo. Muy buen Griezmann, Koke (que habia empezado la temporada bastante flojito), Filipe otra vez, Savic que parece que se asienta atrás. bastantes cosas positivas en el Atleti. Quiza como pto. negativo la falta de gol de Gameiro en estos primeros partidos, aunque es algo que, cuando llegue el primero debe solucionar pronto. A ver si Simeone da continuidad a este esquema con tres centrocampistas y un extremo mas de banda/perfil más ofensivo con Carrasco, Gaitan, Correa, como digo, para mi ganan mucho en mordiente.
En cuanto al Celta no hizo mala primera mitad pero en la segunda con el Atleti apretando mas se vio claramente superado. A ver si entra más Pione Sisto poco a poco, hay muchas ganas de ver al joven danes, que especialmente en partidos como ayer donde no esta Orellana, puede dar otro ritmo.