Las dos primeras jornadas de Liga no han deparado más que malas noticias para el Granada CF: debilidad defensiva, falta de ritmo con balón, poco desequilibrio en ataque… En definitiva, ni ha parecido un equipo dirigido por Paco Jémez, lo cual es muy normal dado el contexto, ni tampoco ha demostrado tener la calidad suficiente para poder dar un paso hacia delante, sino más bien todo lo contrario.
Seis fichajes en las últimas 24hSólo ha convencido el joven Jérémie Boga, un volante ofensivo cedido por el Chelsea que, cuando ha jugado por dentro, ha mostrado una personalidad, una técnica y una dinámica de movimientos muy por encima de sus compañeros e, incluso, de la media de la competición. De ahí que ayer, en el último día de mercado, el club nazarí rompiera un par de récords al firmar a seis futbolistas en las últimas 24 horas: el lateral izquierdo Franck Tabanou, el central Rubén Vezo, los extremos Omar Atzili y Mehdi Carcela-González, el delantero Artem Kravets y, por supuesto, un Alberto Bueno que vuelve al fútbol español para intentar volver a relanzar -y ser relanzado en- un equipo de Jémez.
Alberto Bueno explotó en la 14/15 con el Rayo Vallecano.
Bueno relanzó su trayectoria con Paco JémezAlberto Bueno llegó a Vallecas siendo todavía un proyecto no concreto de delantero que tenía calidad y talento, pero no el suficiente físico ni, quizás, el suficiente gol. Dos años después, tras marcar 27 tantos, el atacante madrileño se fue del Rayo con la evidente certeza de que no sólo era futbolista de Primera División, sino también de que en el contexto adecuado podía sobresalir. Lo logró en base a los principios más básicos de la receta Jémez: confianza en el talento, mucho juego de ataque y, en ese curso, también mucho centro lateral. Jugando como segunda punta, es decir, ni como delantero ni como mediapunta, sino ambas a la vez, Bueno tenía dos labores principales. Por un lado, debía asentar al Rayo arriba, poniendo a Trashorras de cara y permitiendo que los laterales, sobre todo el izquierdo, se proyectase. Algo que hacía con mucha calidad, pero también con un gran control del ritmo. Todo sucedía cuando él decidía que sucediese. Y, por el otro, tenía que atacar el área una vez el primer objetivo estuviera conseguido, lo cual le hizo sobresalir tanto por su timing como por su gran remate.
De esta manera, Bueno le dio altura, orden y gol a un equipo que le daba todo lo demás, hecho que en parte le sirvió para firmar por un equipo Champions. Ahora, 12 meses más tarde, buscan repetir. El Granada iniciará la tercera jornada con un centro del campo con capacidad para ser mandón (Krhin, Samper, Pereira o Boga), una nueva pareja de extremos con más calidad que la anterior (Atzili y Carcela) y un delantero sobre el que revolotear (Kravets o Ponce). El tema pinta mejor que hace unas horas. Pero el caso es que hay mucho jugador nuevo que no conoce ni a la competición ni al entrenador. También hay mucho futbolista joven todavía por hacer, amen de mucho cedido que sabe que a final de año volverá a su club. Es decir, aunque esto se parezca a lo que Jémez tenía en Vallecas, lo lógico es pensar que el Granada va a necesitar mucho tiempo para jugar como quiere su entrenador. Y que, mientras, no sólo perderá, sino que jugará muchas veces tan mal como ante la Unión Deportiva Las Palmas. Por eso, además de por lo futbolístico, la llegada de Alberto suena ideal. Su presencia debe significar un atajo hacia el juego, la victoria y la dinámica. Dará tiempo y margen a un Paco del que ya muchos dudan. Será Bueno para Jémez.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
jackbonaventura 1 septiembre, 2016
Cierto que son muchos jugadores pero con los fichajes de ayer y, sobre todo, el regalo que supuso la llegada de Alberto Bueno… creo que Paco respira una barbaridad. Respira hasta tal punto que puede permitirse un adecuado periodo de adaptación.
Samper, Khrin, Fran Rico, Javi Márquez, Jon Toral, Boga, Atzili, Carcela-González, Ponce, Kravets… Y Bueno. Hay mimbres para que Paco vuelva a construir un equipo del que sobresalga tanto su valentía que se olvide muchas veces que se salva con tranquilidad.