Ser líder en la jornada dos no debería significar nada. Sin embargo, en el caso de la UD Las Palmas este hecho se traduce en que la bella historia que arrancó en febrero puede tener su continuación a lo largo de toda esta temporada 2016/2017. No obstante, cualquier equipo puede ganar dos partidos consecutivos. Lo que no está al alcance de casi ningún conjunto es llevar practicando un fútbol tan brillante desde que estaban en descenso, haber merecido puntuar ante los dos gigantes del fútbol mundial y, desde aquella derrota contra el Barça, acumular nueve triunfos en sus últimos 15 partidos.
1- Confianza total
En una de sus primeras ruedas de prensa, Quique Setién admitió que había tenido varias ofertas después de abandonar Lugo, pero que ninguna le había convencido como la de la UD Las Palmas. O, mejor dicho, como sus futbolistas. Desde el primer momento, desde su presentación, el cántabro manifestó una confianza absoluta en el futbolista canario. No sólo estaba convencido de poder potenciar sus evidentes virtudes, sino también de que sus teóricos defectos no eran ni mucho menos insalvables. Por eso no había ni una sola posibilidad de que el equipo canario jugase a una cosa diferente a la que Setién, a la que Viera, Roque, Momo o Castellano, representan.
2- Roque Mesa
El principal culpable de conseguir que de la teoría a la práctica no se pierda ni una sola idea ha sido, es y será su mediocentro, Roque Mesa. El que fuera mediapunta, jugara los Playoffs como extremo y más tarde actuara como interior es ahora uno de los mediocentros más metódicos y cerebrales de la Liga Santander. Porque esta es la verdadera clave: Roque no es un atacante que juega de pivote para darle ciertas cosas diferentes a Las Palmas, es un centrocampista ofensivo con recursos de mediapunta como era el mejor Nuri Sahin.
Esto tiene dos ventajas principales para su equipo. Por un lado, Roque está demostrando ser un absoluto privilegiado para batir líneas, sea en conducción o desde el pase, lo cual ayuda a que la posesión canaria siempre tenga un sentido ofensivo. Por el otro, esto no es óbice para que, desde el mediocentro, la UD Las Palmas se ordene alrededor del balón. Roque marca el ritmo, equilibra a su equipo con pases y, cuando el balón se pierde, hace lo propio con una serie de recursos defensivos que no debería ni siquiera conocer.
3- Jonathan Viera
Jonathan Viera es el futbolista que hace lo mismo que el resto, sólo que lo hace a mayor velocidad, con más precisión, con más calidad y también más veneno. Es la joya de la corona, la imprescindible tilde de un equipo que se enorgullece de ser esdrújulo. A buen seguro, sin él la Unión Deportiva podría seguir jugando de la misma manera y, prácticamente, igual de bien. Pero no ganaría tanto. Y las victorias, allí y en todos los lugares, son la gasolina que mueve a un grupo humano lleno de dudas y de miedos. El caso es que, ahora mismo, temer jugando al lado de Viera no tiene sentido. Su nivel es de jugador de Champions, y lo es en todos los sentidos posibles.
No es una simple cuestión de acierto o de talento. Participa como el que más, compensa los movimientos de sus compañeros, ya sabe interpretar qué recurso emplear para cada acción y, además, como no podía ser de otra manera, tiene esa genuina capacidad de inventar jugadas que el resto ni imagina. En definitiva, a día de hoy Viera representa la certeza de que si la UD hace su partido y delante no está un candidato a ganar la Champions, el equipo de Setién tendrá como mínimo las mismas posibilidades de ganar que su rival.
4- Equilibrio táctico
Del equipo de Quique Setién siempre se va a destacar su vocación ofensiva, lo bien que tratan el cuero y lo bonito que pueden llegar a jugar, pero ya en primavera demostró que era más que esto. Que si no tenía el balón, porque no le dejaban, no había problema. Ahí no se acababa su partido; en todo caso comenzaba uno diferente. Y para disputar y ganar éste, la UD Las Palmas estaba también muy preparada. Podía replegar en su área, podía aceptar un duelo de transiciones o podía dividir la posesión, que en todos los escenarios que se generasen iba a seguir teniendo respuestas para la mayoría de preguntas. En este sentido, el equipo canario recuerda a aquella Real Sociedad de Montanier que, a través de su equilibrio táctico, conseguía dominar todas las fases del juego, lo cual le permitía ser competitivo ante todos los rivales. Es decir, lo mismo que la Unión.
5- Constante renovación
Al contrario de lo que suele ser habitual en estos casos, la Unión Deportiva Las Palmas no ha tenido ni un once ni un esquema fijo durante los últimos meses. Sin embargo, siempre ha demostrado entender qué, cómo, cuándo y por qué debía hacer cada cosa en el campo. La alineación y el dibujo aportan los matices, pues nunca hay dos futbolistas iguales, pero todos comparten una misma base táctica que ejerce de armazón y de corazón durante cada partido.
Esto mismo es lo que se está pudiendo comprobar en estos dos primeros partidos de Liga. El 4-1-4-1 con Tana y Viera por delante de Roque se ha convertido en un 4-2-3-1 en el que figuran varios updates: Michel Macedo siendo mucho más profundo que David García en el lateral derecho, Vicente Gómez calcando el rol de Iborra en el Sevilla de Unai y, por supuesto, Kevin Prince Boateng, que está tratando de encontrarse a sí mismo mientras todos ya le encuentran en banda izquierda. En definitiva, lo claro que lo tienen todos y la estructura que hay detrás no sólo permite que la mayoría de ausencias no tengan repercusión alguna, sino que además le dan margen a Quique Setién para tratar de evolucionar su gran obra.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Dani 30 agosto, 2016
Gran texto Miguel. Estoy enamorado de este equipo.