1- La revolución
El Manchester United ha acometido sólo cuatro contrataciones y sin embargo da la sensación de que ha dado un giro de 180º. El motivo radica en que se espera que cada una de ellas no necesariamente lidere, pero sí protagonice el juego de los Red Devils en su respectiva línea del campo: Bailly en la defensa, Pogba en el primer escalón de la medular, Mkhitaryan en el segundo e Ibrahimovic en la delantera. Aunque por encima de todo, la noticia destacada reside en el nuevo entrenador y jefe de operaciones: José Mourinho, el hombre que en 2005 cambió la Premier League que en 1992 se inventó Sir Alex Ferguson, se sentará en el mítico banquillo de Old Trafford.
El fútbol asistirá con ilusión al esperadísimo y necesario renacer del gigante de Inglaterra.
2- Hace falta ritmo
El Manchester United lleva cuatro temporadas evidenciando un gravísimo problema de discontinuidad en su juego de ataque. CuandoEl United no ha tenido fluidez tiene la pelota, lo hace todo muy lento, quizá debido a la evolución, o al envejecimiento, de los dos hombres que impulsaron su antaño ritmo infernal, Michael Carrick y Wayne Rooney. Tal y como ha rendido, al equipo le viene costando girar al adversario, sus pases ni alteran ni desbordan; ha resultado demasiado sencillo mantener la compostura mientras se defendía a los de rojo. A su vez, esta circunstancia derivó en un dominio fácil por parte del rival de las segundas jugadas, ya que, al estar siempre colocados y nunca desordenados, ganaban cada rebote y salían en transición. O sea, menos ritmo aún para el Manchester United. Como la raíz de la vicisitud pareció estar en sus centrocampistas, ahora se pondrá el foco sobre un Pogba al que, justo en esto de potenciar la fluidez, le queda todo por demostrar. Mourinho, diseñador de algunas de las fases ofensivas más frenéticas que se hayan visto, deberá optimizar su contrastado talento para corregir el déficit que viene ahogando a su nuevo club desde la retirada del Sir.
3- Los diablos decisivos
The Special One, que no estará inmerso en la Copa de Europa, contará con los servicios de un futbolista que, si no existiera esa máxima competición, podría estar considerado en el escalón de calidad del mismísimo Cristiano Ronaldo. En una Liga en la que casi cualquier estrella brilla sobremanera debido al poco énfasis que se hace sobre la reducción de espacios y las ayudas defensivas, Zlatan Ibrahimovic puede causar auténticos estragos, y no hay en toda la Premier League un genio con la regularidad y la determinación del veterano sueco. Lo normal sería que garantizase, por sí mismo, un ritmo de puntuación que suba al Manchester United al tren del campeonato hasta las últimas jornadas. En menor pero nada desdeñable medida, David De Gea y Paul Pogba también son saca-puntos autosuficientes que pueden mantener en liza al equipo hasta que se defina y encuentre con el paso de los meses. Unidos a Mkhitaryan, conforman un cuarteto productivo sin respuesta en el Arsenal, el Tottenham, el Liverpool ni el Chelsea. Quizá, tampoco en el Manchester City, donde sólo De Bruyne y Agüero ganan partidos con regularidad.
Foto: GLYN KIRK/AFP/Getty Images
ilmaniac 11 agosto, 2016
Entiendo el Hype con Mou. Es un entrenador de éxito en la Premier League. La conoce como nadie, la maneja como nadie ( tanto dentro como fuera) y es un perfecto agitador de proyectos apesadumbrados como ha sido hasta la fecha el United post-Fergie. Además súmenle el supuesto interés histórico del luso por entrenar a los red devils, esa leyenda edificada piedra a piedra por el gran escocés.
Pero, en mi modesta opinión, durante sus últimos años de carrera en los banquillos, el portugués está perdiendo fuelle competitivo, quizá por desgaste, quizá por cansancio ( de su modus operandi, de su ideario futbolístico). Con esto quiero decir que es un firme candidato a la Premier League ( por inversion, por recursos determinantes en el plantel, por experiencia tanto del entrenador como del equipo) y que le vendrá bien este año competir en la UEFA Europa League para revisar algunas bases de su discurso futbolístico ( su relación con la Champions es, cuanto menos, fustrante, con una clara tendencia descendente).
Es por eso que para mi este año es clave para Mou, a la hora de recuperar frescura, ilusión, para renacer no sólo a un equipo náufrago en Premier League, sino a un entrenador que necesita más que nunca reforzar con títulos y – sobre todo- convicciones, una carrera fundamentada en un ego edificado precisa y exclusivamente en los éxitos.
Es por eso que Mou debe replantearse algunas cosas de su ideario porque en la Premier hoy hay muchos equipos que le conocen bien, que manejan sus mismos registros y que le llevan varios kilómetros de distancia.
Y una de las cosas que debería asumir desde ya Mou es que el United no es una Premier League, es un proyecto.