Thiago Motta, Marco Verratti y Blaise Matuidi conformaron durante tres años un centro del campo que se convirtió en emblema. Sin embargo, puede darse por hecho que acaba de llegar a su fin. El fichaje del polaco Krychowiak, un crack pagado a precio de crack y que arriba con galones de crack, certifica la noticia. Ya sea por mediación de una venta o por mediación de un banquillazo, uno de los tres titulares cederá su puesto al ex-mediocentro del Sevilla. Despejar esta gran incógnita revelará mucha información. De esto dependerá el estilo que adoptará el nuevo proyecto de Unai Emery.
Motta sacrificado
Sentar a Motta es lo único que mantendría el 4-3-3 como dibujo.
Al borde de cumplir los 34 años, que Thiago Motta cediera cuota de protagonismo se antojaría incluso lógico. Su nivel futbolístico no ha experimentado ningún descenso, hasta parece que cada curso que pasa va a más, pero sus problemas físicos son una constante y el Paris Saint-Germain sufre demasiado sus ausencias. Condiciona demasiado el modelo de juego y nadie puede desempeñar su papel cuando él falta.
Por otro lado, este escenario relanzaría el peso en el equipo del joven Verratti, que se vería forzado a asumir todos los mandos tanto en salida de balón como en organización del juego. Quizá va tocando descubrir cómo le sienta a este genio el traje de líder.
Matuidi sacrificado
Motta, Krychowiak y Verratti, algo cercano a su Sevilla FC.
Para un club, estrechar lazos entre equipo y afición debe ser clave, el jugador nacional representa siempre un plus en este sentido y Matuidi es uno de los pocos franceses que el Paris Saint-Germain se puede permitir en su once. Su pérdida sería dura vista así. En términos de juego, en cambio, igual no se notaría tanto.
Un medio conformado por Motta, Krychowiak y Verratti rescataría la esencia de algunas de las configuraciones utilizadas por Emery en el Ramón Sánchez Pizjuán. Y hay una variante en ellas que sentó precedentes y algo más que eso: Banega, tras media vida intentando consolidarse como segundo pivote, ofreció el mejor juego de su carrera como mediapunta. ¿Será Marco el nuevo Éver del guipuzcoano? En cuanto a virtudes, está incluso más provisto que el argentino para sobrevivir donde hay menos espacios.
Verratti sacrificado
Matuidi no es Iborra, pero tiene otras virtudes que podría reciclar.
Parece la opción menos probable, pero tal y como está el mercado nunca debe descartarse nada. Y habría que añadir que, amén de la menos factible, esta también se destaca como la más incierta de las tres variantes.
Motta y Krychowiak son mediocentros puros a los que no se les adivina ni adelantando ni escorando su posición para convertirse en interiores. Por este motivo, debería partirse de la base que entre ambos construirían un doble pivote tradicional. Ante eso, una vía sería que Matuidi acabase en la banda izquierda, lo cual extrañaría porque Emery acostumbra a situar en los costados a hombres con buena conducción del balón. Otro camino a valorar, más radical, podría derivarle a la mediapunta, en lo que sería una decisión que definiría el proyecto de cabo a rabo. Nada dejaría más claro que la transición de Blanc a Emery es absolutamente rupturista. Aquí no habría ni amago de continuidad.
Foto: Handout/UEFA via Getty Images
Abel Rojas 25 julio, 2016
Aunque me encanta que Verratti participe cuanto más mejor -y cuando más abajo también mejor-, reconozco que me estimularía bastante verlo de mediapunta por delante de Krychowiak y Motta. Sería una combinación que me parecería muy, muy, muy competitiva.