Gales derrotó a Eslovaquia tras un partido igualado por lo bajo en el que Marek Hamsik demostró galones, que este es su momento y que está muy solo. Bale, menos inspirado y presente pero al fin y al cabo superior en lo contante y sonante, gozó de mejor compañía y supo llevarse el gato al agua. Su mejor amigo fue Joe Allen, que durante 45 minutos pareció aquella máquina que el Liverpool vio en el Swansea y, luego, casi nunca en Anfield Road. Pero en términos futbolísticos, lo preocupante, aunque a su vez ilusionante, estribó en el escasísimo rendimiento constatado por el segundo futbolista de mayor entidad de la selección roja, el “gunner” Aaron Ramsey.
Eufórico, Joe Allen presentó a Gales en la Eurocopa de un modo que ni Chris Coleman hubiera podido presagiar.A. Ramsey no buscaba a Bale Agarró la pelota, la tocó con descaro, también con acierto, y convirtió al suyo en un equipo dominante, lo cual no se vio con continuidad ni siquiera contra Andorra. Mención especial para el chiquitín Jonathan Williams, un extremo que no llega al 1,70 que promete cositas que rara vez ha podido plasmar. En cambio, Ramsey, que sí tiene clase contrastada para liderar una ráfaga ofensiva, se mostró muy poco acertado en la toma de decisiones, destacando sobremanera la bajísima prioridad que le dio a conectar con Bale. Gales es un equipo simple con una idea de ataque simple: dársela al “11”. Pero quien posee más calidad para activarla cree en ella menos que los demás. Por eso sólo marcaron un gol -y a Kozácik gracias-.
Ramsey no ayudó en defensa abajo contra Robert Mak.
Entre el marcador, la propia identidad defensiva y de contraataque galesa y el brutal impulso del enchufadísimo Hamsik, Eslovaquia recuperó la posesión, se instaló en campo contrario y buscó ocasiones de peligro. El insuficiente aporte de Weiss y el nulo del delantero centro Duris dificultaron la labor de Marek, si bien sí que pudo encontrar un socio en la banda derecha, en el extremo Robert Mak. En parte, porque el chico se puso a tono y lo hizo bien, pero también por la falta de actitud sin balón de la que adoleció Ramsey. Contemplar esta etapa del encuentro suya, así como la expresión de su rostro cuando, por error, el cuarto árbitro puso su nombre en la tablilla en el cambio de Robson-Kanu, inclinó a pensar que el buen Aaron no entiende a Gales como un 10+1, sino como un 9+2. Su diferencia con respecto a los otros le legitima a sentirse así, pero quizá Coleman no pueda permitirse hacer determinadas tareas con dos menos.
El afortunado 2-1 obrado por Robson-Kanu crea un contexto para el optimismo que está más que justificado. En primer lugar, porque la acción sale de un arrebato de iniciativa del propio Ramsey que avisa de que está en forma y con ganas de ganar. Si Chris le pide sacrificio, es posible que acceda a ello. Y para seguir, porque Gales es ahora mismo la selección más feliz de la Eurocopa, la única que ya, pase lo que pase de ahora en adelante, ha cumplido con lo acordado, y es muy fácil jugar al fútbol sin nada de presión contra quien siente toda la presión del mundo. Joe Allen será la constante de este efecto. Ramsey, la variable. Bale aguarda. Inglaterra y Rusia, también.
Alex 12 junio, 2016
Este Ramsey es el mismo del Arsenal desde hace dos años. Desconectado, inefectivo, y poco determinante. Desde aquel temporada donde se puso el cartel de goleador se ha venido abajo de manera rotunda y ni por donde levantarlo.
Me quedo con la imagen del gol de Eslovaquia donde lo desplazan muchísima facilidad.