Javi Gracia se marcha de la Liga española para solucionarle la vida a sus futuras generaciones. Es el lado malo del nuevo y pobre fútbol español; cuando alguien destaca y ni el Madrid, ni el Barça ni el Atlético están interesados en él, tiene que emigrar. El lado bueno radica en que, justo por el poco margen económico de los clubes, hombres de su bajo perfil mediático están recibiendo oportunidades que otrora se estilaban menos, porque lo exótico vendía mucho y había dinero para pagarlo. Quizá por ello, quién sabe, aparezca en breve en el campeonato un entrenador del calibre del pamplonica. Pero no está garantizado que eso vaya a ocurrir de la noche a la mañana.
En su triste paso por Osasuna y su feliz estancia en Málaga, de él ha podido decirse lo máximo que puede atribuirse a un técnico: su equipo siempre tuvo un sentido que el espectador externo pudo distinguir. Y lo más brutal reside en que, en sus diferentes etapas, se la ha visto tocar todos los palos. El único sello de Gracia ha sido jugar bien.
La carta de presentación fue un Osasusa contra-cultural que empleó como pocos equipos el recurso de la posesión defensiva. A pesar de que Su Osasuna usó la pelota para defendersesu once titular no respondía a un perfil del todo asociativo (“el Gato” Silva, Lolo, etc), Gracia logró diseñar una colocación y unos movimientos que le permitían tocar la pelota con mucha tranquilidad, durante mucho tiempo y sin riesgo de pérdida. Las posiciones abiertas de los laterales Damià y Bertrán, que siempre, siempre estaban bien desmarcados para recibir, fue una de sus claves.
El Málaga de los canteranos fue su obra más fresca y emocionante.
Luego llegó al Málaga y, tras un comienzo complicado, dio con la tecla apostando por un equipo que era pura alegría. Sujetó la medular con Camacho, la lanzó con Darder, fijó en banda izquierda a Samu Castillejo, pidió a Samu García que invadiera el área desde la derecha, unió a todos con Juanmi en la mediapunta y puso como delantero centro que no hacía de “9” a Nordin Amrabat. En términos de electricidad, desborde y espíritu ofensivo, fue la más divertida de sus versiones. Sus porcentajes de posesión eran modestos, pero cada tantito por ciento estaba enfocado a crear ocasiones de gol.
En su segundo curso en la Costa del Sol, despojado de los cuatro canteranos que habían hecho al Málaga conectar con La Rosaleda incluso más que cuando Isco avisó de que iba a ganar la Champions (se fueron Darder, Samu, Samu y Juanmi), adoptó un carácter defensivo que le convirtió en una de las mejores defensas del inicio del campeonato. Lo extraordinario derivaba del hecho de que muy pocos de sus jugadores brillaban por su calidad para defender. Es más, Angeleri como central y Tissone como pivote parecían constituir puntos flacos bastante evidentes. Pero aun así, ese grupo encajó apenas tres goles en seis jornadas. ¿El problema? Que no metió ninguno.
Su último modesto legado fue la presión que lideró Camacho.
Sin una plantilla dotada para crear ocasiones en ataque posicional y con tres delanteros muy lentos en la punta de su ataque (Charles, Cop y Santa Cruz), la papeleta era curiosa. Pero le encontró la vuelta. Una vez recuperó de su lesión a Camacho, preparó una de las presiones en campo contrario más eficaces que la Liga reciente ha conocido. Gracias a esta, comenzó a robar balones en esa mitad enemiga y pudo atacar a sus rivales desde bien arriba y justo cuando ellos mismos, para salir, se habían desguarnecido. Por supuesto, como siempre, esto lo contrastó contra los mejores. Aunque perdió, el Málaga-Barcelona de esta misma campaña fue una obra maestra en lo referido a acosar.
Porque ahí descansa otros de los hechos que aúpan a Gracia como un entrenador por encima de la media; dirigió planteles humildes pero hizo sufrir a los mejores. Para muestra, un precioso botón: en las dos temporadas en las que Javi fue boquerón, la Liga acogió al entonces futuro campeón de Europa. En 2015, el Barça de Luis Enrique; en 2016, el Madrid de Benítez/Zidane. Y ninguno le ganó ni en la ida ni en la vuelta. Así fue su trabajo. Si la comunicación no impone barreras, pronto lo disfrutarán en Rusia.
Miguel 1 junio, 2016
Despues de la Champions donde casi eliminan al Dortmund, ¿Qué pasó con el Málaga?,¿Los jeques perdieron la ambición?. Después de perder figuras y hasta entrenador , ¿Porque no trataron de mantener la misma aspiración a Europa?.Estas últimas temporadas han competido con planteles muy discretos tirándole a flojos a comparación del 2013.