No hay circunstancia del juego que legitime más a nivel individual que el gol, un final que es oficio y arte cosido al área y entregado al ‘9’ desde el nacimiento del fútbol. Y una responsabilidad que sigue cotizando como ninguna otra en el fútbol moderno y contemporáneo al que pertenece Karim Benzema, máximo exponente de la estilización y globalización que su posición ha experimentado en los últimos 20 años, y que había mirado al francés como la cima de una época en la que al ‘9’ se le volvió a tildar de falso, exigiendo que para serlo en un grande de Europa, con el gol no bastaba. Benzema recorrió ese camino pero no ha sido hasta los 29 años donde ha completado la vuelta del mismo. La temporada que hoy finaliza tiene un significado: el delantero madridista ha cumplido con todas las expectativas posibles que generó desde la temporada 2008.
Ya no hay aristas que Benzema no haya perfeccionado
La última etapa de su recorrido como el ‘9’ total que es hoy, se ha desarrollado principalmente en estos últimos nueve meses. A Karim siempre le acompañó una crítica, más velada que menos, hacia la carencia e insolencia, cuanto menos intermitencia, Benzema ya es una garantía en área pequeñade su instinto rematador en situaciones de especialista, como si corriese el riesgo de tentar una suerte, la del oficio de goleador, que pudiera difuminar sus mayores virtudes como socio, gestor y pasador. Situaciones tales como: dominio del fuera de juego, olfato de los rechazos, castigar el error rival, búsqueda de los palos para salir de la marca ante un centro lateral, maneras de atacar la pelota y un largo etcétera que condensan todo el juego que un goleador reconoce en las áreas, tanto grandes como pequeñas. Sin serle ajeno todo ello en las últimas tres temporadas, no ha sido sino ésta la que le ha consagrado al máximo nivel en esas labores. Benzema se ha ido acercando al detalle. Al canon.
Basta con ver cualquier video de youtube que responda a Benzema + goles + 2015-2016, y observar únicamente al jugador galo y no al balón. Las estadísticas sirven de mantel: 24 goles en 26 partidos de Liga, todos ellos marcados dentro del área y un altísimo porcentaje de los mismos realizados a un toque y en el área pequeña, siendo la muestra de estos últimos absolutamente significativa. El propio Benzema declaraba en 2014 que después de cada entrenamiento comenzó a practicar con Zidane definiciones y remates todos los días. Y como rubrica y desde que comenzó a jugar a las órdenes de Benítez, uno de los grandes y seguramente escasos avales de la época de Rafa en Chamartín, Benzema experimentó una mejora en todo tipo de suertes rematadoras. Si su figura había ganado fama por hilar fuera del área y acercarse al balón para acercar a Cristiano a la Bota de Oro, el ex del Lyon es hoy dueño del área al mismo nivel.
Benzema ya castiga errores en balones sueltos en el área
Amagos hacia el primer palo para terminar a la espalda, intuir trayectorias de los centros, aprovechar errores por estar donde debe –Iraizoz en San Mamés, Pyatov en el Bernabéu-; la mejora es exponencial, haciendo del área pequeña un hábitat que ha integrado en su día a día. Su facilidad goleadora incluso ha transformado la factura de sus goles, menos bellos pero más propios de una referencia. Cuanto más cerca de la portería, más situaciones de empujar, rematar y finalizar para un Benzema que ya no tiene con qué colmar, pues todo lo ha colmado y aunque invirtiendo el orden de los caminos que ha de recorrer un delantero, ya se los sabe todos.
CarlosViloria10 14 mayo, 2016
Supongo que por sus primeros años en Madrid, donde fue opacado por el impacto de Cristiano Ronaldo e incluso en muchos momentos por el Pipa Higuaín, pero ya había olvidado la locura de jugador que fue el Benzema del OL.