Como un bucle que se repite, como un Día de la Marmota que no cesa, la temporada del Granada Club de Fútbol ha calcado de manera casi idéntica los patrones que definen la estancia de la entidad en Primera División en los últimos años. Recordemos lo que pasó hace doce meses. Tras la destitución de Abel Resino (que a su vez llegó para sustituir a Joaquín Caparrós), José Ramón Sandoval agarra el banquillo granadino a cuatro jornadas del final, con el equipo penúltimo en la tabla. El técnico madrileño obra el milagro y se salva en la última fecha tras empatar a cero en casa ante el Atlético de Madrid. La inestabilidad en el proyecto y las permanencias sufridas son ya un rasgo del club. El otro, una calidad individual superior a la habitual en la zona de descenso. En Los Cármenes siempre habitan futbolistas de alto potencial, capaces de formar parte de plantillas de Champions League en futuros cercanos. Talento antes que estructura. Ese parece ser el camino del Granada CF. Así ha vuelto a mantenerse en la élite un año más.
1- SANDOVAL NO ENCUENTRA UN CAMINO
Un hecho es innegable: los cambios compulsivos en la dirección técnica impiden crear un modelo futbolístico reconocible en Granada. El cuadro nazarí no disfruta de la ventaja que sí tienen algunos conjuntos “de la competencia”, caso de Rayo Vallecano, el Eibar de Mendilíbar o el ascendido Sporting: saben a qué jugarán. Gozan de una idea previa que aclara la hoja de ruta a largo plazo. La interinidad de los entrenadores lo condiciona todo. Sandoval, que aterrizó como solución de emergencia para cuatro partidos, renueva y dirige la nave granadina desde el inicio de campaña. Su intención es plantear un firme 4-2-3-1 cuyas bases no quedarán del todo claras. El sistema busca la pelota pero sin convencimiento ni seguridad. El comienzo de Liga será terrible, con cinco derrotas en los seis primeros encuentros del campeonato, siendo el competitivo 1-0 en el Santiago Bernabéu la única buena noticia que puede extraerse. La inestabilidad táctica se refleja en un doble pivote que varía hasta cuatro veces en ese breve espacio de tiempo. El colectivo no da sostén a las individualidades y estas no desequilibran. No hay noticias de Robert Ibáñez, Rochina, Piti o los goles de El-Arabi. Entrados en octubre, el Granada es un equipo sin forma ni contenido. La clasificación no miente: los de Sandoval son colistas por méritos propios.
2- SUCCESS Y PEÑARANDA. CALIDAD AL RESCATE
La calidad de los niños no será suficienteApenas han transcurrido dos meses de competición pero la película nos suena a todos. Se asume de inmediato que el Granada 2015-2016 no logrará sus objetivos desde la solidez y la claridad en la pizarra. Así pues, acude al rescate el elemento que tantas veces salvó al club en el pasado: la calidad de sus futbolistas. La dupla que tomará el mando es extremadamente joven, pues ninguno alcanzará aún los 20 años de edad. Hablamos de Isaac Success (Nigeria, 1996) y Adalberto Peñaranda (Venezuela, 1997). El africano es el primero en dejarse ver, destacando especialmente en un empate a tres en Gijón donde, actuando como extremo izquierdo, firma un encuentro digno de Arjen Robben, con golazos imposibles para los puntas de la parte baja de La Liga. La esencia del Granada empieza a aflorar con fuerza.
A Isaac pronto se unirá Peñaranda, que debuta –con victoria– en la jornada 12 ante el Athletic. El venezolano tiene cualidades diferentes: es profundo y corre que se las pela pero además es inteligente y calmado en sus decisiones. Por supuesto, la irregularidad estará muy presente en el juego de ambos, pero el Granada los adopta ya como principal vía de ataque. A veces, como ante el Sevilla, de manera exclusiva, con un dibujo de cinco defensas y los potrillos revoloteando sueltos en libertad. O si no ejerciendo de extremos para que encarasen una y otra vez, como pasó ante el Real Madrid. A estas alturas, Sandoval ya ha dejado atrás su 4-2-3-1 para reforzar la medular con un tercer hombre específico. No obstante, pese a la mejora, el desparpajo de los jóvenes no bastará. José Ramón Sandoval es destituido en febrero. Llega José González.
3- JOSÉ GONZÁLEZ: ROCHINA, SOLIDEZ Y FICHAJES
José González, gaditano de 49 años, se prepara para dirigir a un Granada en apuros. Su conocimiento de la idiosincrasia de la gente del sur (entrenó en Córdoba y Cádiz) y su ya amplia experiencia juegan a su favor. González tomará decisiones desde primera hora, y ese será su éxito. El caso Peñaranda es sintomático. El nuevo técnico debuta ante el Deportivo de la Coruña en Riazor. El Granada vence 0-1 al descanso y está arrasando a contragolpes a su oponente. Success y Peñaranda son una pesadilla para los gallegos, pero el venezolano no acaba de definir bien las acciones. Se equivoca y abusa del balón. En el minuto 52, y pese a su notable presencia en el choque, José González lo sustituye.
A pesar de su poder con espacios, Peñaranda irá perdiendo protagonismo en la recta final de Liga. Será la primera de las acertadas medidas que se tomarán, y que tendrán como resultado el Granada más reconocible de la temporada. José González buscará blindarse ante un repliegue más retrasado que el propuesto por Sandoval. En este sentido, los fichajes serán fundamentales para conseguir esa fiabilidad defensiva. El primer nombre que destaca es el del veterano central portugués Ricardo Costa, que a sus 34 años aporta tranquilidad a la zaga tras llegar en el mercado invernal. Por delante se hace fijo Doucuré, elemento de gran poder físico, despliegue y cierta técnica. Su matrimonio con Rubén Pérez consolida por fin un doble pivote estable. También acaba por hacerse importante Isaac Cuenca, que suma trabajo en su banda con gotas de habilidad. Las contrataciones tendrán un efecto positivo irrefutable. Sin embargo, serán dos futbolistas ya conocidos los que terminen de certificar la permanencia. Por un lado, regresan las dianas de El-Arabi, que finaliza la campaña con 16 tantos (a falta de un partido) y máximo anotador de la historia del club. Por otro lado, explota el talento de Rochina, cuya zurda genera goles y asistencias partiendo como mediapunta principalmente. Esta base de jugadores será la que golee 5-1 al Levante en un encuentro a vida o muerte y la que, en definitiva, otorgue una nueva salvación al Granada. Otra más.
@migquintana 14 mayo, 2016
Un deja vu constante es la historia del Granada en Primera División.
Dicho esto, es que arriba tiene mucha calidad. Al final, siempre ha tenido enchufado un tipo con calidad para decidir encuentros: primero fue Success, luego apareció Peñaranda, más tarde cogió el relevo Rochina y, al final, fue El Arabi quien volvió a marcar sus goles en la recta final, recordando también lo de la temporada pasada. Pero más allá de esto, también me parece clave la solidez que le han dado Doucouré y Ricardo Costa. No tanto en la defensa, como sí en el juego. Ahí el Granada estaba perdiendo demasiadas batallas individuales, y ellos comenzaron a ganarlas.
Por cierto, vaya segunda vuelta de Rochina. Espectacular. Está para más que luchar por la permanencia.