Hace un mes, tras ganar en El Madrigal, Quique Setién dejó una de las reflexiones que mejor retratan lo que sucede en la parte baja de la tabla durante los últimos tres meses de competición. El cántabro venía a decir que para su UD Las Palmas había sido muy importante lograr entrar en dinámica positiva antes de las jornadas finales, pues en ellas jugar bien es mucho más complicado. Una vez las jornadas no se suman sino que se van descontando, la competición lleva a los equipos a simplificar su propuesta de una manera excesiva, pero también lógica. Porque, ¿cómo tener confianza cuando llevas ocho meses perdiendo? ¿Cómo demostrar convicción cuando el trabajo anterior no ha salido cómo querías? La Unión Deportiva se permitió el lujo de no tener que afrontar estas preguntas siguiendo el mismo camino que el Elche 2015 y el Rayo 2014, es decir, rompiendo a jugar antes de abril-mayo, pero otros equipos no lo consiguieron y ahora mismo están llenos de dudas, temores y nuevos problemas.
Porque a estas alturas de la temporada quien no haya roto a jugar raro será que ya que lo pueda lograr. No por las pocas fechas, sino por esa situación tan complicada de digerir que quería evitar a toda costa Quique Setién. Ese contexto que, en menor o mayor medida, ha provocado que el Betis de Juan Merino, el Levante de Rubi, el Sporting del Pitu y el Getafe de Escribá se hayan ido alejando de sus ideas iniciales conforme la Liga arrancaba hojas del calendario
Rubén Castro está sosteniendo al Betis de Juan Merino.
El impacto de Juan Merino se ha diluido yaPero entre estos cuatro equipos hay una diferencia tan evidente como la que marca la decisiva clasificación, y ésta se llama Rubén Castro. Ante el Levante, el Betis de Merino volvió a intentar mejorar su juego con balón a partir de la figura de Dani Ceballos, pero ni este planteamiento ha funcionado ni parece ya probable que vaya a funcionar. Faltan piezas, faltan automatismos y falta confianza. Esto ha derivado en que poco a poco el juego del conjunto bético se parezca cada vez más al de ese equipo gris e indefinido de la primera vuelta, perdiendo así las señas de su nuevo técnico y mostrando un nivel que no se diferencia en nada del de los últimos tres clasificados. Si en la tabla no está con ellos, si de hecho el sábado ganó y dejó casi sellada su salvación, cuando este fin de semana no hizo más que Geta, Sporting o Levante, es porque arriba tiene a un ángel de la guardia que lo evita. No por nada más.
Rubén Castro es la diferencia entre la permanencia y el descenso de la misma manera que lo era Sergio García para el Espanyol en los últimos años. Rubén ahora lo hace de una forma más silenciosa, escondiéndose durante 90 minutos entre los centrales para luego aparecer durante un segundo en escena. No necesita más para ser decisivo. Desde luego que el Betis mejoraría si Rubén tuviese las piernas de años anteriores, cuando caía a banda izquierda y le daba mil cosas diferentes a su equipo, pero a fin de cuentas el impacto en los marcadores sigue siendo el mismo. O superior. Porque este curso el canario lleva 17 de los 29 goles de su dócil equipo, los cuales al peso valen 15 puntos. Unas cifras ligeramente superiores a las del notable Sanabria (11 goles y 11 puntos), bastante superiores a las de Deyverson (9 goles y 8 puntos) y muy superiores a las de Álvaro+Scepovic (8 goles y 4 puntos). Las dudas y el miedo lastran de la misma manera a todos los equipos, pero tienen un significado diferente cuando el tuyo tiene como delantero a Rubén Castro.
Ismael 11 abril, 2016
Un delantero de más de 15 goles en Primera es para mirar a Europa pero es que el Betis no ha jugado a nada en toda la temporada. Súper perdido, como la del último descenso con la diferencia de que ese año Rubén se perdió la primera vuelta…
Por cierto, me sorprendió el Levante. En los últimos partidos que les había visto habían mostrado una idea de juego y no jugaban mal pero contra el Betis demostraron su última plaza. Quizá se manifesrara eso que decía Setién y se refleja en el artículo.
Por otro lado, si esto no fuera fútbol diría que el Levante (por números) y el Getafe (por fútbol) están a un paso de certificar su mal año…