La Juventus de Turín acaba de levantar su quinto Scudetto de forma consecutiva, y aunque no era necesario confirmar su brutal supremacía en el campeonato italiano, su mal arranque de temporada hizo dudar sobre la revalidación del título. Sin embargo, el paso de los meses ha corroborado que en este momento la Vecchia Signora no tiene rival en el fútbol local cuando se trata de competir en una carrera de fondo. Si dividimos los tres títulos de Antonio Conte y los dos de Massimiliano Allegri habría que trazar una línea en la temporada 2011/2012 -el primero de Conte- y otra en la 2015/2016 -el segundo de Allegri-. Antonio Conte aterrizó en Turín para coger las riendas de un equipo que estaba totalmente perdido, aún con las heridas del «Moggigate» coleantes, y sentó las bases del proyecto campeón que conocemos hoy en día. Massimiliano Allegri, el curso pasado, evolucionó la construcción tras la explosión de Paul Pogba, pero los importantísimos cambios en la plantilla del pasado verano han obligado al ex-técnico del AC Milan a resetear el sistema.
1. LA JUVENTUS SIN PIRLO, VIDAL Y TÉVEZ
La Juve subcampeona de Europa afrontaba la temporada 2015/2016 con las bajas de tres de los pilares más decisivos no solo en el último curso, sino también a lo largo de las tres temporadas en las que el equipo turinés había pasado a dominar el fútbol italiano. Antonio Conte llegaba procedente de un Siena con el que acababa de conseguir el ascenso, después de desarrollar un sistema de dos puntas y dos extremos que pretendió copiar en sus primeros meses en la Juventus. Sin embargo la idea no funcionaba, y la figura de Pirlo fue decisiva para acabar mutando a un medio campo de tres hombres, en el que el exmilanista jugaba como vértice bajo. Las decisiones posteriores -tres centrales e interiores con una enorme capacidad de despliegue- terminaron de dar a Andrea un contexto favorable para que acabase siendo absolutamente dominante.
La reconstrucción en la Juve era obligatoriaPara conseguirlo, el nombre de Arturo Vidal se antojó absolutamente imprescindible. El chileno ocupó con Antonio Conte el interior derecho, y desde allí liberó a Pirlo de trabajo defensivo y además hizo profundo el sistema gracias a su enorme recorrido. Allegri le recicló a enganche en el 4-3-1-2 de la pasada temporada para dar cabida a Paul Pogba en el once, y su concurso en la presión y carga del área en un ataque que compartía con puntas móviles como Morata y Tévez le hicieron también absolutamente indispensable. Su salida a Múnich era, sin duda, una encrucijada para el cuerpo técnico de la Juve.
La tercera baja con la que tuvieron que lidiar era, nada menos, que con la de su futbolista más autosuficiente a la hora de resolver partidos en su favor: Carlos Tévez. El apache llegó a Turín en el verano de 2013, y en dos temporadas se convirtió en ídolo de la hinchada y pieza clave del sistema, tanto con Conte como con Allegri. Actuando como segundo punta, su comunión con Morata fue brillante, y con él el ataque de la Juve sumaba a un delantero que era capaz de agilizar la circulación pero que también fue capaz de marcar 49 goles en sus dos temporadas de Serie A.
Reponerse a esas tres salidas iba a ser, sin lugar a la duda, lo más duro en el segundo año de Massimiliano Allegri en el cargo, y las cifras sufrieron un impacto realmente negativo en el primer tercio de campeonato. En la jornada 10 la Juventus estaba en el duodécimo puesto de la tabla, a 11 puntos de la Roma, por entonces líder de la Serie A. La espectacular remontada tuvo varios factores decisivos.
2. BARZAGLI, BONUCCI, CHIELLINI Y BUFFON
Allegri fue probando ideas diferentes, pero al final volvió al 3-5-2Allegri estuvo dando tumbos en el arranque de temporada. El técnico toscano había ideado un sistema de juego que sin tres de sus pilares no funcionaba, y la Juventus no era capaz de obtener buenos resultados. Por si fuera poco, Marchisio y Khedira arrancaron la temporada lesionados, y eso condicionó aún más los primeros partidos del curso. La gran aportación de Allegri en Turín ha sido conseguir que el equipo haya dado un paso adelante en la Liga de Campeones. Para ello evolucionó el sistema de tres centrales que dominaba la Serie A para adaptarse a las exigencias de la élite, añadiendo un centrocampista y consiguiendo llegar a la final el curso pasado, y competir de tú a tú con el Bayern Múnich en los octavos de la presente edición. Parecía claro que era la base con la que dar continuidad al modelo, pero Allegri tuvo que reiniciar.
Para ello decidió volver a los orígenes de Conte, y regresó a la idea base del 3-5-2, donde los cuatro jugadores de retaguardia volverían a encontrar su hábitat y a ayudar a apuntalar todas las incorporaciones desde la base. Es cierto que en los tres partidos más importantes del curso -Nápoles y Bayern en ida y vuelta- Allegri pasó a jugar con un 4-4-2, pero la intención para volver a competir en la Serie A fue el regreso al modelo instaurado por Antonio Conte. De esta forma resolvió dos problemas.
El primero estaba relacionado con la salida de balón. La ausencia de Pirlo ha sido cubierta por Marchisio, que ha adoptado el mismo papel del jugador bresciano, y aunque el canterano ha cumplido francamente bien, su genialidad está lejanísima de la de Pirlo. Jugar con tres centrales y darle a Bonucci de nuevo un gran protagonismo en los primeros pases hizo que la Juventus volviera a progresar con mayor fluidez. Además, la plantilla cuenta con cuatro alternativas muy potentes para las bandas -Lichtsteiner, Cuadrado, Evra y Alex Sandro– y el cambio ayudó a que los carrileros pudieran arrancar otra vez 20 metros más arriba. El segundo problema estaba relacionado con la pérdida de Vidal y la reducción en la capacidad de robo. La Juventus de arranque de temporada volvía a ver cómo el rival se desplegaba más porque eludía con más facilidad a los centrocampistas bianconeri, y volver a gestionar la transición defensiva con Barzagli protegiendo el carril derecho, Bonucci el central y Chiellini el izquierdo, tejió una tela de mayor seguridad antes de que el rival se encontrase con Buffon.
Un Buffon que merecería capítulo aparte, y ante el que es obligatorio detenerse cuando hablamos de rendimiento defensivo. Es evidente que la mejoría colectiva del equipo ayudó al legendario guardameta, pero actuaciones sobresalientes como la que dejó en San Siro frente al Milan también explican que el cancerbero haya conseguido hacerse con el mejor registro histórico de minutos sin encajar gol en la liga italiana. Individualmente, a sus 38 años, ha vuelto a ser decisivo.
3. SAMI KHEDIRA, CABALLO GANADOR
El alemán Sami Khedira ha resultado ser una de las piezas más importantes a nivel táctico para que toda la modificación del sistema resultase competitiva. Pogba, el interior izquierdo de la Juventus, busca casi todas sus recepciones con pelota al pie. La figura de Vidal compensaba este tipo de movilidad -y la de Tévez- y las dos bajas obligaban a Allegri a encontrar formas de equilibrar el sistema. Ahí apareció Sami Khedira.
El sistema de tres centrales y el mediocampo de Marchisio pivote y Pogba interior izquierdo necesitaba un tercer elemento mucho más profundo, y el alemán ha cumplido de maravilla ese papel. Khedira compensó los movimientos de apoyo de Paulo Dybala, ayudó al equipo a estirarse incluso cuando estaba lejos de la meta rival -el otro punta elegido fue Mandzukic, así que eso provocaba que muchas veces Morata estuviese en el banquillo y por tanto que la necesidad fuese todavía mayor-, y por si fuera poco generó una fantástica sociedad cuando Cuadrado estaba en el campo, ya que Khedira fijaba su posición en la línea de cal para dibujar una pared con la que el colombiano podía encontrar un punto de apoyo y también regatear y desequilibrar en zonas interiores.
4. PAULO DYBALA, UN APACHE POR UNA JOYA
Independientemente de todo lo que iba a perder la Juventus en términos de determinación y finalización después de la salida de Carlos Tévez a Boca Juniors, a nivel de sistema sin duda lo más relevante era la ausencia de una pieza absolutamente decisiva desde el punto de vista táctico. Tévez jugaba de segundo punta, y para los centrocampistas su movilidad entre líneas era clave para encontrar un apoyo en el que asentar la circulación. Además, Paul Pogba tenia en él a su principal apoyo para poder recibir la pelota de cara y estar activado el máximo tiempo posible.
Dybala fue todo lo que se esperaba de él, y másPara suplirle, la secretaría técnica de la Juventus lanzó las redes sobre un Paulo Dybala que había jugado una temporada brutal en el Palermo, aunque no precisamente haciendo ese papel. El Palermo 14/15 solía utilizarle como primer punta -salvo cuando entraba Belotti, que no era lo más habitual- con Franco Vázquez jugando por detrás. En cualquier caso, en la Juventus sabían que su gestión de la pelota fuera del área, su manejo del cuero y su capacidad asociativa, además de su juventud y un gran conocimiento del país, le convertían en una de las mejores alternativas para la vacante. Y el tiempo les dio la razón.
Como es lógico, Dybala tardó en adaptarse a un sistema que estaba sufriendo modificaciones, pero cuando lo hizo se convirtió en el reloj ofensivo del equipo. De repente, la Juventus había descubierto un futbolista capaz de hacer incluso más cosas que Carlos Tévez. Cierto que Paulo aún no tiene el carisma de Tévez, pero su juego de apoyos, su creatividad, y la finura de su pierna izquierda están ya por encima de las del apache. La Juve edificó su mejoría ofensiva en un crío de 22 años que está llamado a situarse en el olimpo del fútbol en un futuro reciente. Y, como no podía ser de otra forma, funcionó.
5. LA PLANTILLA MÁS PODEROSA DE ITALIA
Encontrar un sistema que le llevase a lograr esa tremenda racha que le permitió acabar remontando representa sin duda el gran mérito de la Juventus el presente curso, pero no cabe duda de que no habría podido suceder sin que Allegri hubiese estado manejando la plantilla más poderosa del fútbol italiano. El Nápoles de Maurizio Sarri ha sido un rival durísimo, que finalmente ha sucumbido a un plantel con un fondo de armario tremendo.
Morata o Zaza han sido las alternativas a Mandzukic y Dybala, la delantera titular. Tanto Morata en la selección española como Zaza en la italiana tienen serias posibilidades de ser piezas importantísimas en la próxima Eurocopa de Francia, y eso resume la categoría de la rotación de la plantilla bianconera. Algo parecido ha ocurrido en ambos carriles, con Lichtsteiner o Cuadrado como opciones en el perfil derecho, y Alex Sandro y Evra en el izquierdo. Los nombres de Sturaro como rotación de Khedira o de Rugani como alternativa a cualquier baja en la línea defensiva explican porqué la Juve ha conseguido mantener un ritmo de victorias devastador para acabar pasando por la izquierda a todos sus rivales.
Abel Rojas 25 abril, 2016
Enhorabuena a un equipo que está sin duda entre los cinco mejores del momento. Y a un entrenador cuya trayectoria me parece de las más fiables que se pueden ver.
Muy contento además con los rendimientos individuales de sus figuras. La madurez de los centrales, la resistencia de Buffon, el boom de Marchisio -qué pena que no esté en la Euro-, la recuperación de Khedira y la respuesta de sus promesas. De Dybala está todo dicho, pero vaya rush final de campaña se está marcando Pogba.
Equipazo.