La plantilla del Real Madrid es portentosa pero no fácil. En ella cohabitan numerosos futbolistas que, amén de compartir un altísimo nivel, tienen en común la zona del campo donde ofrecen su mejor juego. El saber popular sentencia que en el Madrid “hay demasiados mediapuntas”, y si entre Isco Alarcón y James Rodríguez solo cabe uno –o ninguno–, puede que sea verdad. Para compensar un engranaje difícil, el Real Madrid pensó en la pizarra de Rafa Benítez, consumado especialista táctico que debía dar un plus al proyecto en ese sentido. Pero Benítez fracasó. La estabilidad defensiva no llegó con los mejores sobre el campo. Entonces surgió una pregunta: ¿realmente se podía? Zinedine Zidane, que hoy triunfa, ha terminado contestando que “no”. Al menos ahora no. El técnico francés ha apostado por la figura de Casemiro, sacrificando a un enganche nato (James) por un centrocampista estéril en el último tercio del campo. Esa presencia ofensiva perdida debía ser compensada por alguien. Ese alguien, feliz él, ha sido Marcelo.
Tácticamente, la secuencia ha sido la siguiente. El espacio entre líneas “de James” ha pasado a ser tarea de algún miembro de la BBC. Los tres tienen fundamentos para aparecer y combinar en esos metros. Pueden errar por ausencia, no por incapacidad. Como uno de los puntas va a ser exigido en el centro, la compensación por fuera recae en Marcelo, que actúa más adelantado. No es que llegue más, porque al final el brasileño siempre llega y se hace notar, sino que su punto de arranque una vez el Madrid cruza la divisoria y ataca en estático se sitúa más arriba. Esto además sucede porque al jugar el Real con dos mediocentros (Kroos y Casemiro) más Modric (pieza mixta pero que no se suelta entre líneas), lo que el Madrid no quiere es sumar un nuevo futbolista por detrás de la pelota. Este es el escenario actual de Marcelo en el Madrid. Próxima parada: Manchester City. Semifinales de Champions.
Con su juego, Marcelo debe dar dominio posicional al Madrid aun a riesgo de sufrir individualmente
El Manchester City ha mejorado en las últimas semanas. Ha ganado credibilidad. Los motivos de este ascenso guardan relación directa con lo que –de verdad– ha hecho de Manuel Pellegrini un entrenador notable: la capacidad de conjugar claridad de ideas en ataque con un buen tono defensivo. El City –sin Yaya Touré– hoy se agrupa mejor atrás, de forma más simétrica y ordenada, para salir luego a la contra con los liberados De Bruyne y Agüero. Podría decirse que, pese a las declaraciones del chileno, los citizens planean ceder la bola al Real Madrid. Le toca a Marcelo pedir la palabra.
Por supuesto, el City también planteará momentos de presión alta (sobre todo hoy). La suplencia de Yaya (baja confirmada) ha dotado a los ingleses de dos hombres con intensidad y energía en el medio, siendo Fernandinho el más acostumbrado a salir lejos y el que iría a por Kroos (aunque ante el PSG ese sector lo ocupó Fernando). Como siempre, en Marcelo se localiza el elemento de desborde inmediato para superar esas presiones, si bien el lateral deberá ser muy consciente de dos factores. El primero, su oponente, Jesús Navas. El sevillano ha representado para el City una nueva figura de equilibrio. Cierra, presiona y marca. Trabaja mucho y no se rendirá. Por otro lado, los pases al medio suponen un riesgo si, como decimos, Fernandinho se deja caer por ahí. El ex Shakhtar destaca metiendo el pie en balones divididos y saliendo en potencia. No se le debe alimentar con posibilidades de robo. Mejor buscar a Cristiano.
No obstante, creemos que el partido predominante en la eliminatoria no será ese. El City, por respeto y convicción, sumará muchos minutos en repliegue. Marcelo aquí es fundamental, y eso que su papel es complejo. Como explicábamos antes, la posición del carrilero internacional es muy adelantada en cuanto el Madrid se asienta más allá del círculo Marcelo arriba es clave aunque pueda sufrir central, algo que, por otro lado, deja mucho espacio a su espalda. Para los de Zidane es indispensable que Marcelo juegue ahí y toque mucha pelota. ¿Por qué? Primero, porque se ha demostrado (ante el Villarreal sin ir más lejos) que los blancos lo pasan mejor tocando (y robando) arriba que siendo exigidos abajo en salida de balón. Segundo, por el estado de forma de Toni Kroos, futbolista que garantiza más control que nunca, en parte por su cercanía con Marcelo. Y tercero, porque el doble pivote del City sin Yaya Touré va corto de calidad a la hora de lanzar pases verticales para contragolpear; si se les presiona, la pueden perder. De hecho, la titularidad de Yaya siempre es una posibilidad casi exclusivamente por esta razón. ¿Dónde está el problema entonces? En que este rol de Marcelo deja huecos atrás. Huecos que han sido duramente castigados en Champions. Salah o Bruno Henrique completaron actuaciones por encima de sus respectivos niveles aprovechando la autopista que se genera en ese lado. Navas ya no tiene la potencia de antaño pero conserva la insistencia. Y Casemiro tapa muchas, pero no todas.
El Real Madrid debe conseguir que Marcelo pueda atacar de manera relativamente libre y cómoda
A sus 27 años, Marcelo nunca dejará de ser un elemento exótico. Relegado por su competencia entre 2012 y 2014 en varias citas importantes, el de Río es en realidad un as en la manga sin igual dentro de su posición. Si Marcelo se adueña de la situación, solo un rival de igual o superior capacidad colectiva puede sobrevivir al brasileño. Y aquí alcanzamos la conclusión de todo: si el Madrid se muestra firme, Marcelo debe atacar. Hace un año, la Juventus castigó de manera directa la falta de solidez del Madrid con un gol gestado en la cara del lateral. Ahí se resume todo: a Marcelo han de ayudarlo a ser Marcelo. Vale la pena.
roumagg 26 abril, 2016
¿Qué esperáis de la transición defensiva del Real Madrid? ¿Puede responder si toca correr hacia atrás? De no ser así, yo pienso seriamente en introducir a Isco para ganar cuota de balón y tiranizar la posesión lo máximo posible. Aunque Casemiro viene mejorando en colocación y a balón parado puede ser muy importante…