Abril trae dos cosas a Sevilla: su Feria (cuya excesiva fama no entraré a comentar en esta columna) y las semifinales de la Europa League, antaño Copa de la UEFA. El desarrollo de la campaña ha sido similar a lo que venimos viendo en el ciclo Emery. A saber: meses de búsqueda, rotación permanente para exprimir una plantilla potentísima y competitividad compulsiva a partir de enero, con la llegada de las eliminatorias coperas e internacionales. Ahí Emery entierra sus sueños, centra sus objetivos y gana. El Sevilla ya está asentado como club vencedor y ya no sorprende que hoy luche por dos títulos. Sin embargo, creo que el Sevilla 2016 está un puntito por debajo del equipo que levantó su cuarta UEFA.
El motivo principal del leve bajón es que el Sevilla ha perdido matices en su fútbol. Ya sea porque Gameiro juega distinto a Bacca, porque la figura de Krohn-Dehli acumula más minutos que relevancia o por otros imponderables, los andaluces se plantan en mayo siendo un equipo más de contragolpe que nunca. Coke lo anuncia en la previa del partido de esta noche: “para ganar al Shakhtar la clave es contraatacar”. Ese fue el Sevilla que eliminó (sufriendo) al Athletic. En todo esto está resultando clave la “vuelta” del mejor Krychowiak. Su unión con N’Zonzi ha acabado en final feliz. Juntos aprietan y despejan casi todo. El plus creativo ya no va a aparecer en el Sevilla; toca vivir de la bestia polaca.
hola1 28 abril, 2016
El Sevilla no esta del todo, pero tambien hay que mencionar el crecimiento que ha tenido Nzonzi en esta ultima parte de la temporada. Al principio le costo a Unai encontrarle su puesto y su rendimiento era bajo, pero ahora parece otro Nzonzi.
Lo de Krychowiak pues es fundamental que mantenga un nivel alto para que el Sevilla pueda seguir vivo en UEL.