Por la razón que fuese, que pudo ser cualquiera de entre la trascendencia del encuentro, el no encajar gol o el nerviosismo por las alturas de competición para plantillas inhabituadas a ello, o por todas ellas juntas, los primeros 90 minutos de esta semifinal entre Villarreal y Liverpool dejaron un aroma a igualdad total, sin apenas ocasiones claras, decididos por un gol que puede valer un pase y que tiró El Madrigal abajo cuando el silbato estaba dispuesto a vibrar por última vez. Fue un día complicado para los de Marcelino. en su relación con la pelota, pero gracias a su refugio táctico e ideológico, santuario de este proyecto, pudo competir y cantar victoria ante un Liverpool que pese a las numerosas bajas realizó un encuentro interesante.
Con las bajas de Origi, Can, Henderson y Sturridge, y Coutinho sustituido en el descanso, Klopp trató de llevarse viva la eliminatoria a Anfield dando mucho peso a los laterales, figuras siempre necesarias para girar al submarino hacia su puertaMilner y Allen, con libertad. Fue un Liverpool de buen trato de balón para lo que puede ser su propio potencial, con Leiva y Milner en la medular. Volvió a verse en El Madrigal a un Klopp que da mucha libertad a sus interiores, que fuerzan cosas por delante de balón, que abarcan muchas posiciones dentro de la circulación y que no se quedan fijos ni en paralelo al pivote como medida conservadora. Esa función llevada desde la intensidad y las caídas a banda de Milner y los últimos toques de Allen retrasaron mucho la defensa de un Villareal que comenzó realmente confuso, muy impreciso en sus salidas cuando recuperaba la pelota.
El Villarreal tuvo una noche aciaga en el pase y la combinación
Dentro de un encuentro que a la vez que se abría por su dominio indefinido y sus alternancias de campo a campo, se cerraba por falta de ideas, el partido echó de menos ese talento que marca diferencias. El Liverpool no lo atesoraba en la última línea y el Villarreal no logró que nadie emergiera entre tanta imprecisión para darle al partido un tono de posibles a sus compañeros dentro de un translúcido plan local. Decíamos antes confuso precisamente porque no tuvo claro el espectador qué planteamiento de partido tenía en mente Marcelino. El error continuo en el pase abrió el encuentro hacia un ida y vuelta -nunca hasta las áreas, eso sí- que dejó a los hombres de banda, Jona Dos Santos y Denis Suárez, a medio camino entre construir en campo contrario y mantener la posición en el suyo.
Bruno y Denis inventaron el gol decisivoLa estadística en el acierto en el pase que dibujaron Soldado (68%), Bakambu (70%)., Denis (73%) o Castillejo en la segunda mitad (67%), narra bien las dificultades a la hora de trenzar o templar los contragolpes de la ofensiva amarilla. Había que fiarlo prácticamente todo a sostener. Bajo ese contexto de imprecisión, los locales se ciñeron a competir bajo el paraguas de su preparadísima defensa posicional, un argumento absolutamente ganador. Desde la fortaleza de su principal propuesta y al cobijo de un estadio en el que han caído Valencia, Leverkusen, Nápoles, Liverpool, Real Madrid, At. de Madrid o Sevilla, el Villarreal esperó su oportunidad.
Al Liverpool le faltó calidad en sus hombres para abrir el muro
Cuando todo parecía sentenciado, sin variantes de banquillo que revolucionaran el partido en una u otra dirección, tres ocasiones clarísimas se sucedieron en poco más de cinco minutos. Fue extraño porque el partido derivó en un punto en el que ambos equipos comprendían que aquello era lo justo y que no cabía forzar nada. Una combinación fantástica que Mignolet salvó después a tiro de Bakambú y dos contragolpes de los que alteran a sus entrenadores hasta la ira precipitaron todo. Tras pase celestial de Bruno, una acción formidable de Denis, que empezó en la izquierda y terminó en la derecha el choque, por donde se ha redefinido su figura -siete asistencias en esta Europa League, a una de las ocho del récord de Diego en 2012-, llevó el éxtasis a un Villarreal que obró otro de esos tantos partidos que describen el ordenado y competitivo fútbol de Marcelino García Toral.
@rya2212 29 abril, 2016
Yo en lo personal, no me sorprendí con la victoria del Villareal. Porque lo digo, porque la veía venir.
Hubo varios indicios de Bakambú y de Soldado para meterla al fondo de la red en bastantes tramos del juego, pero una de las cosas que cambiaron para bien el juego del Villareal, a mi gusto fue la entrada de Samu Castillejo, debido a que le podía generar una llegada con más explosividad en la banda de Alberto Moreno, y junto con Denis Suárez terminaron por ser factor en este triunfo del conjunto castellonense.
Y ojo, yo no descarto al Villareal para llegar a la final de la UEFA (como se le conocía antes), y por ahí me daría una satisfacción de tener también una final española en la UEFA Europa League, porque para mí sería un deleite disfrutar de ese juego "teórico", pero habrá que ver los juegos de vuelta para opinar mejor. Saludos y buena noche desde Veracruz, México.