Estamos viviendo un tiempo en el que a los laterales se les pide más peso creativo, más participación en ataque y más calidad individual que nunca. Síntoma de todo esto es que cada vez son más los extremos reconvertidos a dicha posición, ocupando una ruta que antes parecía reservada para esos centrales que no encontraban su sitio en el centro de la zaga. Pero esto va más allá de haberle dado por completo la vuelta a aquello de que los «laterales primero deben defender y luego atacar». Va mucho más lejos. Ahora, en el fútbol contemporáneo, la labor de los laterales es más compleja y, sobre todo, mucho más heterogénea. Cada técnico busca en ellos algo diferente, como bien se puede comprobar echando un ojo a lo que Luis Enrique le pide a Dani Alves en comparación a Jordi Alba. O a lo que le da Filipe Luis a Simeone, que se traduce en que a menudo sea uno de los dos futbolistas que más pases dan en el encuentro. O, por supuesto, a lo que le ofrece Marcelo a cualquier Real Madrid, pero sobre todo a este de Zinedine Zidane tan carente de desborde.
Son muchos los laterales que están gustandoEvidentemente, estos son los ejemplos con mayor valor mediático, porque para algo también son los laterales de más condiciones y talento, pero en la Liga BBVA tenemos dos nombres más de jugadores que, sea por sus características o por el plan elegido por sus entrenadores, son fundamentales para sus equipos desde la posición más esquinada del campo. Estos son, además, una buena representación del centro «futbolístico» del fútbol español, pues se encuentran entre los laterales más prolíficos en ataque (Tremoulinas, José Luis Gayà, Ander Capa…) y los más sólidos atrás (Balenziaga, Fernando Navarro, Roberto Rosales…). Y como de uno de ellos, Mario Gaspar, ya hemos hablado largo y tendido, es el momento de centrarnos en la figura del otro gran nombre: Hugo Mallo Novegil.
Con Eduardo Berizzo, Hugo Mallo es capital en el Celta.
Hugo siempre ha sido importante en el Celta de Vigo. Como sabe proyectarse en ataque, tiene un toque de calidad individual y cierto sentido asociativo, desde que formó parte del primer equipo tuvo su peso en campo rival. En el equipo de Paco Herrera, que sobre todo atacaba por su banda, ayudaba a formar un triángulo bastante fuerte con Augusto y Álex López al que, a veces, incluso se sumaba Iago Aspas, que siempre tiene tendencia a caer a la banda derecha. Con Luis Enrique, pasó más de lo mismo. Los extremos cambiaron, entró en escena Rafinha y, en toda esta dinámica de movimientos, en la cual los interiores volaban y los extremos acudían a recibir entre líneas, el recorrido de Mallo siempre fue muy útil. Hugo no deja de ser un jugador de pocos errores, buena lectura y mucha intensidad, con lo que a cualquier altura su presencia suele sumar.
Mallo destaca como marcadorSin embargo, nada de esto es tan relevante como lo que el gallego hace ahora en el Celta de Eduardo Berizzo. El argentino, convencido practicante del «bielsismo» moderado, le pide por encima de todo tres cosas a sus laterales. Por un lado, que ayuden a la salida de balón. Por otro, que hagan muy ancho el ataque vigués, sobre todo en el caso del que ocupa la banda diestra, pues en ella suelen actuar dos futbolistas que siempre acaban por dentro (Aspas u Orellana). Y, por último y más importante, que persigan por prácticamente todo el campo a los extremos rivales. Ésta es, de hecho, su principal tarea. No por el volumen de minutos, pero sí por trascendencia para el equipo. El sistema defensivo del Celta se basa en un marcaje individual que sólo acaba cuando los contrarios abandonan por mucho su zona del campo. Es decir, tanto Jonny Castro como Hugo Mallo marcan al hombre a los extremos contrarios siempre y cuando estos no cambien de banda. Mientras reciban en su carril o incluso por dentro, sea a la altura que sea, ellos deben estar tras ellos.
Sus mejores partidos han sido ante Neymar.
Ésta es una labor muy exigente. Cualquier error no sólo supone ser eliminado, sino también haber dejado vacío un sector del campo. Es por esto por lo que el acierto de los laterales condiciona tanto el nivel defensivo del equipo, algo que se puede observar de forma empírica tanto en el aspecto negativo con Jonny Castro, que lleva un 2016 muy pobre, como también en el positivo con Hugo Mallo.
Se ha exhibido siempre ante el gran NeymarEl lateral se ha convertido así en una pieza determinante para el plan de Eduardo Berizzo por una evidencia ya bastante contrastada: es un marcador soberbio. Físicamente es perfecto para ello. Tiene un centro de gravedad bajo, es potente en la arrancada y muy fuerte chocando. Técnicamente, además, es muy hábil tanto metiendo el píe como orientando su cuerpo para ponerse por delante del rival. Y si a todo esto también se le suma un gran poder de concentración, se puede entender por qué el mejor ejemplo del fútbol de Mallo se encuentra en sus enfrentamientos ante el Fútbol Club Barcelona en general y contra Neymar Junior en particular. El brasileño es seguramente el extremo más difícil de defender que hay hoy en día. Sale por ambos lados, tiene mil recursos, te quita las pegatinas cuando arranca y además pisa zonas interiores cuando quiere, complicando aún más la tarea a su defensor. Sin embargo, Hugo Mallo siempre se le ha adelantado. Siempre le ha superado. Siempre le ha dominado, por impactante que suene.
Porque el capitán del Celta compite de igual manera ante todos, sean extremos puros, cracks mundiales o volantes escorados, caso de André Gomes la pasada jornada. Además, cuando le ha tocado ser central lo ha hecho con la determinación con la que los buenos jugadores superan retos diferentes, aunque en este caso en realidad no lo sean tanto. A fin de cuentas él es un lateral moderno, sí, pero distinto. Como lo es el Celta y lo es su entrenador, pues Hugo Mallo es, junto a Orellana, el resumen más certero de lo que es Berizzo.
Abel Rojas 23 marzo, 2016
La verdad es que lo del duelo de Hugo Mallo contra Neymar es una cosa impresionante. Aunque esté claro que el gallego se exhibe, creo que mucha parte se explica desde lo colectivo -Berizzo es, junto a Javi Gracia, el entrenador que más problemas le suele causar al Barça de la MSN-.
Lo que pasa es que no sé explicarlo. En teoría el Celta deja más espacios a la espalda de su centro del campo que otros equipos, y eso debería exponer más a sus defensas, y Neymar, a un lateral expuesto, debería liquidarle.
Quizá Ney todavía tenga parte de ese ritmo latinoamericano propio de la Libertadores y el súper ritmo del Celta le haga perder un poco de comodidad. Pero la verdad es que no sabría explicarlo a ciencia cierta.