España fue un equipo decepcionante desde el día después de levantar la Eurocopa de 2012, que, casualidades de la vida, se consiguió ante el adversario al que hoy se medirá, la Italia de Pirlo y Buffon. Pero si la línea descendente de los transalpinos ha sido sostenida y no ha tenido freno desde entonces, la caída del equipo de Del Bosque sí edificó un punto de inflexión. Después de varias pruebas con Thiago, Fábregas y Koke -con este, más que «varias»– al lado de Busquets, llegó el turno de Cazorla, que venía lanzando desde ahí a un Arsenal prometedor, y España repuntó incluso con decoro. Pero, por desgracia, Santi no está disponible. Cayó lesionado y parece utópico que llegue bien a Francia.
La experiencia de Cesc podría legitimar su candidatura.
Fábregas viene de sufrir muchoCesc se presenta como la alternativa directa. Conoce a Busquets, atesora experiencia, en la Selección siempre ha rendido y lleva dos cursos ocupando esta demarcación. Su posible problema futbolístico radicaría en su habitual tendencia a la verticalización; y también en el hecho de que es un futbolista que, al ser presionado, puede perder el balón. Cazorla, un segundo pivote menos sólido que él en global, no adolecía de ninguno de estos, en clave España, defectos. De regalo, subyacen dos dudas extras, aunque más relacionadas con su balance competitivo que con lo estrictamente ligado al juego. Fábregas ha jugado muy bien como internacional pero en un rol secundario, mientras que, acompañando a Busquets, debería asumir galones de capitán en plaza. Además, no se puede ignorar que se trata de un profesional en inercia negativa. Sale de un año negro en Londres y de muchas temporadas decepcionando con sus clubes en el día más importante. Y en Francia, fallar será letal.
Thiago representa una frescura que puede repercutir a favor.
Thiago Alcántara se antoja la otra solución. Del Bosque ha demostrado valorarle; le ha convocado casi siempre que ha podido y es vox populi que, si no se hubiera lesionado, habría asistido al Mundial de Brasil. En beneficio del hispano-brasileño, cabe señalar su mejoría latente en la protección del balón. Pese a lo que pudo parecer en la prórroga contra la Juventus, en Múnich ha madurado sus costumbres y su técnica en las zonas dañinas. Ahora bien, yendo a lo conflictivo, podría agregarse que eso es lo único donde se le atisba un progreso destacable. Su capacidad de dirección no ha experimentado salto, y sus pases siguen siendo irregulares: del mismo modo que cerca de la frontal es un mago de la asistencia, en la zona ancha no emite esos toques que permiten a sus compañeros recibir en el momento, el lugar y con la orientación ideales (como Cazorla sí hace). A este respecto, puede resultar contundente precisamente lo que pasó ante los de Turín: en el choque en el que se jugaba su memoria en Alemania, Pep, el entrenador de los centrocampistas, que a su vez es quien más fe ha depositado sobre Thiago durante su carrera, no le introdujo en el campo hasta el minuto 100 del partido, a pesar de que, anteriormente, su inferioridad numérica en la medular había sido negativa. Quizá esto dé pistas sobre su nivel.
El resto de la Selección, más o menos claro a dos meses vista.
Considerando que la portería no parece dar pie a un debate deportivo, que al eje de la zaga no le queda otra que rezar por la salud de Piqué y el reamanecer de Ramos y que el ataque podría haber encontrado su sino en la figura de Morata -por adecuación táctica, nivel de confianza y aparente idilio con las noches importantes-, en quién será aquel que acompañe a Busquets en el doble pivote de la Selección estriba, hoy por hoy, el tema más rico para una discusión sobre fútbol alrededor del equipo de Del Bosque.
Andrés Ferreira 24 marzo, 2016
Yo es que el equipo titular solo veria duda en el 9 y no en lo deportivo porque Morata me parece de sobra el mejor, y mi otra duda sin duda en el interior derecho.Para mi sera un 4-3-3 con De Gea,Carvajal,Ramos,Pique,Alba,Koke,Busquets,Iniesta,Silva,Morata e Isco.