El Atlético pareció estar listo para lo que le aguarda el próximo martes. Tras su prestigioso pero austero triunfo en el derbi de Madrid, Simeone comenzó un proceso de cambio que llegó a su fin, con premio, anoche frente al Deportivo. Desde entonces ha disputado tres partidos de Liga y en los tres ha marcado tres goles, habiendo depurado sus variantes ofensivas y mejorado, de forma bastante notoria, su transición ataque-defensa, que era uno de los aspectos que más podía preocuparle. Ha pasado poco tiempo -apenas 20 días-, pero queda la sensación de que el Atleti fluye hoy como no estaba fluyendo antes de su visita a Eindhoven.
A Ferreira se le vio imparableFue vox populi que, si se vio la versión más engrasada de todas, se debió a la titularidad del recuperado Carrasco. Junto a Filipe Luis, que está fenomenal, el belga constituyó una banda izquierda de puro desborde que proveyó a Simeone de lo que casi nunca ha disfrutado: de una ventaja ofensiva constante. Cada pelota que caía al lado siniestro encontraba buena respuesta, la sociedad se entendía en su conjunto y creaba problemas desde lo individual; Laure sufrió muchísimo y Borges, interior derecho, poco pudo hacer en la ayuda. La razón era que Koke no se lo permitía.
Koke aprovechó el espacio que le dio Ferreira y dirigió a placer.
Koke ocupó la plaza de interior izquierdo en el teórico 4-1-4-1, si bien con regularidad sorprendente hizo las veces de segundo pivote en el eventual (y, por fases, estable) 4-4-2. Tanto en un espacio como en el otro, que apenas se distinguían por 15 metros de altura, el canterano más asociativo del Calderón aportó a la circulación de pelota una dosis de inteligencia que marcó la diferencia; tanto en lo referido al ritmo que imprimía -o dejaba de imprimir- como a la dirección que daba al ataque, alternando la insistencia en el lado fuerte con cambios de orientación hacia las llegadas de Saúl y Juanfran. Koke aprovechó el espacio que le dio el éxito de Filipe y Carrasco para ejercer de director de orquesta.
Saúl volvió a completar un choque versátil, equilibrada y decisiva.
También hay que hablar de Saúl, cuya presencia en la segunda línea empieza a ser priorizada por Simeone sobre la del propio Koke. Dicho de otro modo, quizá veamos pronto encuentros enteros con Koke en el doble pivote y Saúl de volante derecho. Su influencia sobre la citada transición ataque-defensa es monumental, ningún medio rojiblanco tiene tanto peso en ninguna otra fase. Su mente no descansa; detecta los desmarques de Gabi y Koke y los compensa con acierto, lo que les permite irrupciones sorpresas al área que achatan al adversario -y que dificultan su contra posterior-. Además, sus recursos individuales para el robo o la carrera de cobertura son ampliamente superiores a los de sus compañeros. Con Saúl en esa posición, Simeone puede permitirse atacar más de seguido sin miedo a que el equipo se le descosa tras la pérdida. Es más, domina la segunda jugada y se da el lujo de engarzar varias fases ofensivas consecutivamente. Ayer pasó.
En pos de enfriar un poco los ánimos ante tan convincente actuación colectiva, pega subrayar el rol en contra que puede jugarle al Atlético un posible nerviosismo si el PSV no encaja el 1-0 pronto, y que la floja imagen que ofreció el Deportivo de la Coruña ratificó los problemas que se le asignaron en este texto e incluso descubrió algunos nuevos.
Sebastián Gutierrez 13 marzo, 2016
Yo la verdad es que siento que si el PSV se le encierra al Atleti y lo hace de forma muy ordenada,la eliminatoria podria ponersele muy cuesta arriba al Atleti y ahi es donde Carrasco puede ser clave, ya que es hoy en dia tal vez el jugador mas autosuficiente del Atleti.Pero que en la ida el Atleti jugando tanto con uno mas y ante un equipo muy inferior al suyo no haya podido elaborar ni una clara de gol( las pocas que vi en ese lapso vinieron por perdidas peligrosas del PSV) es bastante preocupante y habla mal de su ataque estatico, teniendo este año tal vez los jugadores mas aptos para eso Simeone.Por eso creo que el problema del gol del Atleti radicaba mas bien en que los equipos rivalea ya lo ven como un grande y se le encierran y al parecer Simeone no estaba preparado para este concepto aun