Rafa Benítez cerró una fase de su vida cuando fue despedido por el Real Madrid. Formado en la antigua Ciudad Deportiva y de proclamado corazón merengue, el fin de su trayectoria siempre pareció orientado a acceder al banquillo del Bernabéu y triunfar sentado en él. Y tras pasar por Valladolid, Osasuna, Extremadura, Tenerife, Valencia, Liverpool, Inter, Chelsea y Nápoles, logró su ansiada oportunidad. Nunca habría podido imaginarse que, encarándola, iba a sufrir los peores meses de su carrera; en menos de un semestre, el sueño perseguido durante 23 años se había escapado para no volver. El golpe profesional era de una dureza extrema. Por eso resulta tan emocionante que, sin apenas tiempo para recuperarse, haya aceptado la tarea de intentar salvar al Newcastle United. Con su decisión, Benítez demuestra una pasión por su trabajo que, tarde o temprano, le recompensará. Empieza su fase 2.
Newcastle puede ser un destino apropiado para el actual Benítez.
Por primera vez desde que hizo grande al Valencia, el marcador inicial de los partidos, el 0-0, no será de por sí un mal resultado para su club, y esta es una condición que cambia su paradigma por completo. Con otro añadido: el envoltorio de su primer reto le encaja como un guante.
El equipo peca de fragilidadEl objetivo inmediato de Benítez consiste, ya se ha apuntado, en sellar la permanencia. En estos momentos, el Newcastle ocupa la 19ª plaza de la Premier con 24 puntos. El Norwich City (25 puntos y un partido más) y el Sunderland AFC (25 puntos y dos partidos más) son sus inmediatos superiores y los únicos rivales por la empresa. Y el gran denominador común de los tres grupos radica en tener, junto al desahuciado Aston Villa, los peores sistemas defensivos de la competición. Ninguno de ellos se alza como una potencia en ataque, pero el motivo fundamental de su comprometida situación descansa, con certeza, en su fragilidad.
Y es precisamente sobre la parte defensiva sobre la que Benítez sabe causar un efecto más urgente. Sus equipos acostumbran a ser sólidos desde el arranque, es imaginativo inventando parches sobre la marcha y dispondrá de un nivel físico de base proclive a facilitarle la labor. Aun considerando las 12 bajas que padece, entre ellas las de valores de la retaguardia tan experimentados como Tim Krul, Fabricio Coloccini y Cheik Tioté, medios tan agresivos y resistentes como Jonjo Shelvey o Moussa Sissoko representan un material con el que el técnico español acostumbra a sentirse cómodo. Especialmente, si comen de su mano.
Benítez será la estrella del club; una etiqueta que le queda bien.
De primeras, eso de «que coman de su mano» le será más asequible que últimamente. Visto por fuera y a tenor de las voces vertidas tras cada despedida suya, la mayoría de las experiencias fallidas de Rafa en el último lustro se han debido a su falta de entendimiento con los vestuarios de élite. Al tratarse de un entrenador que parece basar sus instrucciones en frases restrictivas y negativas -y no propositivas y afirmativas-, le cuesta prender química entre él y las estrellas. Pero en el Newcastle, la estrella será él, con la particularidad extra de que su fichaje por el club se interpreta como una apuesta por el crecimiento que hallaría continuidad de alcanzarse la salvación en mayo, y de que todo el que lo haga bien hasta entonces contará con serias opciones de formar parte del nuevo y más ambicioso proyecto. Benítez arribará a un vestuario donde cabrá esperar sincera predisposición a aceptarlo y comprenderlo. Le simplificará las cosas; se centrará en lo que adora.
Ayoze, Mitrovic y Wijnaldum son las tres perlas ofensivas del club.
Si el anterior párrafo se cumple, será algo que se pondrá certificar muy pronto a partir de los rostros de Ayoze Pérez, Aleksandar Mitrovic y Georginio Wijnaldum, los tres jóvenes sobre los que recaerá marcar la diferencia. Por lo menos, hasta que la enfermería empiece a vaciarse (la habitan tipos como Gabriel Obertan, Papiss Demba Cissé o Andros Townsend). La distinción de Ayoze, Mitrovic y Wijnaldum radica en su perfil profesional: carecen de experiencia y a su vez confían en dar el salto a un club de más nivel; de ahí que, en lo extradeportivo, sean las figuras menos dúctiles para Benítez. No obstante, en lo futbolístico le vienen a pelo siempre que encauce la irregularidad que comparten. El serbio es una torre no exenta de técnica -lo que permite simplificar los ataques empleándolo como boya-, el español destaca por su rapidez y autosuficiencia -lo que permite atacar con pocos- y el holandés es una máquina especializada en contragolpear. De hecho, el holandés igual es algo más que eso, pues su dominio del balón y la calidad de su primer toque vaticinan un potencial francamente interesante, pero para lo que nos ocupa, mejor quedarnos con lo de que ya es una máquina en transición, y además en sus tres acepciones: la de lanzador, la de conductor y la de finalizador. Con ellos, Rafa no irá escaso de arsenal.
Y básicamente este es el resumen del contexto que acogerá el intento de renacer de uno de los mejores entrenadores de España. Discutir la categoría de quien lo ha ganado casi todo y, a menudo, por sorpresa, sería improcedente. Rafa Benítez ha pasado una mala racha y llega a un lugar donde, sin presiones, recomponerse y crecer. La pasión que ha confirmado conservar metiéndose en el fregado del St. James Park será su mayor aliada.
Comienza la segunda etapa de su carrera.
hola1 14 marzo, 2016
Tambien esta Saivet, el cual creo que podria ser uno de los 5 jugadores mas talentosos de la plantilla. Lo pondria ahi en la lista junto a Mitrovic,Wijanldum y Ayoze Perez. Materia prima tiene Rafa Benitez y creo que lo podria hacer bien. Bonita prueba para empezar, contra el lider.