El Málaga era el equipo de moda. Con un once plagado de canteranos, su fútbol puntuaba a ritmo de Europa League y seducía a La Rosaleda como ni el conjunto de Isco, Joaquín, Cazorla y Toulalan había logrado salvo en noches de Champions. Pero todo se rompió en marzo. Desde la fecha 28 a la 38, ganó un solo partido de 11. Algo raro había pasado.
Los resultados alzan a IgnacioTirando de arqueología balompéndica, nos topamos con otros dos datos de suma curiosidad. Precisamente desde la jornada 27, la última de felicidad en Martiricos, Camacho, por culpa de las lesiones, no volvió a jugar tres partidos seguidos; una racha de infortunios que se prolongaría durante la primera vuelta de la Liga actual en sus primeros 15 encuentros, en los cuales el Málaga sumó 14 puntos (0,93 por partido). Tras estos, el pivote ha podido encadenar al fin cuatro apariciones consecutivas, con el chocante y brutal saldo de tres victorias, un empate y cero derrotas.
La firmeza defensiva es crucial y destacable, pero no es nueva.
No se conciben los puntos del Málaga de Camacho sin detenernos en su firmeza defensiva -solo un tanto encajado en estos cuatro partidos-, pero no estriba en ella la diferencia entre lo presente y lo anterior, pues incluso cuando llegó a coquetear con el farolillo rojo de la clasificación, se destacó como el equipo menos goleado tras el Atlético de Madrid.
Camacho eleva el baricentroLo que provoca Camacho consiste en que, con él, el Málaga puede mantener esa fiabilidad atrás pero sin la necesidad de retrasar tanto sus líneas; aun defendiendo más arriba e incluso buscando a veces el robo en campo ajeno, crearle ocasiones a Kameni sigue siendo dificilísimo. Su juego aéreo, sus coberturas a los laterales, cómo cubre a Recio para que este presione, etc implica un Málaga que sube su altura media un buen número de metros. Y para un grupo tan escaso de creatividad, y también de velocidad, como el de Javi Gracia, poder vivir 20 metros más arriba, sin y con balón, dobla o triplica la capacidad de llegada. De 0,6 goles por partido ha mejorado al nada prominente pero, al menos, aceptable promedio de 1,25.
El «9» Charles ha sido de los que más han crecido con Camacho.
Los futbolistas jerárquicos influyen sobre el rival, sobre la estructura y sobre cada uno de sus compañeros. Camacho no solo ha convertido a Recio en un jugador más amplio, liberado a los laterales y protegido a Weligton y Albentosa. Quizá su mayor contribución haya radicado en, de modo indirecto, haber maquillado uno de los defectos coyunturales que más limitaban al Málaga: la lentitud de Cop, Santa Cruz y Charles.
lobezno 12 enero, 2016
el Makelele de la era Del Bosque.