Enero es un mes muy duro. En el mundo del fútbol, la llegada del nuevo año anuncia el comienzo de lo serio. Atrás quedan meses de búsqueda, ensayo y error que definirán el éxito final. Tenerlo todo claro desde septiembre es, digamos, algo raro. Pero a veces sucede. En España, por ejemplo, se da el caso del Eibar de José Luis Mendilíbar, club humilde como pocos en Primera pero que ha sido desde el arranque un equipazo muy definido. Y con esencia similar pero resultados aún más bestias tenemos en la Premier al Leicester City de Claudio Ranieri, segundo en la tabla y líder buena parte del campeonato.
Entre vascos e ingleses hay paralelismos. Ambos conjuntos tienen el 4-4-2 como sistema habitual, un dibujo históricamente ligado al intento de rocosidad en colectivos cortos de talento. El Eibar, sin embargo, interpreta esto de manera diferente. Los de Ipurúa piensan que, como no disponen de magos, lo mejor es presionar arriba, robar balones y que sucedan muchas cosas en los partidos. Ranieri, por su parte, lo ve distinto. El Leicester espera. Espera “siempre”. Recupera atrás y luego busca en largo a Jamie Vardy, su gran goleador. Es su plan principal. El secundario se llama Riyad Mahrez, un zurdo argelino de 24 años que tiene excitada a la Premier. Y no es para menos; lo suyo es casi un milagro.
Riyad Mahrez está haciendo magia y generando goles sin tener prácticamente ningún apoyo táctico
Antes de entrar en materia, debemos realizar una aclaración tan frecuente como necesaria: el Leicester, que el año pasado cerró el año como colista, ha vivido una primera vuelta de ensueño. El estado de forma y acierto de sus futbolistas ha sido extraordinario. Por ello resulta complicado extrapolar lo visto hasta la fecha a un contexto futuro. En otras palabras, no sabemos si lo que hemos visto es real o no. Así pues, sin dar nada por seguro, contaremos los prodigios recientes de Riyad Mahrez, que no han sido pocos.
Quizás no tiene la categoría de milagro pero tratándose de un futbolista mágico y creativo, desde luego llama la atención. Nos referimos a la conciencia defensiva de Mahrez. Es verdad que al futbolista no le queda otra. El Leicester basa su futbol sin balón en la doble línea de cuatro, una muralla que aburre e impacienta a sus rivales. Nadie tiene permiso para borrarse de currar… y Riyad no lo hace. No solo baja hasta donde toque sino que tiene los cinco sentidos puestos en que su par no se le escape (foto de la derecha). Y tampoco es insólito verle en su propio punto de penalti despejando centros del adversario (foto de abajo a la izquierda). Sin ser un especialista “estilo Simeone”, Mahrez entiende en qué equipo juega. El lector pensará que arrancar así el análisis de este futbolista es extraño, pero no debe olvidarse que el Leicester de Claudio Ranieri defiende muy a menudo. Es lo que más hace a lo largo de un partido.
Por supuesto, tanto trabajo defensivo tiene sus consecuencias. Mahrez, aunque sus cifras y rendimiento digan lo contrario, interviene poco en los partidos. No toca muchas pelotas a lo largo de los 90 minutos. En ese sentido, destacan tanto la paciencia del africano –que sabe esperar su momento– como lo bien que aprovecha los escasos balones de los que dispone. El único aspecto que le beneficia de la idea colectiva son los metros que, de vez en cuando, tiene para correr a la contra. Aquí empezamos a disfrutar de su arsenal técnico. Conduciendo la bola es muy preciso, tanto que es capaz de, yendo a máxima velocidad, filtrar un balón entre los centrales sin que haya gran espacio a la espalda (foto de abajo a la derecha). Su brillante pie izquierdo define su juego de forma absoluta. Vamos a conocerlo.
Más que puro juego, Riyad Mahrez es magia, desequilibrio e improvisación. Al menos por ahora
Siendo francos, no es fácil analizar a un jugador tan dado a la inventiva y, a la vez, tan simple. Con Mahrez estamos ante un regateador estilo bailarín, de esos que menea su cuerpo y desborda con mil amagos y golpes de cadera. Riyad puede estar realizando una diagonal desde la derecha y, de pronto, cambiar en seco el sentido de la misma (Foto) y salir hacia el lado antinatural. No obstante, hay que señalar que no estamos ante un regateador filigranero. En absoluto. Mahrez va para arriba, es vertical y se mete por sitios imposibles (Foto) gracias a su pie ultrasensible. En la era de Leo Messi, usar este adjetivo con otro zurdo parece desproporcionado, pero Mahrez, salvando las distancias, goza de ese estilo magnético en su pierna buena. Su golpeo es atinado y le sirve tanto para asistir (ejemplo: Chelsea) como para lanzar contragolpes cuando tiene ocasión (poco, luego veremos por qué). Para el final dejamos el tema de los controles, portentosos y bellísimos, sobre todo los que realiza con el exterior de la bota. Exotismo puro.
¿Y el juego? ¿Qué hay del análisis de sus movimientos? ¿Qué funciones realiza? Si a estas alturas aún no hemos profundizado en ello es porque… no hay demasiado que contar. Y esto, aunque suene increíble, no parece culpa del propio jugador. El Leicester, no exageramos, prácticamente no ofrece nada a su hombre más genial. No hay mecanismos que piensen en aprovechar de manera particular a Mahrez. En salida de balón, por ejemplo, Riyad nunca aparece. Los británicos piensan directamente en Vardy cuando la tienen atrás; Mahrez no es una opción para crear. Por eso su peso como lanzador es muy bajo incluso en los contragolpes, porque no cuenta. Si Mahrez es esto porque sabe, no podemos asegurarlo. Lo justo es decir que el Leicester demanda de él acciones muy simples y concretas. Por ejemplo, Riyad es fabuloso en toques de espalda bajo presión (foto de arriba a la izquierda). Para los de Ranieri, que no salen desde atrás con fluidez, este gesto es muy valioso ya que permite desahogar el juego. Además, Mahrez en esto es buenísimo; cuando no sale de la presión con alguna diablura (foto de abajo a la izquierda) lo hace con primeros toques que desnortan (Foto). Otra no le queda; el Leicester, en busca de mantener el orden y la colocación, ni le limpia la zona ni le prepara aclarados para que juegue. Mahrez ha de buscarse sus propias recepciones. Y tampoco es que estemos ante un futbolista de enorme movilidad por el campo; visita las zonas centrales de vez en cuando pero no es una pieza del sistema que viva en libertad pese a ser, con mucho, la más talentosa de todas. Mahrez juega en banda, seguro porque se lo mandan y quizás porque otra cosa no sabe. Desde allí, aprovecha su habilidad para nutrir con envíos profundos al lateral cuando éste decide doblarle (foto de abajo a la derecha)
Necesitamos el paso del tiempo para terminar de comprobar qué es Riyad Mahrez como futbolista
Para lo último dejamos el capítulo de la determinación, y más concretamente, la definición ante portería. La tremenda racha de 13 goles en 18 jornadas de liga nos lleva a plantearnos cómo de auténtica es este cifra y si Mahrez va a ser a partir de ahora un futbolista con semejante potencial goleador. De ser así, su figura tomaría una dimensión diferente. Y es que el internacional por Argelia lleva semanas deleitándonos con tantos dignos de privilegiados. Lo mismo te la pone en la escuadra sin espacio para chutar que te la coloca suave junto al poste. Va bien al remate y también marca goles feos. Lo domina todo. Ahora solo queda esperar y comprobar qué es Riyad Mahrez fuera de una dinámica espectacular como la lograda por el Leicester desde que arrancó el campeonato. Lo visto hasta hoy es excepcional y meritorio. Muy meritorio.
···
···
HAZ CLICK AQUÍ PARA VER TODAS LAS COLECCIONES DE
– ORIGEN | ECOS –
···
Iñigo 13 enero, 2016
Considerais la forma de jugar del Leicester similar a la del Levante 2011/2012 ?