1) HONG KONG-ARGENTINA (TESIS)
El jugador italo-argentino de la Juventus, Mauro Camoranesi, explicó en cierta ocasión que él siempre había considerado a Diego Maradona una especie de héroe porque robaba a los ricos para dárselo a los pobres, y que esto era algo así como la Biblia del fútbol. La comparación es plausible, y de hecho el periodista Jimmy Burns también dijo en «La mano de Dios» que Diego Maradona era un Robin Hood aparente. No obstante como metáfora no resulta muy ajustada puesto que Diego Maradona jugó sus campeonatos ciñéndose a las reglas establecidas, no estaba fuera del sistema como un Che Guevara o un Robin Hood, y tampoco se podría considerar que el Nápoles de los ochenta fuese un club «pobre»; y prueba de ello es el montante del fichaje del propio Diego Maradona.
Lejos de representar a quien roba al rico para dárselo al pobre, Maradona actúa como la venganza del humillado. La del estigmatizado sur de Italia contra el etnicista norte. La de una Argentina expoliada durante la guerra de las Malvinas por el invasor británico. Por eso Bruce Lee, que es la reivindicación del pueblo chino contra las humillaciones sufridas a manos de ingleses y japoneses, resulta su gemelo ideal. Sus pueblos habían sido antaño ricos y poderosos; y aunque lo hubiesen perdido casi todo aun eran muy orgullosos. Argentina es durante su periodo agroexportador (1880-1930) una potencia mundial. El reino de las Dos Sicilias, durante la Exposición Internacional de París de 1856, recibió un premio como tercer país con mayor desarrollo industrial del mundo. Y que decir de la China ancestral, que es una de las madres de la cultura. Una civilización que durante la Edad Media superaba a Europa en riqueza, población y en el tamaño de sus ciudades. La grandeza perdida nos da una pista de la función que tienen estos héroes en el inconsciente colectivo de sus pueblos. No solo les están vengando contra el opresor, también son un reflejo de la gloria pasada.
«A grandes maestros, grandes alumnos»; Diego Armando Maradona.
El interés de Bruce Lee por las artes marciales procedía de su infancia. Durante aquellos años se hizo muy popular en Hong Kong un larguísimo serial de artes marciales protagonizado por el actor Kwan Tak-Hing en elEl interés de Bruce Lee por las artes marciales nació pronto papel del legendario Wong Fei Hung (1847-1924). A Bruce Lee le encantaba jugar por la calle junto a sus amigos imitando a los personajes de aquellas historias. La impronta que dejaron en él debió de ser profunda, puesto que cuando ya era una estrella cinematográfica recuperó al mítico Shih Kien, el actor que interpretaba al villano en el serial, para ser su némesis en su película más prestigiosa: «Operación Dragón». Una anécdota que no tiene nada de casual. Según el especialista David West aquellas películas evolucionaron a partir de un intento de conectar a los ciudadanos emigrados desde Cantón con el recuerdo de su tierra natal. Las películas estaban atiborradas de elementos de la cultura cantonesa como la música, la danza o su lengua. Así que el serial de Wong Fei Hung se convirtió en la encarnación de la tradición.
Algo similar sucedía con los héroes futbolísticos de antaño. Al principio la transmisión era principalmente oral y la radio facilitaba la inmersión en una realidad mítica que requería de mucha interpretación por parte del oyente. A Diego Maradona ya le cupo vivir la época en que podía ver a sus héroes por televisión, y de hecho ha señalado que idolatraba a muchísimos jugadores, como la pareja de Independiente Bochini y Bertoni, campeones de la Libertadores, el gran Rojitas de Boca Juniors o al Beto Alonso. En la misma línea el Diego también mantuvo un respeto reverencial por los gigantes lejanos. Por la gran tradición del fútbol albiceleste. Cuando quiso explicar lo que él consideraba que había de distinto en el futbolista argentino, respecto al italiano, habló de como durante su periodo formativo los maestros de las divisiones inferiores fueron siempre los grandes jugadores del pasado. Los Pedernera, Grillo, Griffa, Gandulla, o Pando. «A grandes maestros, grandes alumnos», decía. Estableciendo claramente que él se sentía parte de una orgullosa tradición [1].
2) ESTADOS UNIDOS-ESPAÑA (ANTÍTESIS)
A Bruce Lee le bautizaron originalmente como Jun Fan, que es un término que significa «Volver», lo que acabó resultando bastante profético. Su padre era un famoso artista de la ópera china que se encontraba haciendo una gira por San Francisco, junto a su mujer, cuando sobrevino el parto. Lee Hoi Chuen, que así se llamaba el padre, incluso aprovechó aquel viaje para filmar una película y esta se convirtió de facto en la primera actuación de su retoño ante las cámaras. Desde allí regresaron a Hong Kong donde Bruce Lee creció para convertirse en una estrella cinematográfica infantil, con presencia en numerosas producciones.
Diego Maradona también tiene esa faceta de estrella infantil. Su talento era tan notable que, cuando apenas tenia 10 años, fue reseñado en los periódicos e incluso apareció en el programa televisivo “Sábados Circulares”.Maradona también fue una estrella desde su más tierna infancia Su debut en la Primera División argentina fue particularmente exitoso lo que atrajo en poco tiempo la atención del Barcelona. El jugador atribuyó su salida del país a la desastrosa situación económica en la Argentina y a la falta de instituciones y dirigentes que trabajasen para que el jugador de talento permaneciese en el país. Aunque Bruce Lee no viajó a los Estados Unidos en calidad de gran promesa de las artes marciales, pese a que lo era, sin embargo si comparte con Diego Maradona que el viaje fue a regañadientes y motivado por el contexto socio-económico de su país. Los chicos blancos (británicos) acaparaban en aquella época los mejores trabajos y además trataban a los chinos como a perros, así que muchos muchachos hongkoneses se convirtieron en «punks» pendencieros como respuesta [2]. Bruce Lee fue un asiduo participante en las peles callejeras, por lo que a los 18 años su madre consideró recomendable que invocase sus derechos de nacimiento y emigrase hacia América, puesto que sus problemas con la policía local eran cada vez mayores.
«Yo no temo al hombre que ha lanzado 10.000 patadas diferentes, yo temo al hombre que ha lanzado una patada 10.000 veces», Bruce Lee.
Tanto el fútbol de Diego Maradona como el kung fu de Bruce Lee tienen un componente de agresión. Los rivales caían desmontados ante la gambeta de Bochini y también ante el kung fu de Kwan Tak Hing, y estoLas artes de Maradona y Lee lucen una dosis de agresividad natural seducía a sus dos muy dotados admiradores. Sin embargo también en ambos casos hay otro aspecto común: la originalidad. Bruce Lee tenía un conocimiento limitado del kung fu de estilo wing chun, puesto que se tuvo que fugar de Hong Kong en dirección a los USA antes de completar su formación. Así que sus conocimientos en esta técnica base los aderezó con nociones de muchas otras disciplinas, como boxeo occidental, mantis religiosa del norte de China o judo japonés, por lo que no podía considerarse que siguiese practicando wing chun. Además, al enfrentarse a peleadores americanos, que eran mucho más corpulentos que los chinos, tuvo que adaptar su sistema a las circunstancias. A la postre, un combate de finales de 1964 contra un representante de la comunidad chino-americana [2.5], acabó precipitando que el pequeño dragón abandonase las posturas estáticas de la tradición china y estableciese su propio sistema: el Jeet Kune Do [3].
Por su parte, si ha habido un leitmotiv en la carrera futbolística de Diego Maradona este ha sido la creatividad. El Pelusa improvisaba algo distinto cada vez que tenía la pelota. Dentro del entramado futbolístico-cultural argentino hacer lo impensable, esto es, ser un rebelde, es el sello más autentico [4]. La iconoclasia del fútbol criollo actúa respecto a las rígidas formas del estilo británico de forma similar a como la rebeldía de Bruce Lee rompió con los estrictos códigos de la tradición marcial china [5]. A su vez la principal impronta que Bruce Lee y Diego Maradona dejaron para sus corrientes fue una mayor rapidez y eficacia. A Bruce Lee le parecieron excesivos los 3 minutos que duró su combate contra Wong Jack Man, el representante de la comunidad china, porque pese a que él ganó aquella pelea no había conseguido noquear a su rival, y eso cristalizó en el fluido Jeet Kune Do. Por su parte Diego Maradona ha sido definido como un Sivori con más velocidad, y en una preciosa nota de Mario Vargas Llosa, publicada en el ABC español en 1982, se le considera menos brillante a la manera de Pelé, pero muy eficaz. Según Vargas Llosa lo de Diego terminaba con la teórica fractura entre fútbol científico europeo y el fútbol artístico hispanoamericano, al ser una suerte de síntesis entre ambos. Algo muy parecido al mestizaje de técnicas que Bruce Lee llevó acabo entre lo oriental y lo occidental. Ambos trascendieron a sus géneros estableciendo un juego entre los opuestos.
3) HONG KONG-NÁPOLES (SINTESIS)
Durante su periplo americano Bruce Lee daba clases y efectuaba exhibiciones circenses de artes marciales. El público quedaba atónito ante sus puñetazo de una pulgada, las flexiones con dos dedos o sus impresionantes trucos a alta velocidad. Estas representaciones despertaron el interés de Hollywood y le facilitaron un papel en la adaptación televisiva de The Green Hornet. La serie no obtuvo una audiencia que garantizase su continuidad, pero Bruce Lee pudo explotarlo comercialmente iniciando un negocio como instructor marcial de las estrellas cinematográficas y apariciones esporádicas en otras series. Aun así los problemas económicos eran frecuentes y tuvo que lidiar con mucha incomprensión, tanto por temas étnicos como por el cambio de registro que suponía su estilo respecto a las peleas fílmicas tradicionales del tipo John Wayne. Originalmente su regreso a Hong Kong buscaba reconectar a su nueva familia [5.5] con sus raíces, pero al llegar descubrió que Kato, su personaje del Avispón Verde le había convertido en una celebridad en su tierra natal.
A Diego le costó mucho adaptarse al juego de sus nuevos compañeros españoles, a la ciudad y al presidente. La cohabitación fue perjudicada por un sin fin de problemas deportivos y extradeportivos, amén de sufrir grandes problemas económicos. Finalmente aceptó la única gran oferta que tenia para marcharse, la del Nápoles italiano. A su presentación acudieron 80.000 napolitanos e inmediatamente se fraguó una sintonía entre la afición y un jugador que necesitaba amor incondicional. Para Diego aquellas muestras de amor delirante le hacían sentirse de nuevo en casa. Nápoles era como volver a Buenos Aires sin dejar Europa [6].
«El Calcio era una batalla entre el Sur y el Norte de Italia», Diego Armando Maradona.
A parte de suponer un baño de ego, en forma de recepciones multitudinarias, el regreso a casa de ambos atletas incidía en la búsqueda de una expresión más auténtica de sí mismos. Además de mucho dinero,Ambos volvieron a casa buscando la inocencia perdida por el camino Bruce aspiraba a controlar el guión y las secuencias de acción de sus películas hongkonesas. Lo que le alejó de la gran productora Shaw Brothers e hizo que se decantase por la más modesta Golden Harvest que le ofrecía cierta libertad creativa. Bruce Lee era la última bala que le quedaba por probar al productor Raymond Chow y, del mismo modo, Diego Maradona llegaba a un Nápoles que estaba coqueteando con el descenso y con la afición realizando huelgas de hambre o encadenándose a las puertas del estadio para exigir su llegada. Ningún otro equipo en Italia podía garantizarle esa entrega incondicional. En los entrenos le jaleaban por todo, por los taquitos, los caños, los amagues… Al debutar en Verona comprendió que aquello era mas que fútbol cuando se encontró un cartel que decía: «Bienvenidos a Italia». Según el jugador «Aquello era el Sur contra el Norte, los pobres contra los racistas». Esa misma temporada empieza Diego a determinar también la política de altas y bajas del club. «Compre a tres o cuatro jugadores y venda a los que la gente silba», le dijo al presidente Corrado Ferlaino.
A Bruce Lee le hacen viajar hasta Tailandia para rodar «The Big Boss» y a las dos semanas se sustituye al director Wu Chai por Lo Wei. La relación entre ambos hombres fue pésima, y además tuvieron que rodar en condiciones deplorables. El guión se escribía sobre la marcha en base a un boceto, los medios técnicos eran pobrísimos y las condiciones higiénicas inexistentes. Bruce Lee ocupaba su tiempo libre haciendo mejoras en el libreto y procurando mejorar la calidad media del producto. El Napoli también sustituyó a Rino Marchesi por Ottavio Bianchi, entrenador que se proclamó campeón pese a tener una relación muy tensa con Diego Maradona. El jugador aseguró posteriormente que «los técnicos éramos nosotros».
«Conocerse a si mismo es estudiarse a si mismo en acción con otra persona», Bruce Lee.
La siguiente producción de Bruce Lee, «Furia Oriental», consolidó su éxito con otro film que además de una venganza, como en «The Big Boss», incorporaba una subtrama de reivindicación étnica. Los japoneses eran los villanos y la película mostraba incluso un cartel que tildaba a los chinos de «Enfermos de Asia» explicitando el racismo de los nipones respecto a la etnia china. El personaje interpretado por Bruce Lee, Chen Chen, se convirtió en un vengador del humillado cometiendo todo tipo de acciones subversivas que incluyen el vandalismo o asesinatos. El anti-héroe impactó en el público porque devolvía al pueblo el orgullo de ser chinos. Las vejaciones recibidas a manos de los japoneses quedaban vengadas y Bruce Lee se convirtió en el héroe nacional. Diego Maradona protagonizó una anécdota extrapolable a esta. Durante un partido en Verona en que el Nápoles perdía por 0 a 2 la grada gritó xenófobamente «Lavadles con fuego», así que Maradona se acercó al banquillo y dijo: «Ahora vengare al pueblo napolitano». A los pocos minutos hizo un gol de penalti y luego otro de cabeza. Lo celebraron como si hubiesen ganado un título y los napolitanos que estaban en el banco, en lugar de festejarlo con él, se fueron a por los de la curva que les habían estado increpando.
4) UNIVERSALIZACIÓN
Antes de que se celebrase el Mundial de 1986 la figura de Diego Maradona en el seleccionado argentino -y más aun su capitanía- estaban en entredicho, pero a la postre aquello constituyó la mayor superproducción de Diego Maradona. Si Arrigo Sacchi diferenciaba que el fútbol de antaño eran 11 duelos individuales y el fútbol moderno 11 actuando como una unidad, el Diego llegó para demostrar que aun existía una tercera vía: el 1 contra 11. El combinado argentino se encerraba atrás con 8 jugadores y el portero, pero adelante su jugador número 10 era un equipo en sí mismo [7]. La victoria contra la selección inglesa en cuartos de final se convirtió en la apoteosis del fútbol callejero. Maradona marcó un gol con la mano, una victoria simbólica de la astucia de los atorrantes de origen humilde sobre el espíritu del fair play inglés de origen nobiliario; y la imaginación criolla alcanzaba su máxima expresión en una cabalgada en la que fue tumbando hombres como si fuesen víctimas de puñetazos. Inglaterra venia de derrotar a Argentina en una cruenta guerra en las Malvinas (1982), lo que supuso un grave trauma en la sociedad. Aquella cabalgada no solo hizo campeones del mundo a aquellos jugadores, sino que devolvió a los argentinos el orgullo de serlo.
«Operación Dragón» supuso la sublimación étnica, humana y actoral de Bruce Lee. El actor había visto frustrados sus dos mayores proyectos con capital norteamericano. No consiguió que su guión para«Operación Dragón» es a Bruce Lee lo que México 86´ a Diego Maradona «The Silent Flute» fuese rodada por Warner Bros [8] y tampoco pudo protagonizar su propia idea original para el mismo estudio: «The Warrior» [9]. Así que cuando por fin la compañía americana aceptó financiarle una película de artes marciales, con él como protagonista, le supo a gloria. La Warner incluyó un par de actores norteamericanos en la película (John Saxon & Jim Kelly), porque temía darle todo el protagonismo a un asiático, y como director el apenas funcional pero caucásico, Robert Clouse. Todo dio igual porque el film fue básicamente el show de Bruce Lee despanzurrando a norteamericanos como Bob Wall o a chinos como el malévolo Han interpretado por Shih Kien. La presión que soportó durante el rodaje fue dura porque tenía que contentar a dos mundos, oriente y occidente, pero consiguió un rotundo éxito internacional y el título aún goza del estatus de película de culto.
«El ataque por engaño es especialmente el ataque del maestro», Bruce Lee.
Al amparo de estos dos genios, aparecieron numerosos émulos que pretendieron reproducir la experiencia que ellos le transmitieron a su publico. Tras el mega-éxito del Mundial 86 y sus victorias en el campeonato italiano, muchos otros jugadores fueron considerados «maradonianos». A Gica Hagi le apodaron el Maradona de los Cárpatos, a Saeed Al-Owairan, tras un gran gol en el Mundial de 1994, le llamaron el Maradona del Golfo Pérsico, y al marroquí Bassir le tocó ser el Maradona de Desierto. Por su parte la muerte de Bruce Lee generó el fenómeno de la Bruceploitation, la moda de las producciones cinematográficas con actores imitando las poses y el estilo de Bruce Lee y adoptando nombres exageradamente similares como Bruce Li, Bruce Lay o Bruce Le, pero también permitió que una nueva generación de artistas marciales chinos consiguiese repercusión internacional.
Más allá incluso ambos artistas alcanzaron una cierta forma de divinización laica. Durante décadas el gran amigo de Bruce Lee, Taky Kimura, ha cuidado de la tumba de Bruce Lee en Seattle hasta donde peregrinan muchas personas vinculadas a las artes marciales. Y a Diego Maradona le han dedicado todo un culto, que quizás sea algo paródico, pero cuenta con decenas de miles de feligreses repartidos en unos 60 países. Una inmortalidad que, como dijo Lee, es producto de vivir primero una vida que valga la pena recordar.
[1] Es significativo que aunque nunca jugó bajo sus ordenes, Diego mantuvo una gran amistad con Alfredo Di Stéfano, al que admiraba por su calidad de «embajador del fútbol argentino». Algo de lo que paradójicamente se dio cuenta cuando estuvo jugando por el Barcelona.
[2] Frases literales de Bruce Lee y su amigo Hawkings Cheung
[2.5] Miembros de la comunidad chino-americana estaban furiosos por la política de Bruce Lee de enseñar a todo el mundo, independientemente de su raza.
[3] Significa estilo del puño de parada-golpeo o interceptor. La consigna eran aplicar un ritmo irregular para romper o interceptar el del oponente del modo más rápido y eficaz.
[4] Cuando el Gitano Juárez, que es el verdadero inventor de la corriente conocida como menottismo, quiso justificar que El Loco Houseman era más genial que Pelé, dijo que el brasileño: «dentro de su permanente creatividad (Pelé), finalmente hacía lo que uno podía sospechar, por más difícil que fuera, en cambio Houseman inventaba lo que no estaba escrito en ninguna parte. E inventaba siempre, en cada jugada, en cada pelota de cada partido».
[5] Un antecedente muy claro de Diego Maradona es el llamado «gol imposible» de Grillo contra Inglaterra (1953). Durante una jugada Ernesto Grillo se quedó sin angulo y, pese a eso, escogió chutar a puerta en lugar de tirar un centro, que era lo que demandaba la ortodoxia. Los ingleses interpretaron que la jugada estaba mal ejecutada, pese a haber terminado en gol, porque Grillo no hizo lo lógico, y en cambio los argentinos lo consideraron un ejemplo de todo lo que les hacía diferentes: La capacidad de improvisación.
[5.5] Se había casado con una americana blanca, Linda, y habían tenido un par de hijos.
[6]La presentación en San Paolo le emocionó, según dijo, como su debut en Boca. Y esto fue producto de identificar el ambiente con el suyo propio: «Quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Napóles, porque son como era yo cuando vivía en Buenos Aires».
[7] En la historia de los Mundiales quizás solo el brasileño Garrincha (1962) ha igualado una actuación individual tan descollante, si bien él con compañeros de mayor empaque. En periodo histórico del que estamos hablando (1982), seguramente nadie creería que hubiese otro jugador en el mundo en aquel momento capaz de replicar el nivel que Diego ofreció en aquel torneo.
[8] Con James Coburn como protagonista y Bruce Lee realizando varios papeles distintos.
[9] Acabó siendo protagonizada por David Carradine con el titulo de «Kung Fu» (1972-75).
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Referencias:
Evasión o Victoria. Introducción I: El sueño más grande
Evasión o Victoria. Introducción II: Tren de Sombras, cartografía de la luz
Episodio I: «El poder de la sonrisa».
@9LutherBlissett 29 diciembre, 2015
Siempre que escribís algún texto de este tipo digo lo mismo. Flipo con vuestra creatividad y como hilais las comparaciones y que difícil es realizar un comentario que sume y que vaya más allá del tono laudatorio.
A mi se me han ocurrido un par de apuntes más, si bien es posible que esten en el texto y no los haya asimilado aun.
En primer lugar ambo tenían un fisico poco acorde con los estándares de la época: Bruce Lee apenas pesaba más de 60 kg en un momento en el que lo normal es que los artistas marciales fueran armarios roperos. Maradona ya fue definido en su época de Argentinos como gordito por Gatti, en plenos años del fútbol total.
Otra coda que tienen en común es la desilusión que supuso su primer proyecto. Bruce Lee siendo apartado del papel de protagonista en Kung Fu y Maradona quedandose fuera del Mundial del 78.