El análisis de David León sobre la eliminación europea sevillista me hizo pensar. «Necesita más Champions», esgrimió. Lo mismo que se pudo decir 24 horas más tarde sobre el Valencia, el Manchester United o incluso la Roma, aunque los italianos acabasen pasando con su empate en casa contra el BATE gracias a la simultánea exhibición de ter Stegen en el campo del Bayer Leverkusen. Y lo mismo que pudo asignarse a la aislada aparición del Liverpool por la Copa el curso pasado o las primeras de la Juve después de la sanción por el Caciopoli.
La Champions infunde una presión distinta y mayor, más difícil de sobrellevar. Primero porque se desea triunfar en ella más que en cualquier otra instancia y, luego, porque a un pinchazo en la misma solo le siguen cinco partidos -o uno, desde octavos- para poder remediarlo, y no 37 como en los campeonatos nacionales. Para más inri, su nivel táctico medio es altísimo, quizás parecido al de la Liga BBVA, con el agravante de que casi cualquier rival dispone de un par de ases capaces de realizar jugadas personales ganadoras. La Champions exige pluses tanto en lo mental comoo en lo futbolístico. Pluses que solo se asimilan y adquieren en la propia Champions en sí.
A esto se refería Simeone cuando hablaba de que si alguna vez el Atleti sueña con poder dar un paso más frente a las dos multinacionales del fútbol español lo primero es ser tercero/cuarto y entrar en Champions un año sí y otro también (lo que deja libre una sola plaza para Sevilla/Valencia/Villarreal/Athtletic los equipos por presupuesto más cercanos rivales del Atletico) 
Henry 11 diciembre, 2015
Voy a soltar un off topic bastante grande y espero que se me perdone, pero llevaba varios días rumiándolo y no sabía dónde soltarlo: se echa de menos a Alejandro Arroyo. Estaba llegando a su cima como escritor en estos lares, espero se vuelva a saber de él más pronto que tarde #ÀnimsArroyo