A pesar de que el Sevilla está teniendo problemas futbolísticos atesorando una plantilla profunda y versátil, Michael Krohn-Delhi no está siendo protagonista en su primer año. El danés representa un perfil más que interesante para solucionar las grietas que Emery venía teniendo en su medular en este primer cuarto de temporada, pero como Banega es el jefe de la posesión, el orden y la creatividad en las fases con balón, el danés está quedando relegado a un papel secundario. Y en El Madrigal, con el argentino siendo baja por lesión y yendo por debajo en el marcador, Michael… pasó desapercibido.
El rol de Krohn-Delhi no está por ahora completamente definido
Emery, quien suele tener habilidad para aprovechar las particularidades de ciertos jugadores con las que potenciar zonas y momentos que a priori no les pertenecen, se sacó de la manga la La sombra de Éver, alargadatemporada pasada una de sus decisiones más productivas: el intercambio posicional entre Vicente Iborra y Éver Banega. Con balón, Éver organizaba junto a Krychowiak mientras Vicente cargaba el área. Si eran dominados, ocurría lo contrario. A este respecto, Krohn-Delhi llegó a Sevilla para un rol muy parecido. No obstante, incluso con el Villarreal replegado, relajado en un hábitat que domina, los hispalenses buscaron antes a Konoplyanka -va sobrado- o Gameiro.
El ex-jugador del Celta completó únicamente 24 pases en 60 minutos. Fue curioso comprobar como la inseguridad que le genera su posición terminó desapareciendo por propia iniciativa, cuando el danés bajó a la base de la jugada y buscó liderar el ataque organizado de su equipo, minutos en los que faltaron socios y por encima de todo, credibilidad. Fue complicado creerse a Michael en esas labores y ante tal reto; está sin excesiva confianza. El desenlace fue aún más significativo: inmediatamente después al gol de Cedric Bakambú, Unai retiraba al escandinavo, dando entrada en su lugar a Steven N’Zonzi. Parece evidente que el vigente campeón de la Europa League está tratando de encontrar un equilibrio colectivo y un ritmo de juego concreto donde aún no encajó la calidad del que fuera uno de los mejores centrocampistas en España la temporada pasada.
@migquintana 1 noviembre, 2015
Para mí Krohn Dehli es un futbolista de base de la jugada por mucho que todo lo que haga sea propio de un extremo o de un mediapunta. Él necesita mandar, organizar y ver todo de cara. Su forma de hacerlo es conduciendo, lanzando penúltimos pases y desbordando hasta romper líneas contrarias, pero él para acelerar la jugada necesita sentirse el capitán del barco y mirarle a los ojos al doble pivote rival. Esto, de momento, está sucediendo muy poquito. Y no sé si va a suceder mucho, porque no es algo que caracterice en exceso a Unai Emery como entrenador. Además, teniendo a Konoplyanka, es hasta lógico que él sea el que monopolice el ataque sevillista a todas sus alturas. ¿Es lo más beneficioso? No lo creo, por bueno que esté confirmando ser el ucranio. Pero lo de Krohn es tema de sistema (no lo buscan) y jugador (no es capaz de encontrarlo).