Quizás pueda estar pasando desapercibido, pero en White Hart Lane soplan vientos de cambio. La llegada de Mauricio Pochettino, un hombre de identidad y club, le ha dado al Tottenham la opción de sentar las bases de un nuevo proyecto sin las prisas ni las exigencias habituales. Así, de la mano de Dele Alli y Harry Kane como grandes nombres, el equipo londinense está siendo uno de los más destacados de la Premier. Sobre la evolución del club, la llegada del técnico argentino y el estilo de este nuevo Tottenham hablamos con Guillermo González, periodista de «Kaiser Magazine» y «Campeones».
El status del Tottenham Hotspur
– Recuerdo, Guillermo, que cuando se hizo oficial la destitución de Brendan Rodgers, Jamie Carragher dijo que el “Liverpool corría el peligro de convertirse en otro Tottenham Hotspur”. Esta reflexión iba dirigida a los aficionados reds, evidentemente, pero también me resulta interesante para iniciar esta conversación sobre el equipo de Pochettino. Porque, en realidad, ¿qué es el Tottenham? Es decir, simplificando, en la última década, ¿cuál es su status, su proyecto y sus objetivos?
La reflexión que hace Jamie Carragher es acertada hasta cierto punto. Cuando él habla de esto, yo creo que se refiere a la intrascendencia del proyecto. Es decir, al hecho de que las aspiraciones que se marca el Tottenham al inicio de la temporada se van desvaneciendo a lo largo de la misma una y otra vez. Yo creo que por ahí va Carragher. Respecto a qué es el Tottenham en la última década, yo diría que ha sido un vaivén de situaciones. Sobre todo desde que llegó el nuevo presidente, Daniel Levy, quien no ha sabido asentar un proyecto tan sólido como se esperaba. Mientras otros equipos con menor status, como el Southampton, han conseguido proyectos medianamente sólidos, el Tottenham nunca ha llegado a tenerlo. Sabía qué buscaba, pero no cómo buscarlo.
El entrenador que más ha durado en la última época es Harry Redknapp, un técnico que, por así decirlo, es sinónimo del fútbol más británico. Algo que resulta hasta extraño, porque la idea del Tottenham no parecía ir por hacer ese fútbol más british. Estaban Luka Modric, Rafael van der Vaart, Scott Parker… Se podría decir que al presidente le faltaba dar rienda suelta al entrenador, cosa que ahora mismo sí está haciendo. Levy ahora sí está permitiendo que Mauricio Pochettino cimiente unas bases, sin prisas, de un equipo que parece que puede ir hacia arriba, de cara sobre todo a lograr, por fin, asentarse en ese cuarto puesto que Redknapp alcanzó en dos ocasiones, aunque sólo en una fuera a la Champions.
– De hecho, leía en un texto de nuestro amigo David Dorado como, por ejemplo, Arsene Wenger había conocido a quince entrenadores lilywhites diferentes. Más allá de la anécdota y de que, en realidad, lo excepcional sea lo de Wenger, lo cierto es que la sensación es que el Tottenham viene siendo un proyecto que sólo ha podido crecer en base a grandes individualidades. Si no hay un Luka Modric, si no hay un Gareth Bale, no parece haber encontrado la forma de haber acortado su distancia con el TOP4.
Es cierto, pero yo creo que esto también es una característica de la propia Premier League. Los equipos británicos suelen dejarse llevar y liderar por una máxima estrella, como si ésta tuviese que soportar con su carisma el peso del equipo. Éste también es un debe del fútbol inglés, claro, pero ese ya es otro tema. Sea como fuere, el Tottenham ha sido uno de los ejemplos más claros, sí. Por eso es curioso que pueda despegar justamente ahora, cuando parece que ninguno brilla por encima del otro, independientemente de Harry Kane, que parece el jugador más emblemático pero no es esa figura que sí era Gareth Bale.
– Es que el verano de 2013 es muy representativo de lo que es el Tottenham como club. Por un lado se va Gareth Bale al Real Madrid, lo que hasta cierto punto es muy lógico, pero por el otro llegan muchos jugadores con un perfil parecido: status medio-alto, potencial para crecer y un rendimiento que, por lo general, no ha sido el esperado. Y es que, Guillermo, quizás lo que falló es que estos jugadores llegaban a un equipo, incluso a un club, por hacer, y no a un equipo hecho.
Totalmente. Estos futbolistas llegan sin un proyecto asentado y, además, es que lo hacen todos a la vez. Porque es que hablamos de jugadores de la talla de Paulinho, que venía de hacer una enorme Copa Confederaciones, o de Roberto Soldado, que era una referencia goleadora contrastada en la Liga… Es decir, eran buenos jugadores. De cierta categoría. Pero no formaban parte de un plan y el Tottenham no supo estimar cuándo debía traerles, sino que simplemente los fichó. Creo que el dinero que recibió por Gareth Bale les abrumó. Daniel Levy había contratado a Franco Baldini como director deportivo para hacer los fichajes y reforzar el equipo de la temporada pasada, pero es que, en ese curso, André Villas-Boas le había entregado el proyecto a Bale. Gareth era todo el proyecto. Así el Tottenham rozó la cuarta plaza, claro, pero las bases del equipo no eran sólidas. Dependían en exclusiva de la continuidad del galés. Y, cuando se fue, el proyecto se saturó. Aunque curiosamente se generaron muchas expectativas por todos los fichajes, incluso se habló de que el Tottenham podía aspirar a la Premier League, y de ahí que, cuando las cosas comenzaron a ir mal, el club no tuviera paciencia con Villas-Boas.
El proyecto de Mauricio Pochettino
– Por todo esto, la llegada de Mauricio Pochettino pareció tener mucho sentido desde un principio. El argentino puede ser un hombre de proyecto y de club. Lo fue en el Espanyol, lo fue en el Southampton y, ahora mismo, lo está siendo en un Tottenham que sí que parece estar creciendo de forma conjunta.
En el Southampton se comenzó a atisbar lo que podía hacer Mauricio Pochettino en la Premier League. Le entregaron la potestad del proyecto, lo hizo bastante bien y fue una de las grandes revelaciones de la temporada. Y, ahora, en el Tottenham esto está teniendo su continuación, lo que ya de por sí es algo raro porque Daniel Levy no suele dar tanta cuerda, tanto peso y tanta confianza en el entrenador. También creo que esto ha venido por la presión, porque el estilo que ha impuesto Pochettino gusta al aficionado, tanto al propio como al ajeno, y eso es algo que obliga a Levy a no ser tan cortoplacista y resultadista.
Y el tiempo, claro, da réditos. El Tottenham ahora mismo está atisbando un proyecto que aspira a ser algo, que aspira a tener su propia identidad y su hueco en la Premier League. No se trata ya de ganar o de conseguir títulos, sino de ser reconocibles, competitivos y, a partir de ahí, intentar quedar entre los cuatro primeros. Porque éste era un problema que tenía el Tottenham: no tenía el carisma y la entidad suficientes para entrar en el llamado TOP 4 de la Premier.
– Evidentemente, ahora lo que sí que está definiendo a este Tottenham de Pochettino es la extrema juventud de su plantilla. Si no me equivoco, sólo su portero suplente, Michael Vorm, supera la treintena. Es una cosa impresionante. Menos de 25 años de media y jugadores jovencísimos, como Harry Kane (23) o Eric Dier (21), consolidados en el once de un equipo que sólo ha perdido un partido en lo que va de temporada. La apuesta está clara, y comienza a dar resultados.
Sí. Creo que esto ya lo vimos en el Espanyol y en el Southampton. Si permites que Mauricio Pochettino se sienta cómodo en el club, él responde dándole cosas de forma muy directa. A él le gusta elaborar su propio equipo, al estilo más Bielsa posible además. Pochettino ha mirado a la cantera, ha buscado talento fuera y, a partir de ahí, lo que busca es crecer con ellos de forma conjunta. Una idea que no sólo me parece muy bonita, sino que es muy lógica. La Premier League necesita equipos así, con frescura. Antes lo decías tú, el Tottenham es el equipo más joven de la Premier League… y aspira a la cuarta plaza. El reto es mayúsculo. Y si es posible, es porque el trabajo previo ha tenido que ser muy sólido. Por eso yo destaco tanto su primera temporada, a pesar de que como siempre el club no consiguiera los objetivos. El año pasado sentó las bases de lo que se está viendo ahora. Fue fundamental.
– Además, es que esta juventud está completamente ligada con el estilo de juego de este Tottenham. Fíjate, revisando partidos escuchaba a los comentaristas ingleses decir muchas veces la palabra “pace” (ritmo), que es un concepto con más significado en baloncesto, pero que en este caso ilustra este especie de “bielsismo british” que para mí representa la idea de Mauricio Pochettino.
A mí lo que más me llama la atención del Tottenham, que además para mí es la gran mejora respecto al año pasado, es su capacidad para ser muy intenso. El Tottenham es un equipo con una chispa brutal. No solamente en fase ofensiva, sino también en defensa. De ahí que esté muy de acuerdo con lo que comentas, Miguel, relacionando la frescura de los jóvenes con el ánimo, el atrevimiento y la tensión que está teniendo el Tottenham. No aburren ante los equipos más débiles ni tampoco se amilanan ante los grandes, como se ha visto ante el Liverpool o ante el Manchester City. Una combinación que yo creo que refleja lo que busca el técnico argentino. No es ya ofrecer un juego atractivo, que es lo que todos suelen decir, sino también adecuarse al contexto del club y a esa búsqueda de identidad. Con este estilo de juego, el Tottenham asume más riesgos y comete más errores, sí, pero también favorece la tensión de todos los jugadores. El estar dentro y competir ante todos y en todo momento.
El Tottenham de Dele Alli y Harry Kane
– Exacto. Y esto del ritmo y la intensidad se ve tanto con balón como sin él, Guillermo. Porque, por ejemplo, en ataque los Spurs son un equipo muy vertical. El balón casi siempre va raseado, sí, pero hay muy poca pausa y poco pase horizontal. De ahí que el Tottenham sea el equipo que más dispara a puerta de toda la Premier siendo sólo el quinto en posesión (53%) y el décimo en regates.
Lo que Mauricio Pochettino quiere es que el balón llegue mucho a portería rival y que, además, lo haga con cuantos menos toques sea posible. Algo que entiendo también desde el punto de vista de minimizar riesgos. Un equipo tan joven no está lo suficientemente curtido como para madurar más las jugadas, ni tampoco tiene demasiados jugadores para jugar de esa manera. Sabe que para potenciar esa juventud el estilo tiene que ser muy tenso, muy rápido, muy vertical, llegar mucho a portería…
Muchas veces hemos hablado del Bayer Leverkusen como un equipo de mediapuntas que tiene transiciones espectaculares y que crece cuando pisa tres cuartos, y yo creo que aquí la comparación está hecha y es obvia. Porque el Tottenham, incluso, cuenta con muchos centrocampistas que, en realidad, son mediapuntas. Sus dos interiores en fase defensiva, que vienen siendo Dele Alli y Moussa Dembélé, han sido mediapuntas o hasta delanteros en algún momento. Por eso al final les interesa que el balón siempre vaya hacia delante y no hacia los lados para que la jugada vaya ganando calidad poco a poco, pase a pase, con mucho orden. Mauricio Pochettino es muy práctico en este sentido.
– Y aquí me parece que la presencia de Dele Alli ha sido fundamental. No sólo está el hecho de que el Tottenham no ganara en Premier hasta que él fue titular, sino que ya sea como mediapunta o como interior, el joven futbolista inglés le mete mucho ritmo y mucho dinamismo al juego. Es un futbolista muy móvil que, en mi opinión, ademá, destaca por ser un muy buen pasador. Ve bien los espacios y pone el balón siempre donde toca para que el ataque no pierda velocidad.
Tiene una lectura magnífico del juego del Tottenham. Al principio, Pochettino dudó bastante en alinearle como titular por un tema de juventud y de adaptación, lo que es normal, pero es que es un futbolista perfecto para lo que él quiere. El argentino ha tenido que reubicar, más o menos, a todo el centro del campo para limitar los problemas defensivos que pueda tener, que los tiene, pero el tema es que lo ha hecho para ponerlo a él, un chico recién de 19 años llegado del Milton Keynes, que estaba en la tercera división inglesa. Esto te lo dice todo. Así lo valora.
A mí los momentos en los que más me gusta es cuando se asocia con Christian Eriksen. Ambos suelen estar perfilados en el mismo lado y, claro, son futbolistas que comparten esa visión para filtrar pases. Porque Dele Allí es que es una maravilla filtrando pases. Y luego, además, por delante está Harry Kane, un delantero que facilita toda este juego moviéndose, cayendo a banda, haciendo coberturas, estando en el área… En cierta manera, los atacantes del Tottenham se potencian los unos a los otros.
– ¿Cuál crees que es su posición ideal? Al final Dele Alli siempre se descuelga y pisa zonas parecidas juegue donde juegue, pero cuando está con Eric Dier abajo parece estar mucho más condicionado. Se le ve más cómodo cómo mediapunta o cuando intercambia rol con Dembélé, como ante el West Ham.
Te iba a sacar el partido con el West Ham, precisamente. Hubo un momento en el que, directamente, Dele Alli pasa a ser el mediapunta y Dembélé baja para ser centrocampista. Y a mí, sí, también me gusta más jugando por detrás de Harry Kane. Es un jugador con llegada, que sabe encontrar su espacio entre líneas, que tiene soluciones por delante del balón… Y no sólo de manera individual, sino también colectiva. Dele Alli sabe jugar en esa zona, y yo creo que eso es lo que hay que potenciar.
– La línea de mediapuntas del Tottenham se rige, de hecho, por la movilidad y la pegada, porque todos tienen un disparo tremendo de media o larga distancia-. Sobre todo cuando están Heung-Min Son, Christian Eriksen y Dembele/Dele Alli. Los tres, los cuatro, son futbolistas muy dinámicos, que si comienzan fuera van a acabar dentro y esta dinámica de movimientos está agilizando mucho un ataque del Tottenham que tampoco es excesivamente creativo. Si es fluido es por los movimientos, Guille. Y aquí también hay que incluir a Harry Kane.
Coincido. A mí modo de ver, en orden de izquierda a derecha, la línea de mediapuntas creo que debería ser Eriksen, Dele Alli y Heung-Min Son. De todas formas, aunque todavía no lo comprendo demasiado, hay que decir que Pochettino le ha dado mucha importancia en el equipo a Erik Lamela. El argentino es un jugador que parece que va a una velocidad siempre excesiva, lo que le lleva a decidir mal, que es el pecado que debe evitar este Tottenham que siempre va tan rápido. Por eso opto por los otros tres. Además, si nos ponemos a ver los jugadores que escoltan a Dele Alli, es decir, Eriksen y Son, estos son futbolistas con dos virtudes claras. Una es su pegada, que les hace ser dos complementos goleadores de mucha calidad para Harry Kane. Y la otra es que, bueno, son futbolistas de tendencia interior, lo que encaja bien con sus laterales, Kyle Walker y Danny Rose, que son muy potentes y necesitan toda la banda para atacar como más les gusta. En definitiva, ambas piezas encajan muy bien con todo el conjunto y que reafirman el argumento futbolístico del Tottenham, aunque también hay que apuntar que a Son todavía le está probando, porque le ha puesto en ambas bandas o incluso por detrás de Kane.
– Un Kane que no sólo me parece su mejor futbolista, sino también el que mejor simboliza lo que es el equipo. Intensidad, movilidad, pegada… Tiene todo lo que es el equipo. De ahí que no extrañe que la explosión del Tottenham se diera con la titularidad de Dele Alli y con los goles del propio Kane.
Es el niño bonito de White Hart Lane. Desde que Tim Sherwood le dio algunos minutos para asentarse en la primera plantilla, ya se veía que tenía maneras. Como hemos hablado, es cierto que no tiene ese status de Gareth Bale, pero también lo es que ha sabido asumir que, en ocasiones, debe echarse al equipo a sus espaldas. Conoce su responsabilidad. Y creo que esto es muy bueno. El Tottenham no tiene una súper estrella que marca todas las diferencias y que protagoniza el proyecto, pero sí un jugador en el que confiar cuando las cosas van mal dadas.
Para mí Kane tiene algunas deficiencias y limitaciones, sobre todo a la hora de intentar regatear o marcharse de un contrario, pero todo esto lo compensa con su inteligencia. Él sabe jugar con sus deficiencias. No busca hacer lo que no sabe, no fuerza la situación de forma individual porque lo lógico es que así no prospere, sino que siempre busca una compañía y mezclar con el resto del equipo. En el área su lectura es brutal, sí, pero es que fuera de ella, sobre todo en el balcón, más de lo mismo. Entiende muy bien los movimientos de sus compañeros, y él los habilita pasando o abriéndoles el hueco. La doble clave de Harry Kane para mí es esa: tiene carisma de estrella en el club, pero a su vez complementa a la línea de mediapuntas y no condiciona al equipo. Si hubiera otro delantero, creo que este Tottenham sería totalmente diferente. No sería igual. Kane es el 9 perfecto para este Tottenham.
– Y todo esto que estamos comentando en ataque, también tiene su espejo en defensa. Porque también todo se basa en el ritmo. En la intensidad. El Tottenham no marca al hombre como el Celta de Berizzo o como los equipos de Bielsa, pero sí que trata de encimar en todo momento al portador del balón. Siempre a base de esfuerzos cortos, explosivos y muy enérgicos. Y cuanto más arriba, mejor. Por eso no nos puede extrañar que un equipo con tanto jugador talentoso y una vocación tan claramente ofensiva sea, ojo, líder en faltas de la Premier (14 por partido) y segundo en tackles (24). Este dato, Guillermo, me parece bestial. Es el que escenifica el «bielsismo british» de Pochettino.
Una de las claves de este Tottenham es dónde realiza la presión, sí. Se va hasta prácticamente el área del contrario para intentar recuperar la pelota o para forzar que el rival la pierda, que viene a ser lo mismo. Y me parece muy lógico, muy coherente. Muchas veces, pese a que hablamos de ese estilo bielsista, este Tottenham me recuerda a las mejores etapas de Simeone en el Atlético, cuando el equipo colchonero intentaba presiona muy cerca del área contraria para así, de paso, generar ocasiones. Porque, realmente, este modo de presión también es un modo de ataque. Un modo de llegar rápido a la portería rival. De ahorrarse esfuerzos creativos. En esto el Tottenham es muy bueno. Sus mediapuntas necesitan muy poco para plantarse en la frontal.
– Son mediapuntas que si reciben de cara entre líneas tras un robo… tienes la ocasión creada. En esto, por cierto, me parece clave Eric Dier. Un jugador de estos ordenados, que te suma en varios aspectos y rara vez te resta. Quizás es el menos talentoso de todo el once, pero cumple muy bien con todas y cada una de sus labores. Me parece, por ejemplo, el reverso de Ryan Mason, que sí que me gusta más lo que deja entrever, pero que todavía está muy verde.
Esto tiene su transcurso. Cuando el año pasado Mauricio Pochettino tenía un centro del campo formado por Bentaleb y Mason, se daba cuenta de que el equipo sufría mucho a la espalda de sus centrocampistas. Los rivales conseguían girar al Tottenham de forma constante a partir de ese movimiento. Evitar eso es lo que busca con Eric Dier como mediocentro, aunque hay que decir que esto nadie se lo podía imaginar. Él fue fichado como central y llegó a ser lateral derecho, que ya era algo increíble, pero así no encontraba del todo su lugar en el equipo pese a que las maneras ya se le veían. Al final, lo coloca de mediocentro, ahora rodeado por Dele Alli y Moussa Dembélé, y es como si todo de rearmonizase de repente. Con Dier ahí, estos dos jugadores tienen libertad. Pero es que, además, como los laterales tienen una gran vocación ofensiva, como habíamos comentado antes, él en fase ofensiva se convierte en el tercer central del equipo. Hace de escoba, digamos. Su participación con balón en las jugadas es ínfimo, si acaso algún pase en salida y algún cambio de orientación, pero sin él tiene una labor fundamental. Él empuja el equipo hacia adelante.
Los periodistas le suelen preguntar si está cómodo en esa nueva posición, porque hasta hace poco era inédita para él, y Dier suele decir que en algún momento ha llegado a sufrir, sobre todo en labores creativas, pero que se ve bien. Es decir, él está muy de acuerdo con el libreto que impone Pochettino. Y yo creo que ésta ha sido una de las pocas cosas inesperadas y revolucionadas que ha hecho el argentino en Londres. El resto ha sido más natural más lógico, pero esto de Dier no me lo esperaba, y es una de las claves del éxito del Tottenham en los últimos dos meses.
El techo del Tottenham 2015/2016
– El Tottenham es, en definitiva, un muy buen equipo. Cada jornada juega mejor. Esto es prácticamente un hecho. Pero no me gustaría acabar la charla sin tocar también las lagunas que podamos vislumbrar, porque evidentemente las tiene. Por ejemplo, el tema de la juventud tiene su reverso negativo: la inexperiencia. Al igual que la idea del ritmo y la verticalidad, pues todo depende de la activación de los jugadores y ésta suele tener sus baches. Además, le falta un par de puntitos de calidad en ataque posicional, lo cual yo creo que se irá notando conforme los equipos conozcan a este Tottenham.
Sí… Yo quiero que llegue febrero y marzo para comprobar todo esto. Son los meses en los que el Tottenham viene sufriendo en los últimos tiempos, hasta el punto de que se le ha escapado el cuarto puesto varias veces en esa recta final. En cuanto al tema juventud, sí que es cierto que hay que ver cómo muchos de estos jugadores soportan el paso de los partidos en una competición tan exigente como la Premier League. Pero a mí lo que me da más miedo, más que la activación y la juventud, es el tema de la confianza. Del orgullo. De creerse lo que están haciendo y de lo que pueden hacer, que es algo de lo que ha pecado el Tottenham en la última década. Estamos tan acostumbrados de ver a un Tottenham que, de repente, renuncia a lo que ya ha hecho o que, al contrario, se empecina en una idea y no busca evolucionar, que lo que pase ahora con Pochettino va a ser entrar en territorio desconocido.
Además, en este sentido apuntaría que la Europa League puede ser un hándicap que vaya pesando. De momento lo está manejando bien, pero los Spurs no tienen una plantilla tan profunda como para asumir cómo se debe dos competiciones de tal calado. Sobre todo si a éstas le sumas las competiciones coperas de Inglaterra. Así que, por una cosa o por otra, esa es mi duda: ver cómo y hasta qué punto el Tottenham puede mantener la competición competitiva que está demostrando en estos meses.
– No estamos en febrero y marzo, claro, pero teniendo esto en cuenta y para finalizar, Guille, ¿qué techo le podemos poner a este Tottenham 2015/2016 de Pochettino? Estando como está la Premier, entrar en Champions ésta vez sí me parece factible. No obligatorio, por supuesto, pero sí factible.
Complicado. Voy a plantear dos ideas. Por un lado pienso que, todavía, este equipo no es lo suficientemente maduro como para aspirar al TOP4. Y no me parece que esto sea tan malo. Es lo lógico. En la Premier hay grandes proyectos como el del Manchester City, el del Manchester United, el Arsenal que está muy bien… Creo que le falta la chispa que sí pueden llegar a tener estos equipos. Eso sí, creo que sí tiene los mimbres para volver a ser el quinto. Para confirmarse como el candidato más cercano.
Sin embargo, por otra parte, como este es otro Tottenham, como esto es inédito, tiene otra base y otros argumentos futbolísticos, quizás sí que puede conseguir el objetivo por pura frescura, ambición y positivismo. Condiciones, con la dinámica positiva, sí tiene. Todo depende de cómo calibren el calendario y cómo asuman los golpes que están por llegar, incluyendo aquí también a la Europa League, que es una competición en la que viene sufriendo históricamente y que, de hecho, es el único lunar ligeramente negativo de este curso. Combinar fin de semana más jueves al Tottenham le cuesta, y a lo mejor ahí vuelve a salir perjudicada la Europa League en detrimento de la liga.
Pero vaya, resumiendo, sí que creo que es posible que lleguen a alcanzar el objetivo. Se suele decir que el Tottenham siempre piensa en entrar en Champions y que nunca lo consigue, lo que evidentemente es cierto. Pero también lo es que nunca ha tenido un proyecto así, que su entrenador nunca ha tenido tanta confianza y que el equipo nunca ha parecido ir tan fuerte en una misma dirección. Y todo esto se vio en verano, que no lo hemos comentado. Antes estábamos habituados a ver cómo llegaban muchos jugadores de cierto nombre, por más que el equipo a veces no les necesitase, pero en esta ocasión han llegado dos complementos ideales: Dele Alli y Heung-Min Son. Sus fichajes son la demostración de que algo ha cambiado. En el Tottenham de Pochettino, todo tiene su lógica.
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Referencias:
twitter.com/Guille_Futbln
Iñigo 28 noviembre, 2015
Recuerdo que, en la recta final de sus temporadas tercera y cuarta en el Espanyol, durante las cuales se habia llegado a rozar la Champions, el equipo se hundia de mala manera en la recta final. No se si el problema era suyo o del club. Supongo que lo podremos comprobar este año.