Ipurua recibía la visita de un Madrid titubeante y afiló sus uñas en pos de ganarle. Su nivel colectivo venia siendo muy superior al presentado por los blancos en el último mes, y eso le daba motivos para la ilusión. Pero aunque hizo mucho de lo posible por conseguir el triunfo, los de Benítez reaccionaron y fueron mejores. Por Kroos, Modric y Kovacic.
Sin Keko, Mendi chocó con PepeLa SD Eibar saltó al campo con mucha agresividad, buscando ataques rápidos que trataban de llevar el balón sin preámbulos a sus tres hombres más ofensivos, Enrich en el centro e Inui y Saúl Berjón en las bandas. Este tridente falló en uno de sus objetivos -crear peligro- y cumplió el otro: ganar tiempo para que el resto de sus compañeros tomase posiciones arriba. Por eso, tras la pérdida, presionaron con pasión, físico y orden.
Kroos y Modric clavaron el modo de superar la presión en Ipurua.
Lo mejor que hizo el Madrid fue escaparse de esa presión. Resultó llamativo porque, dentro del mes negro de los merengues, una de sus carencias más letales fue la creación de líneas de pases; el hecho de que los centrales sólo podían pasarle la pelota a Keylor y de que cada recepción de Kroos o Modric era un marrón para ellos. Sin embargo, se repartieron los espacios con mayor equilibrio y, ante el equipo que más le exigió en este aspecto (a su buen ejercicio añadía un campo diminuto y un césped irregular), se vio su circulación más fluida. La preclaridad de Kroos como pivote y el talento de Modric, que ejerció de gran Modric en el máximo sentido de la expresión, sentaron las bases.
Chocó lo poco que hizo James Rodríguez por entrar en juego.
Kovacic era el más agresivoNo obstante, aunque el Real solventaba con suficiencia y constancia el mayor obstáculo local, no hería con la misma frecuencia; lo cual se explicó desde muchos puntos. El primero, el ejercicio defensivo vasco, sujetado en el consistente doble pivote que conforman García y Escalante. No regala nada. También se notó la apagada actuación de James, que se quedó pegado a la derecha y no entró en juego. Raro en él. Tampoco ayudó el escaso recorrido de Carvajal y el ineficaz de Danilo. Y en última instancia, ni Bale ni Ronaldo participaron lo necesario. Se centraron en cubrir las zonas del ariete y no contactaron con los de abajo. Dicho lo cual, construyeron tres opciones de gol claras por ninguna de su rival.
David Juncà (22 años) exigió una rectificación atrás a Benítez.
El encuentro pegó un vuelco en la segunda mitad. Mendilibar pidió más riesgo en ataque a los suyos y se notó en el lateral izquierdo David Juncà, que comenzó a subir sin cadenas adelantando a James como un cohete, y exponiendo a Carvajal a un dos contra uno peligroso. Ese desequilibrio desajustó al Madrid y también dio la opción a Berjón de recibir en el otro lado y encarar a Danilo. Fueron buenos minutos del Eibar, los pasó cerca de Keylor Navas y evitó salidas blancas; si bien, aunque parecía que el gol podía caer, ninguna de las finalizaciones conllevó peligro real. Y una vez Benítez quitó a James por Vázquez para compensar la fuga de Juncà, su equipo recobró las constantes, recuperó el balón y, de nuevo, su control sobre este Eibar tan notable.
iltuliponero 30 noviembre, 2015
Que le hubiera exigido al Madrid Keko? Y Van Baston?