Cristiano Ronaldo ha vivido de todo ante el FC Barcelona. De primeras, tuvo que lidiar –tanto en Manchester como en Madrid– con la plenitud del trío “Messi-Xavi-Iniesta”. Aquello le costó mucho prestigio, pese a que, visto en perspectiva, muy pocos hubieran presentado tanta batalla como hizo él. Tras la caída del triunvirato culé llegó su momento. El Barça no asumió que ya no podía someterle como antes y le trató con involuntario desdén, casi como a uno más. Cristiano aprovechó la coyuntura para batir récords de goles consecutivos en Clásicos, fulminando con mil y un contragolpes letales.
La tercera y última etapa comenzó en 2014, y perdura hasta hoy.
Desde Ancelotti, los Clásicos de Cristiano son muy parecidos
26 de octubre de 2013. El Real Madrid cae derrotado 2-1 frente al Barça en el Camp Nou. Es el primer Clásico de Carlo Ancelotti y Tata Martino en los banquillos, algo que se nota en la calidad del juego. Para Cristiano Ronaldo, en cambio, éste será el último partido donde exhiba las tres acciones con las que dominó al cuadro azulgrana: la diagonal a la espalda del central zurdo, la conducción eterna en banda izquierda y los desmarques infinitos al espacio a máxima potencia.
Desde entonces, Cristiano sigue un patrón de comportamiento muy similar pero algo matizado. Será el mismo que aplique esta tarde en el Santiago Bernabéu. Lo analizamos.
Cristiano mantiene su manera de herir, pero a menor intensidad
Aunque el desborde de Cristiano pasa por su momento más bajo (no está entre los 20 primeros de La Liga en regates intentados/completados), CR7 parece conservar una jugada de cierto valor: su regate hacia fuera pegado a la banda izquierda. Ahí, encarando a Dani Alves, casi siempre logra el centro al área. Aquí hay un punto clave. Si al recibir, Cristiano, además de a Alves, atrae también a Gerard Piqué, el Barça dejará desguarnecido su punto de penalti. Mascherano siempre naufraga ahí dentro y Benzema, quizás infravalorado como rematador, se ha impuesto numerosas veces.
Para que este lance llegue a suceder tienen que resolverse un par de condicionantes. Por un lado, el Madrid deberá circular rápido la pelota. Si la bola llega lenta a Ronaldo, el Barça hará la ayuda a su lateral con Busquets o el interior derecho. Piqué, por tanto, mantendrá su posición en el área y el Barça estará más protegido en esas acciones. Por otro lado, el factor más imprevisible es el individual. En el pasado, Cristiano y Alves protagonizaron duelos salvajes que, casi en 2016, son imposibles de emular. Dani está lejos del punto físico de la 2014-2015 y Cristiano anda más pesado que nunca. Difícil pronosticar.
Benzema resulta imprescindible para que CR engañe al Barça
Es innegable que la cima física de CR7 ha pasado. Sus intervenciones en el juego siguen repletas de sentido futbolístico pero sufren la limitación de un cuerpo ya humano. Por eso sus citados desmarques y conducciones hacen menos daño. Queda su tercer recurso, que ante el Barça sigue funcionando. Se trata de la diagonal a la espalda del central izquierdo. Hablamos de un movimiento que siempre (siempre, siempre, siempre) se ajusta a la siguiente secuencia.
Benzema baja a recibir de espaldas. El francés se lleva consigo al zaguero izquierdo. En ocasiones, por intercambio de posiciones, puede ser Pique, pero la mayoría de las veces es Mascherano. Benzema nubla, Cristiano mataJavier, a menudo ansioso en este encuentro, busca anticipar a un Karim que aquí es inalcanzable. Se da el añadido de que, amén de la calidad de Benzema, el Barça quizás no posee otro central además de Piqué con talento suficiente para leer este mecanismo (¿Vermaelen?). Gerard puede ser superado pero no engañado. Los demás sí caen en las trampas de Benzema. Una vez creado el espacio, el delantero galo filtrará de manera maravillosa a la ruptura de Cristiano (o servirá de puente para la misma), que encarará portería para definir. Son incontables los goles que el Real Madrid ha generado así frente al Barcelona: el gol de Cristiano en el último Clásico, el penalti forzado en el 3-4 del Bernabéu, el casi penalti del debut de Neymar… La lista es enorme.
(*Matiz fundamental: como decíamos antes, Cristiano necesitará que todo esto se dé cerca de la portería de Claudio Bravo. Las diagonales de 35 metros son historia. El Real Madrid deberá arropar a Ronaldo con posesión de balón y líneas adelantadas).
CR, bien acompañado, dará de nuevo dolor de cabeza a los culés
Por lo que sea (factor Messi, complejidad de su fútbol, etc), la ascendencia de Ronaldo en los Clásicos ha quedado ligeramente infravalorada. La incapacidad del Barça de detener al luso llegó a ser una constante más, como la posesión del lado azulgrana –hasta 2014– o el consabido pánico producido por Leo. Hablamos del “segundo” Cristiano Ronaldo”. El tercero, hoy vigente, mantiene la pericia de su antecesor pero ha abandonado los terrenos de lo imposible. Cuidado, no se confundan; su determinación sigue y casi nada necesita para destruir cualquier marcador. Tan solo demanda un poquito de ayuda. La que seguramente ya tendrá esta tarde en el césped del Bernabéu.
genserico 21 noviembre, 2015
Gran analisis, concuerdo letra a letra, es cierto que la facultad mas visible de Cr ha mermado (su velocidad,explosividad) pero en cambio su facultad tal vez mas trascendental esta luciendo mas, depronto hasta mejorando: su interpretación del juego. Por desgracia a cristiano se le mira como "solamente" un gran rematador" (que lo es) o regateador(que ya no lo es) pero se olvida la que me parece su facultad mas loable y tal vez menos vistosa lo repetire : su interpretacion del juego, aquella que le permite hacer grandes desmarques, anticipar posciones de remate, grandes movimientos entre lineas, me parece que su toma de decisiones también ha mejorado, ya no insiste tanto (supongo pq es consiente de una leve decaida en sus facultades fisicas) en jugadas que antes calificaría de absurdas o desesperantes (sentimiento totalmente subjetivo y lo digo con todo respeto, se excedía en el transporte de balón, en remates de todas partes)
Saludos.