El partido se jugaba a mediados de octubre, era la jornada ocho y había futbolistas en uno y otro equipo que compartían la condición de titulares por primera vez en la temporada. Es decir, se daban todos los condicionantes para ver cualquier cosa menos un encuentro decisivo y, sin embargo, las sensaciones que dejaron Inter y Juventus fueron precisamente las de dos equipos que se estaban jugando tres puntos de los que están en disputa en los meses decisivos del campeonato. El mal arranque de la Juve, condicionado por ausencias importantes, ha hecho que el actual campeón vea el liderato desde la mitad baja de la tabla. Perder en el Giuseppe Meazza hubiese significado quedar a once puntos de uno de los rivales directos. Una brecha que, aunque remontable, hubiese sido una losa realmente pesada.
Roberto Mancini realizó cambios para adaptarse al partido.
Fue ese contexto el que marcó el ritmo de partido -muy alto y con muchísima fricción- y también lo que quizás motivó los planteamientos de uno y otro entrenador, tratando de asumir pocos riesgos y de no permitir contragolpes con el equipo excesivamente abierto. Esto marcó la idea inicial de Mancini, que rompió casi de forma radical con lo que había mostrado hasta el momento. Algo que, por otra parte, no sorprendió, puesto que esa idea base del conjunto nerazzurro hasta ahora parece más bien enfocada al día a día de la Serie A, y no a momentos extraordinarios como un derbi de Italia. El Inter abandonó su salida pausada a través de muchos pases interiores y Felipe Melo como eje, y formó con un 4-4-2 en línea de matices muy diferentes. Por un lado, Juan Jesus y Santon, los laterales que hasta ahora venían ganando altura de forma constante, fijaron mucho más su posición. Por otro, Medel y Melo, el doble pivote, apenas recibía en esa fase de salida.
Buffon detuvo al Inter en el primer tiempoEl Inter iniciaba su juego casi siempre hacia fuera, buscando a Brozovic y Perisic, los dos centrocampistas de banda, reduciendo el riesgo a perder la pelota en zonas de peligro, y tan solo un par de despistes individuales de Murillo permitieron a la Juve contragolpear con ventaja. El Inter, a partir de esos pases exteriores, consiguió además ganar metros con bastante frecuencia. El dibujo le dio un escenario de partido soñado a Stevan Jovetic, el jugador de más nivel con el que cuenta ahora mismo Roberto Mancini. Con los laterales atrás, Brozovic y Perisic abiertos como puentes a la zona de mediapunta e Icardi lanzando movimientos verticales como 9, Jovetic tenía todo el ancho de tres cuartos de campo a su disposición, y el montenegrino lo aprovechó para tener contactos realmente productivos de forma constante. Su participación resultó clave para que el Inter merodease el área de Buffon con continuidad. El legendario guardameta y varias acciones titánicas de un acertado Barzagli mantuvieron con vida a la Juventus.
Una Juventus que buscó una idea similar, en términos de minimizar riesgos, en el momento de iniciar el juego. No tenía intención clara el equipo de construir a partir de Marchisio, ayer el pivote de ese medio campo de tres que conformaban él, Khedira y Paul Pogba, y se buscaban envíos verticales sobre Morata y Zaza, la pareja de puntas. De hecho, los dos jugaron un primer tiempo fantástico a nivel de movilidad, ganando constantemente a través de movimientos de apoyo las disputas con sus defensores, pero estuvieron muy poco acertados cuando soltaron la pelota. Eso provocó que la Juventus no pudiera aprovechar más veces a un Cuadrado que ya estaba mostrando la enorme chispa con la que ha empezado la temporada, aunque esa situación de uno contra uno que se vislumbraba contra Juan Jesus no terminó de activarse por culpa de esa imprecisión de los dos hombres que ejercían de nexo con el ayer carrilero -aunque extremo a efectos tácticos- colombiano.
Pogba, Khedira y Morata tiraron de la Juventus.
Khedira gustó acudiendo más arriba en el 2ºTTodo cambió en el segundo tiempo, donde se vio una Juventus que se hizo con el dominio del partido de forma evidente, y lo logró gracias a que tres futbolistas mejoraron mucho su prestación: Khedira, Pogba y Morata. En el caso de los dos primeros, a partir de un ajuste muy relevante. Tanto Khedira como Pogba adelantaron y abrieron su posición cuando el Inter iniciaba jugada, de modo que ese pase hacia fuera era mucho más incómodo. La Juve robaba arriba y atacaba con más continuidad. El nuevo escenario permitió a ambos interiores lucir también con balón. Pogba dejó alguna conducción más desequilibrante, mientras que Khedira jugó a gran nivel, de lo que se aprovechó Cuadrado. El alemán ganaba metros, y le daba a Cuadrado la opción de encontrarle en profundidad, o le arrastraba a un rival de forma que tenía más sitio para conducir. Morata, por su parte, acertó mucho más en sus toques de espaldas, lo que ayudó sobre todo a ese perfil derecho, hacia donde el madrileño tiene más fácil pasar la pelota porque hacía allí tiene orientado el interior de su pierna buena, lo que permitió que la sociedad Khedira – Cuadrado creciese, al recibir más veces la pelota de cara.
De forma global, se puede sacar la conclusión de que Mancini modificará de forma puntual su plan base, y lo positivo es que tiene buenas mimbres para hacerlo, dada la condición de plantilla mucho más completa que tiene a día de hoy este Inter. En cuanto a la Juventus, la lectura es que el ingreso de jugadores importantes deben de hacer crecer al equipo, sobre todo ese Khedira – Cuadrado – Morata parece una sociedad que puede resultar muy productiva, pero también que la pérdida de calidad -un Zaza muy voluntarioso pero poco acertado es un buen ejemplo- con respecto a la temporada pasada, puede penalizar en escenarios de máxima exigencia. El de ayer, aunque la Serie A acabe de empezar, lo parecía.
hola1 19 octubre, 2015
Partido entretenido pero lastimosamente sin goles. Me gusto mucho el partido de Khedira en la Juve. El unico cambio que deberia hacer Allegri en su 11 de lujo es Alex Sandro por Evra.