A dos días del primer Dortmund-Bayern con Tuchel como nuevo ocupante del banquillo amarillo, se ha formado una sensación de reciclaje entre la gran rivalidad de alto voltaje del fútbol alemán reciente. Los BVB-Bayern de los últimos dos años se caracterizaron, principalmente, por argumentarse muy similarmente en cuanto el análisis previo. Sabíamos cómo se iban a desarrollar los encuentros, cómo se comportarían ambos equipos, qué altura y rasgos tendrían sus ataques; el espacio y la velocidad frente al control y la superioridad alrededor de la pelota. La dirección de campo y sus puntuales ajustes harían evolucionar una relación futbolística que hizo de los de Klopp un tremendo reto para el primer y segundo Bayern de Guardiola, resultando una enorme igualdad en los ocho cruces que compusieron el histórico. El domingo, la previa será una incógnita.
La obra de Klopp fue perfecta porque conquistó el alma de la gente, haciendo del club un modelo equilibrado que exportaba un fútbol deslumbrante y generaba mayoritariamente simpatías a lo largo de todo el continente. Fue el Dortmund el club que simbolizó el relanzamiento de la Bundesliga al nivel internacional que representa en nuestros días. Futbolística y culturalmente, Klopp fue un padre. Ni mucho menos es sencillo encontrar numerosos ejemplos que relacionen paternalmente a un entrenador con su obra. Pero siete temporadas después, el viaje llegó a su fin. El director deportivo, Michael Zorc, tenía tan claro su sucesor como clara es la idea que desde el primer partido implantaría Tuchel en el Signal Iduna Park. Zorc quería otro padre para Dortmund. Tras catorce partidos, y desde el primer pase dado, esta es la criatura del nuevo padre del BVB.
Con Tuchel, los BVB-Bayern abren un nuevo escenario táctico
Tuchel ansía dominar al rival con la pelota«El niño vuelve y revuelve los objetos de los que se apodera, los rompe y los descompone, quiere conocer el interior de las cosas; pero en medio de estos fragmentos, en la flor deshojada o en la piedra quebrada, el niño, por el hallazgo de las partes semejantes o componentes, adquiere la noción reclamada por su inteligencia». Friedrich Froebel, padre de la educación preescolar, fue el precursor del concepto «romper para conocer» dentro del ámbito educativo en las primeras etapas de la vida de un niño. En consonancia, para Froebel, cada objeto es una parte de algo más general y es también una unidad cuando se considera en relación a sí mismo. En el campo de las relaciones humanas, el individuo es una unidad cuando se considera a sí mismo, pero mantiene una relación con el todo incorporando a otros individuos para alcanzar ciertas metas. Desde el prisma creativo e innovador que ha definido el pensamiento de Tuchel, el fútbol, como juego colectivo, vistos los primeros 50 días de su nuevo equipo, va muy en esta línea.
Como el Dortmund del concepto Klopp se desgastó, y aún con una plantilla muy adecuada para seguir explotando un fútbol de transiciones, Tuchel llegó con la idea de ilusionar al futbolista con su propio método, pues la oportunidad, dada la agridulce temporada que originó el fin del ciclo Jürgen, propiciaba cambiar cosas. A medio camino entre la ruptura y la continuidad, el ex del Mainz ha construido un equipo basado fundamentalmente en la elaboración, la presión tras pérdida, una amplitud innegociable y mucho juego interior. El BVB es una criatura que está creciendo desde el carril central; sus mejores jugadores juegan y finalizan por dentro. Y además necesita imperiosamente la pelota, algo que no debe relacionarse con que su tremenda capacidad contragolpeadora se oculte: sigue siendo una piraña en una bañera cuando puede correr. Se remarca como principal diferencia para partir desde ella: Thomas Tuchel necesita la pelota por encima de todo.
La apuesta de Tuchel es meridiana. Quiere y necesita el balón… para todo
Los laterales, abiertos y muy arriba; amplitudTodas las decisiones, tanto en configuración de plantilla como en los movimientos en su salida de balón y su ataque organizado van enfocados hacia esas ideas futbolísticas que buscan el dominio tanto del partido a través del pase como del rival en su propia mitad. La pelota es el juego; el oponente es el juguete que se rompe para conocer. El campo, su jardín de infancia. Sin extremar precauciones posicionales que intenten equilibrar desde la contención de alguna pieza o el esfuerzo de otras, todo el Dortmund es balón, balón, balón. Si sus jugadores no comprenden la globalidad de la idea, bien entendida por el extraordinario nivel técnico de los mismos, sufre para defender sin ella. Su apuesta es integral. En estos primeros dos meses, la asimilación y el éxito es difícilmente cuestionable. Crea espacios con una naturalidad que nunca se les vio en temporadas pretéritas.
Imaginemos que todos los rivales del Borussia Dortmund son un papel. Hecho el símil, arrugarlo y romperlo es la misión de Tuchel. Antes de señalar su salida de balón, una vez llega a campo rival, en la posición de sus laterales estriba uno de los grandes cambios con respecto al anterior ciclo. Schmelzer y Ginter, los más usados, son el marco. Se abren y se paran, y pueden estar durante varias secuencias de pase sin tocarla. Los centrocampistas, siempre Weigl, Gundogan y Kagawa como el mediapunta que más se descuelga por delante de la línea del balón, tienen una referencia exterior para desahogar si el rival trabaja bien las zonas interiores, pero son parte secundaria a la hora de crear cosas. Como todos los equipos que buscan posesión y elaboración, el BVB termina por sobrecargar un costado concreto para desplazar horizontalmente al rival. Y ese es el izquierdo. Desde la ubicación de Reus, Januzaj o Mkhitaryan entre líneas, el Dortmund comienza a arrugar al rival, siempre con los laterales muy arriba y clavados a la cal.
Julien Weigl representa mucho de lo nuevo que ha traído Tuchel al Signal Iduna Park
Este nuevo Dortmund domina con suma calidad la capacidad para batir líneas; como su juego es eminentemente interior, trata de explotar las combinaciones a un toque con controles orientados y relaciones constantes entre compañeros. Su equilibrio entre jugadores creativos que juegan de cara con los cracks que reciben entre las dos líneas rivales ha hecho de su once contra once un estímulo para su visionado. Campo ancho, poca previsibilidad, movilidad y sincronización. Una vez hace una bola del papel que tiene enfrente, sus laterales se activan. Los balones cruzados para Ginter han surtido, y de qué manera, de ocasiones francas de gol para sus llegadores, Reus y Mkhitaryan, y por supuesto para su referencia, Aubameyang. Aunque no disputen la máxima competición continental, no se debe obviar la factura técnica que atesoran sus atacantes. Mención especial para el jugador armenio, por teórica carencia, luciendo una calidad táctica y técnica realmente importante.
Nombrado ya, Julien Weigl nunca hubiera jugado con Klopp. El jovencísimo mediocentro explica a la perfección el cambio de paradigma. Es el niño de Tuchel que crece en su jardín, que rompe para conocer y que juega para comprender. Sin la pelota, él y todo el balance del Dortmund se cae. Weigl es seguridad. Su pase ordena, templa las presiones más avanzadas de los oponentes más enérgicos y da constante espacio para los más creativos y arriesgados. El minucioso trabajo en la ocupación del campo por parte del chico favorece que tanto Gundogan como principalmente Hummels instalen al equipo muy arriba. Su porcentaje de acierto en el envío da continuidad y contrapunto a las características del resto. Entre su titularidad, la idea global y la pérdida de especialistas/polivalentes como Grosskreutz o Kuba, han hecho del Dortmund un equipo consciente de su apuesta. Tiene contragolpe y quiere dominar -y domina- en posicional. Sin embargo, en fase y transición defensiva ha salido perdiendo en adaptación. ¿Quitarle la pelota al Bayern? El domingo, la respuesta.
Leninpower 2 octubre, 2015
PUFFFFF que juego se viene….
Lo mas interesante de ver en ese juego tomando en cuenta el articulo, es el duelo de Teuchel que vive y muere por el balon y Guardiola el Dogma de la posecion¡¡ tienen los mismos recursos defensivos (juntar gente para presionar apenas se de la perdida del balon) todo lo hacen con el balon¡ sera interesante ver cual de los dos equipos impone su ley teniendo casi la misma filosofia de juego….