El Real Madrid venció por cuatro a cero al Shakhtar Donetsk en un partido que no siempre dominó pero que nunca pudo perder. Aunque la competitividad del choque finalizó en el minuto 55, el encuentro sí dejó nuevas pistas para seguir conociendo a este incipiente Real Madrid de Rafa Benítez.
El duelo arrancó con sorpresa. Los de Mircea Lucescu fueron a incomodar muy arriba al Madrid. Stepanenko o Fred (pivotes) se turnaban en los intentos de presión sobre Modric o Kroos cuando estos iniciaban el juego en su campo. Visual y tácticamente, la propuesta tuvo un gran impacto, pero hay que decir que el Madrid castigó la valentía visitante con múltiples recepciones a la espalda de sus mediocentros. En apenas 15 minutos, Bale, Benzema y –sobre todo– Cristiano ya habían regalado maravillas entre líneas. De nuevo aparecieron esas permutas entre la BBC que, parece, van a caracterizar al Madrid 2016. Aun así, el Shakhtar no se amilanó.
El Madrid mostró de nuevo una presión alta no del todo pulida
Pese a meter hasta seis hombres en terreno ucranio, el Madrid nunca pudo robarle la pelota al Shakhtar. De la mano de un inspirado Rakitskiy –central precioso cuando juega bien–, los de Donetsk saltaban con facilidad la descordinada presión blanca. Taison y Marlos, los extremos, sobrecargaban la zona central merengue mientras que Srna y Azevedo, los laterales, subían con sencillez hasta lugares calientes. La calidad y personalidad del Shakhtar nos recordó lo que ya sabíamos: la presión del Real Madrid, que no cuenta con suficientes especialistas, necesita muchas más horas de trabajo.
Dicho esto, debe matizarse lo siguiente: el Shakhtar pisó siempre zonas de pre-gol, pero nunca fue más allá. Ni siquiera en sus mejores momentos llegó a probar a Keylor Navas. A esto colaboró en parte su delantero Gladky, autor de una actuación fantasmal anoche. Como fuese, conste en acta que el Madrid no recibió ocasiones reales.
Isco y una línea de 4 centrocampistas templaron a los ucranianos
Tras la lesión de Bale y la entrada de Kovacic, el Madrid se reorganizó. Benítez pasó a un 4-4-2, se entregó a Isco y este le respondió durmiendo al Shakhtar. El Real perdió algo de brío atacante pero ganó segundos con la bola, lo que necesitaba en esos instantes. Luego llegaron los errores de Pyatov y la expulsión de Stepanenko y se acabó la parte interesante de la velada; la de dos equipos que quisieron presionar y nunca lograron robarle la pelota a su rival.
javimgol 16 septiembre, 2015
Creo que con Bale lesionado y hasta que se acabó el partido, el 442 le vino bien a un hombre: Isco. Quiso el balón, ser protagonista, aparecer en más jugadas y el poder juntarse con Marcelo a él le viene de maravilla.