Ningún amarillo estaba cómodo en el campo. Las dos líneas de cuatro formadas por los hombres de Sergio González ahogaban cada una de las secuencias de pases de los de Marcelino, quien desde la grada echaba de menos a Bruno Soriano, arqueaba la ceja con Leo Baptistao y dudaba de la adaptación de Roberto Soldado al estilo del club. Sólo el más joven, sólo Matías Nahuel Leiva, lograba encontrar espacio entre líneas para amenazar, pero tras cada una de sus recepciones la jugada no tardaba mucho en morir. El trabajo defensivo del Espanyol estaba siendo fantástico y, para colmo, la sugestiva conexión entre Gerard Moreno y Felipe Caicedo se encargaba de transformar dicha labor en tres puntos.
Cédric Bakambu y Roberto Soldado le dieron la vuelta en 20′.
Bakambu gustó en cada uno de sus desmarquesPero entonces entró Cédric Bakambu. Cierto es que el Villarreal había salido bien del descanso y que el Espanyol ya comenzaba a pagar el esfuerzo, que en agosto pesa mucho más, pero fue el futbolista francés quien le dio la vuelta por completo al partido. Al igual que en el Villamarín, donde ya gustó, Bakambu tachó la palabra intrascendente del ataque del «Submarino» hasta convertirlo en venenoso con cada uno de sus desmarques, que son muchos y muy buenos. Estos destacan sobre todo por su poderío físico, pero lo que verdaderamente los convierte en tan peligrosos es su inteligencia para decidir y su calidad para definir. Es decir, Bakambu no sólo se impone por pura velocidad, sino que también sabe mezclar movimientos de apoyo con rupturas hacia portería, cogerle la distancia al defensor para dibujar líneas de pase, medir tiempos para no caer en fuera de juego y, además, enfocar sus últimos pasos hacia el gol con precisos y eficaces gestos técnicos.
El pack es impresionantemente completo, como entendió desde el primer momento un hasta entonces apagado Roberto Soldado. No es que el valenciano no lo estuviese intentando, más bien todo lo contrario, pero ni en su fútbol parece tener herramientas con las que imponerse a un contexto tan adverso ni, encima, Baptistao le estaba ayudando lo más mínimo. Con la entrada de Bakambu, el ariete español encontró un compañero que se movía, distraía y amenazaba sin quitarle ningún espacio. A priori, pensando en el futuro, ambos pueden terminar chocando, pero lo cierto es que hasta la fecha, que únicamente cuenta con 40 minutos de bagaje, la pareja no se puede estar entendiendo mejor. Se repartieron el frente de ataque, los goles anotados, los puntos ganados y, sobre todo, las sensaciones positivas. Porque Soldado cada vez recuerda menos al desatinado delantero del Tottenham, y Cédric Bakambu cada vez se parece más lo que debe ser un delantero del Villarreal.
@Javi15195 29 agosto, 2015
Muy interesante este nuevo ataque amarillo. Como bien dice Miguel, en el 1T los más agitadores fueron Samu Castillejo por electricidad, desborde y golpeo de zurda y el argentino Nahuel. Me gustó especialmente el segundo, que dejó apariciones por los tres pasillos pero algo vacías de contenidos.
También es elogiable la gestión de Uría-Marcelino para el 2T. Ya no solo por esos cambios trascendentales, sino por mostrar otra cara en estos 45 minutos. Adelantaron líneas, forzaron errores del Espanyol con su presión alta y comenzaron a transitar lejos de Areola. Los de Sergio no se juntaban y las pérdidas fueron el inicio para abrir la brecha.
A todo esto, hay que dar un mérito enorme a Sergio y su primer tiempo. Anotaron pronto y luego se sintieron muy cómodos bajo ese 4-4-2. Tremendo cerrojo defendiendo y con ideas claras a la hora de salir al contragolpe. Su pareja de puntas promete un montón. Lástima que Gerard Moreno estuviera impreciso. Se dejó el balón varias veces atrás cuando disponía de metros por delante.