Los debates sobre Marcelo Bielsa son interminables. Allí por donde pasa y haga lo que haga, el técnico argentino termina centrando gran parte de la atención mediática del país, lo que a su vez deriva en un análisis minucioso de su figura y en una obvia sobrexposición del equipo en general. Todos hablan de la revolución del «Loco», de sus métodos, de sus ruedas de prensa y de su propuesta, pero conforme estos impactan e imantan se van aumentando unas expectativas que, además, nacen viciadas, pues parecen enfocadas a dar por bueno todo lo anterior para así dejar sin razones a los críticos. Como en la mayoría de ocasiones sus jugadores no tienen la calidad suficiente y él es un entrenador con ciertas limitaciones endémicas, los equipos se terminan cayendo, se ven incapaces de cumplir con los nuevos objetivos y, sin que nadie lo evite, se entra en un estado depresivo del que no siempre se sale.
Pero aunque no se toque metal a final de temporada, el legado de Marcelo Bielsa va más allá de lo inmaterial. No se trata sólo de lo felices que hace a sus aficionados, de cómo refresca los torneos que disputa o del posible sello futbolístico que deje para el futuro, sino que además está un aspecto que es mesurable y que casi siempre se toca de refilón: la evidente evolución de sus futbolistas.
Muchos de sus titulares en el OM han dado un salto en su carrera.
Marcelo Bielsa es una escuela para los suyosPasar una temporada a las órdenes del rosarino debe resultar agotador, pero compensa por gratificante y positivo para la carrera de un jugador. Con Marcelo Bielsa el futbolista es cuestionado, exigido y exprimido como si de una etapa de formación extra se tratase. Ser el mismo tras 12 meses en uno de sus vestuarios debería considerarse un fracaso, pues acertado o equivocado él no es un entrenador más. La marca al hombre, la intensidad en cada acción, la verticalidad con pelota, la agresividad en cada movimiento… Todas sus ideas técnicas y tácticas, además de un modelo, forman una escuela, lo que unido a que todo el país y parte de Europa esté mirando al equipo por la presencia del «Loco», termina por propiciar lo que ha pasado en Marsella este verano. De su teórico once titular se han ido Jérémy Morel (Lyon), Rod Fanni (Al-Arabi), André Ayew (Swansea), André-Pierre Gignac (Tigres) y, sobre todo, Giannelli Imbula (Porto) y Dimitri Payet (West Ham).
Este último, más que cualquier otro, representa a la perfección el legado que Marcelo Bielsa regala a su vestuario. No es una cuestión de mejora económica, deportiva o similar, que también, sino de cómo bajo su dirección un futbolista puede dar un giro a su juego.
Durante algunos meses, Payet pareció imparable en Ligue 1.
Payet la rompió de mediapunta en el MarsellaDimitri Payet se presentó al primer entrenamiento de Bielsa siendo un atacante que ya se había demostrado decisivo en el AS Saint-Étienne (13 goles en la 2011) y en el OSC Lille (12 goles y 18 asistencias en 2013). Es rápido, vertical, incisivo y hábil. Tiene un gran desborde en carrera, una conducción vertiginosa y un disparo a puerta de pura élite. Es decir, un dechado en virtudes individuales que si no había dado el salto competitivo era porque a todo esto no le había agregado un sentido colectivo. Pero entonces llegó el técnico argentino, le colocó de mediapunta, le rodeó de jugadores ofensivos y le creó un contexto propicio para que todas sus condiciones resultasen aún más decisivas. A cambio tendría que ser más constante, más responsable y más comprometido en todas las labores, tanto con balón como sin él. Y así lo hizo.
Y la rompió. El estar en Francia y vivir los problemas de los últimos meses, donde el bajón de todos fue obvio, le quitó lustre e impacto a su temporada, pero ésta fue impresionante en todos los sentidos. A finales de otoño, cuando el OM comenzaba a funcionar, el ahora mediapunta francés demostró que estaba evolucionando a la misma velocidad con la que corría por banda cuando era extremo. Tocaba más balón y finalizaba menos jugadas, caía a los costados para generar con Ayew y Thauvin los famosos triángulos, era uno de los primeros en presionar tras pérdida y, para colmo, elevó su brutal cuota de determinación hasta los 7 goles y 21 asistencias. Es decir, ahora es más centrocampista… y sigue siendo igual de delantero.
La Premier League parece una competición perfecta para él.
Una doble condición que a partir de este año disfrutará el West Ham de Slaven Bilić en particular y la Premier en general, que además viene a ser la competición en la que por estilo de juego más daño puede hacer Dimitri. Sin el «Loco», quizás, este salto nunca hubiera sido posible. O de darse, no hubiera estado tan preparado para acometerlo. Porque sin Bielsa, Payet sería otro. Ese es su legado.
Mientras, en Marsella, Marcelo continuará viviendo al día desde su pequeño despacho. Conquistar un título una década después sigue siendo su gran tarea pendiente, pero no porque éste le vaya dar sentido a todo su trabajo. No. Eso ya lo tiene. Siempre lo ha tenido.
@AlexSD98 7 agosto, 2015
En el Athletic también ocurrió lo mismo, gran legado y futbolistas que destacaron. Quizás el símil que podemos hacer con Payet por evolución en cuanto a ese Athletic es Javi Martínez, luego daría el salto al Bayern. Por posición podemos hablar de Muniaín pero en menor medida.
Lo que esta claro es que Bielsa siempre hace que sus equipos rindan al mejor y al máximo nivel durante todo el tiempo que les entrena. Negativo y positivo a la vez, positivo por que consigue resultados bastante buenos y deja un gran legado como dices. Negativo por como quedan fisicamente los equipos tras su marcha. El Athletic quedó destrozado y tuvo que luchar las temporadas venideras por no descender.