«Hay un equipo al que le gustaría jugar sin porterías. Juega muy bien, mueve el balón, la pelota circula y la calidad de la posesión es muy bonita, pero no hay goles. Luego va y pregunta a la FIFA si puede jugar así, pero la junta de la FIFA le dice que no es posible», ironizaba José Mourinho sobre lo que parecía el juego del Arsenal de Wenger. Su discurso, ácido y locuaz, tenía una carga propagandística muy potente que pretendía responder a las numerosas y duras críticas que el Chelsea seguía recibiendo pese a ganar. Así, reduciéndolo todo a una cuestión normativa, a un enfrentamiento entre el mundo real y el utópico, el técnico portugués venía a explicar que su equipo había ganado porque, simplemente, se había adaptado a las reglas del fútbol. Ya no era una cuestión de estilo ni estética, sino de (im)posibles.
Petr Cech llega para reforzar la nueva etapa del Arsenal FCEl diagnóstico que le había lanzado a Arsène Wenger, además, incidía en las muchas dudas que viene despertando su proyecto desde hace años a causa de su aparente falta de credibilidad. Un estado que genera un problema de convicción, similar al que ahora sacude a las dos partes de Manchester, que merma su competitividad y que a José Mourinho le viene de maravilla para seguir reinando en Inglaterra sin necesidad de ser sobresaliente. Por todo esto, precisamente la marcha de Petr Cech al Arsenal no tiene sentido. No es coherente. No encaja. Que dejara Stamford Bridge ante la confirmación de Thibaut Courtois se entiende, por más que el luso quisiera seguir contando con los dos, pero el destino elegido va contra toda una forma de proceder en la que, por encima de todo, se privilegia el no reforzar jamás a un rival.
«A veces hay que respetar los deseos de quien anteriormente se ha ganado el respeto con su servicio al club. En el fútbol es poco frecuente tomar una decisión así por esta razón, por eso estoy orgulloso de que mi club lo hiciera», decía Mourinho en la web del Chelsea. Una explicación con lógica que, entre líneas, también viene a insinuar que él no tomó dicha decisión, sino que fue Abramóvich.
La carrera de Petr Cech en el Chelsea es de leyenda.
Leo Messi nunca le ha marcado un solo tantoA efectos prácticos el hecho de quién tomó la decisión no tiene importancia real, pero sí que resulta interesante para ilustrar el que puede ser uno de los fichajes del verano por significado e impacto. Porque desde que se fuera Jens Lehmann en 2008, que tampoco era el paradigma de la sobriedad, la portería del Arsenal viene simbolizando el estado del equipo: errores cómicos, fallos absurdos y una aparición, la de Szczęsny, que tuvo más burbujas que gas. Cierto es que Ospina logró durante el curso pasado logró estabilizar la situación a base de paradas y buenas decisiones, pero la llegada del arquero checo va más allá. Dar un once comenzando por Petr Cech significa darle la vuelta por completo al sistema nervioso del equipo, convirtiendo un defecto en virtud con su simple presencia. Y es que Cech se escribe con «C» de credibilidad, una cualidad que representa incluso con más fuerza que Özil o Alexis.
Porque su carrera está llena de títulos, récords de imbatibilidad y varios premios individuales, que no hacen si no situar en su sitio al único portero que, tras más de 475 minutos, no ha recibido ni un sólo gol por parte del futbolista más inmisericorde que se recuerda. Un guardameta, que como muchos otros, llegó a su club para ser suplente, pero que tras la lesión de Carlo Cudicini agarró el puesto de titular durante una década. Un arquero que hizo excesivamente real aquello que suele decir Juan Carlos Unzué sobre que el «portero es el único futbolista que pone la cabeza donde el resto pone el pie”. Un ganador que, tras haberse lesionado en la mandíbula, el hombro y el cráneo, hizo de su dominio del área una de las dos garantías sobre las que el indescriptible Chelsea de Di Matteo levantó la única Champions de su historia. Aquella estirada a disparo de Messi y aquel penalti parado a Robben, al que le siguió una tanda en la que adivinó el destino de los cinco lanzamientos, convirtió en héroe a uno de los mejores cancerberos de la década.
Cech sigue a un buen nivel competitivo. Sigue sumando.
Todo eso es Petr Cech y todo eso es lo que ha firmado el Arsenal. Sus 33 años le hicieron capitular en el club de su vida, pero ni siquiera hace falta citar a Edwin van der Sar para evidenciar lo que todavía puede aportar a un equipo de élite. Mismamente, en los pocos partidos que ha jugado en esta temporada, Cech no ha demostrado menos seguridad ni ofrecido menos garantías que su joven compañero belga, que nunca rival. Quizás por eso, hace un par de semanas John Terry argumentó que su presencia le supondrá al Arsenal ganar «12 o 15 puntos por temporada». Una cifra realmente curiosa, porque 12 es exactamente el número de puntos que el Chelsea le sacó a los gunners la pasada Premier.
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Fe de erratas: Al parecer, con esa descripción Mourinho se refería al ManUnited de Van Gaal. Para el Arsenal le guardó la siguiente frase: «Pidieron a la FIFA jugar sólo de enero a abril y les dijeron que no existía esa posibilidad, que había que jugar de agosto a mayo».
danielgi610 6 julio, 2015
Cech es un salto de calidad y competitividad tremendo para el Arsenal, tal vez la cabeza calma que Koscielny necesita para convertirse en Top Mundial y la experiencia y mentalidad ganadora para dar ese ultimo pasito ante unos jóvenes que ya creen(según lo visto en la manera que jugaron la ultima final de FA cup-calmos y seguros) en gana.
EMOCIONANTES tiempos para el Arsenal después de la penumbra