Diego Forlán ha puesto fin a su aventura japonesa y ha declarado que quiere volver a su país, Uruguay, para jugar en Peñarol. A un día de que empiece la Copa América, torneo del que es vigente campeón, apetece cavilar sobre lo que fue su fútbol.
Con Pellegrini, se desmarcabaForlán se consagró en Europa cuando salió de Manchester para llegar a Vila-Real. Entrenado por Pellegrini y liderado por Riquelme, el charrúa jugó de un modo extremadamente específico. Pese a su descomunal chut de larga distancia con los dos pies por igual, su rol en el sistema consistía, sin matices, en picar a la espalda de la defensa contraria y recibir pases al espacio de Senna, Pirés, Cazorla, Cani, Sorín o Juan Román. Así, como todos recuerdan, ganó la Bota de Oro del año 2005. Sin embargo, ese no sería su cenit. En su último curso en El Madrigal, el 2006/07, Pellegrini le puso al lado al Guille Franco, un «9» más puro, y se le notaron nuevas cualidades que luego explotaría en el Calderón.
Simao y Maxi, dos puntas, ocupaban las bandas en su 1er Atleti.
Forlán aterrizó en un Atlético de Madrid del que Torres se acababa de marchar. Lo dirigía Javier Aguirre, que trabajó sobre un 4-2-4 con dos puntos a reseñar. El primero, que en el doble pivote se alternaban Raúl García, Maniche, Camacho (17 años) y Cléber Santana. O sea, no había generación de juego, la pobreza creativa de la medular lastraba las opciones del equipo. En cierto modo, el segundo factor que marcó a Forlán, el Kun Agüero moviéndose delante de él como «9», lo aliviaba.
La configuración táctica de aquel sistema tan descompensado inspiró a Forlán para reinventarse y mejorar. Aprovechando su extraordinaria calidad física, que le permitía correr mucho tiempo y mucha distancia sin mucho descanso, decidió bajar a recibir y unir con su movimiento y fútbol los dos bloques separados -física y emocionalmente- que componían aquel Atleti. Demostró capacidad y aprendió un montón. Cuando se le incorporó Reyes como titular, lo cual aportó algo más de control y juego, pudo incluso liderar la conquista de una UEFA Europa League. Su eliminatoria frente al Liverpool, así como la Final, perduran.
En el Mundial donde fue el mejor, actuó casi de centrocampista.
Aplicando lo aprendido entre el Atleti de Aguirre y el de Quique, Forlán ganó con todas las de la ley el Balón de Oro del Mundial 2010. Con un centro del campo repleto de currantes sin toque, actuó de medular en funciones y anexionó la zaga con la delantera con acierto inolvidable. Siempre quedará la duda de qué hubiera ocurrido en la semifinal frente a los holandeses si Luis Suárez no hubiera sido sancionado (penalti ante Ghana). Sin el culé sobre el campo, Forlán fue demasiado «9» y perdió peso como falso centrocampista. Y Uruguay se quedó en poco.
A tenor del enorme talento que hizo constar en Sudáfrica y de que, al fin y al cabo, su gran éxito colectivo a nivel de clubes fue apenas una Europa League, surgen varias preguntas: ¿gozó Forlán de una carrera acorde a su categoría? ¿Tenía cabida su fútbol dentro de un aspirante a la Champions? De un lado, figura la magnitud de sus exhibiciones; alcanzó cotas de juego increíbles. Del otro, el carácter de las mismas: estribaron en maquillar los defectos de equipos que no disponían de centro del campo. Y los mejores del mundo… no necesitaban tal cosa.
ricardojavier1 10 junio, 2015
Yo creo que Diego Forlán, ateniendome solo a las preguntas propuestas no tuvo una carrera acorde a su calidad. Creo que su categoría merecía mucha más participaciones en la élite, en Champions, para ser más claro. Curiosamente a esta pregunta, cuando vemos el plano de Selecciones, Forlán ha cumplido con creces desde que se estableciera el ciclo Tábarez: Líder principal de aquellas semifinales en Copa América 2007, determinante en Sudafríca 2010 ya sea con sus goles o su ayuda a dar claridad y criterio al juego, un argumento intimidante en Copa América 2011 (Aunque la estrella ya sería Luis) y hasta hace poco, máximo anotador histórico de su Selección.
Sobre si era un jugador posible de un candidato a la Champions, la respuesta se ve afectado por las consideraciones previas, por un lado tenemos que su paso fue mayormente en EL, no se vió regularmente en CL y por eso se duda, pero luego uno vez de lo que era capaz no sólo a nivel de clubes sino en su Selección y personalmente creo que Diego Forlán sí era una opción en un candidato.
Yo siempre me quedaré de Forlán un pequeño concepto que creo que dieron acá, en Ecos: En una Uruguay lleno de guerreros, de garra y se comparaba a aquellos tiempos donde Uruguay tenía a verdaderos jugadores con el balón, artistas, casi como si fuera de otra época, Forlán llegó y permitió cubrir esas carencias.