El primero fue Patrick Vieira. De aquello no había precedentes, era desconocido para todos: un europeo de piel negra y altura propicia para el baloncesto que movía los pies casi con la habilidad y coordinación de un sudamericano, manteniendo al mismo tiempo toda la fuerza física de su raza. Para colmo, era inteligente sobre el césped; sabía jugar. A Patrick todos lo quisieron fichar. Era una gran figura. Pronto empezaron a salirle imitadores de debajo de las piedras. El más dotado de todos, Touré Yaya. El africano iba a marcar una nueva línea: se trataba de una estrella sin paliativos, capaz de decidir el partido más difícil o de anotar el gol más bello. Touré había nacido para el elogio y la gloria. De esfuerzos y sudor no quería ni oír hablar. La tercera generación debía depararnos algo nuevo, algo distinto a sus predecesores. Ese algo se llama Paul Pogba. Un bicho… raro.
Si consigue desarrollar lo que lleva dentro, Pogba representa algo nuevo dentro de su especie
Si ningún futbolista permanece ajeno a las características de su equipo, mucho menos uno joven e inmaduro como Pogba. Desde hace meses, la Juventus viene dibujando un sistema “4-3-1-2” que en realidad es un “4-4-2” de toda la vida cuando no tiene la pelota, que suele ser más de lo que parece. Esto, lo iremos viendo, significa que Pogba es extremo a la hora de defender y una cosa extraña en el momento de atacar. El técnico juventino ha diseñado para Paul un puesto a la medida de su realidad actual.
Arranquemos con lo más básico. La Juventus inicia el juego desde atrás. Será Pirlo, mediocentro y gran jefe, el hombre por el que pase la pelota. Como Andrea ya tiene sus años y algunos rivales van a presionarle, en ocasiones el mago italiano recula para ganar aire y de paso ayudar a los centrales a sacarla. Ese espacio libre habrá de ser ocupado por alguien. Pues ojo, aquí llegan los primeros matices de Paul: muy rara vez será Pogba quien baje. Para ser interior, su contribución a la salida es bastante escasa, al punto de que es muy común ver a Arturo Vidal retroceder desde la mediapunta para echar un cable (Foto de arriba a la derecha). ¿Qué hace Pogba entonces? Abrirse. Su naturaleza de centrocampista se difumina y Paul parece convertirse en extremo (Foto de abajo a la izquierda). La instantánea elegida es contundente: el galo es el futbolista más abierto y adelantado en el lado izquierdo, con el lateral siempre a su espalda (Foto). Es tal su comportamiento de extremo que cuando un punta de la Juve baja, es habitual que Pogba se desmarque en profundidad (Foto) –contragolpes (Foto)– o termine moviéndose por delante de él (Foto). Así le marcó la Juventus el 2-1 al Borussia Dortmund, con un Pogba en versión Finidi (Vídeo)
El porqué de este invento de Allegri es bien sencillo: abierto y de cara, Pogba la toca más. En la banda siempre hay más espacio y siempre se recibe de cara. Lo que sucede cuando Paul se viste de “Ronaldinho” tiene que ver con su gran calidad técnica, de la que luego hablaremos. Evidentemente, ahí el francés (casi 1,90) sufre en ciertos aspectos. Su zancada le puede llevar a buscar el uno contra uno hasta la línea de fondo (Foto) pero es un regate que casi nunca le sale. Lo que mejor se le da sin duda es agarrar el balón y pausar la jugada. De esta manera el lateral (Evra) puede doblarle y el resto de compañeros pueden avanzar metros, meterse en el área para buscar el remate (Foto de abajo a la derecha), etc. ¿Significa esto que en Paul Pogba hay conceptos de control, pausa y orden colectivo? Pues sí. Y muchos.
El juego actual de Pogba, decisivo en muchas ocasiones, aún no está a la altura de su peculiar talento
Contado está: a 6 de junio de 2015, Pogba no es un futbolista que colabore en exceso en las tareas creativas, ni que viva pensando en echar una mano a los centrales o al mediocentro. Ni tiene esas labores en mente ni Allegri (que sabe esto) se lo ha terminado pidiendo. Pero eso es una cosa y otra que Pogba no sepa hacerlo. Todo lo contrario; Paul Pogba es algo inédito cuando va en busca del balón. Exotismo puro.
Parece imposible pero así es: Pogba es, por encima de todas las cosas, un jugador de una finura técnica altísima. Su pase corto es siempre limpio y su control orientado es de lo mejor de Europa a pesar de ser una torre. Tiene un primer toque más que preciso y es muy creativo a la hora de soltarla hacia arriba. En resumen, va sobrado de calidad. Pero lo que de verdad le hace único hasta hoy es su manera de sentir el juego cuando baja al círculo central y “piensa” (Foto de la izquierda). Ahí Pogba parece compartir ADN con muchos amantes de los pases. La cualidad base que da pie a todo esto es su inaudito giro para proteger el balón. De verdad, cuesta creer que semejante cuerpo pueda bailar como una peonza de esa manera. No importa lo presionado que se encuentre, Pogba girará y saldrá del atolladero (Secuencia Completa). El otro punto fuerte es su citado control orientado. Pogba parece haber aprendido de los Xavi, Iniesta y compañía. Sabe que en zonas centrales, alejar el balón del rival y acercarlo a la jugada es fundamental. Y vaya sí domina esta suerte (Foto). Sus controles aceleran la siguiente acción. Para colmo, Pogba destaca principalmente en el desborde cortito. También aquí es peculiar. A pesar de que cuando arranca con metros es una locomotora (no llega a ser el Yaya Touré del Mónaco pero casi) (Foto), Paul es más de regatitos cortos. Quiebros secos a golpe de cadera, técnica y sin mucho espacio.
La suma de todo lo expuesto tiene un valor enorme. A largo plazo, puede convertir a Pogba en mucho más que un robot hecho para decidir partidos; hablaríamos de un medio capaz (también) de elaborar. A corto plazo, que es lo que interesa a la Juve, las ayudas puntuales de Paul en la medular son oro puro. Para los italianos, cuando la tiene el galo es el momento de máxima seguridad, por presionado que esté (Foto de abajo a la izquierda). Pogba tiene giro y la aguanta, cosa que Pirlo ya no puede hacer ni por asomo. Y no es solo que no la pierda, hay más. Pogba, rodeado, sabe pasarla a 30 metros (Foto de abajo a la derecha). Le sobra técnica y no le falta visión (Secuencia Completa). Y rara vez toma malas decisiones a la hora de asociarse y controlar. Es todo esto lo que hace de Pogba un jugador muy apreciado de cara a próximas campañas. Eso sí, su nivel actual aún está por debajo de su potencial. Vamos a explicar por qué.
El gran defecto de Pogba a la hora de ejercer como interior es la baja calidad de sus movimientos sin la pelota. Pogba se menea poco y no muy bien. Recibir entre líneas no es lo suyo, al menos no donde debe hacerlo un centrocampista, de ahí que su constancia no sea muy alta y a veces “no se le vea” en un partido. Dicho esto, de falso extremo sí sabe cómo aparecer. Huyendo del lateral rival consigue escaparse y hacer daño. Así, Pogba se viene al centro por sorpresa, lanza contras (Foto), engancha en la frontal (Foto) y, en definitiva, saca todo su arsenal de condiciones técnicas y físicas. Es poco pero a día de hoy es lo que hay. Un dato muy curioso explicaría perfectamente este apartado: desde que Allegri inventara esta posición para él, es más que posible que Paul no haya pisado la banda derecha más de 5 minutos…. en 5 meses. Resumiendo: Pogba aún no sabe moverse. Por eso todavía no domina.
Pese a todo, Pogba acaba la temporada 2014-15 siendo un jugador eminentemente determinante
Cuando la Juventus no tiene la bola en su poder, su dibujo muta hacia un 4-4-2 absolutamente simétrico. Vidal se pega a Pirlo y los interiores hacen de extremos (Foto de abajo a la izquierda). No hay secretos. A Marchisio y Pogba les toca correr contra los laterales adversarios y ayudar lo máximo a Pirlo. No obstante, siendo Pogba como es, un futbolista joven y con aroma de crack, podría darse el caso de que fuera algo negligente en sus funciones. No es así. Su actitud y concentración es intachable. Jamás desconecta de lo que pasa en su zona, persigue siempre a su par (Foto de abajo a la derecha) y si tiene que ir al suelo lo hace sin problemas (Foto). Vamos, que no es un talento defensivo y tampoco llega al despliegue salvaje de su compañero Vidal… pero aporta. Con Paul, la Juve disfruta de un currante extra que, al recuperarla, puede sacar el balón con cabalgadas (Foto). Por cierto, con tanto trabajo defensivo, perder algo de finura con la pelota sería lo normal. En el caso de Paul, casi nunca ocurre. El día que no tenga que correr tanto…
La evolución del francés vendrá marcada por el entorno futbolístico que le rodee en los próximos años
En una figura como la de Pogba siempre queda una cualidad individual por comentar. Por ejemplo, su salto vertical es tremendo, aptitud que a la Juve le sirve para buscarle en los saques de puerta y demás situaciones de juego parado. En cuanto a su relación con el cuero, estamos ante un chutador brutal de media distancia, capaz de sacar misiles sin necesidad de cargar la pierna. Es un virtuoso de las voleas y un feroz llegador al área. También posee un cambio de orientación de esos que vuelan con firmeza y suavidad al mismo tiempo (Foto). Pogba recuerda en gran medida a Ibrahimovic: si lo analizas por partes, te da la sensación de tenerlo todo. La fuerza de Paul, sin embargo, está en otro sitio. Está en su cabeza, en cómo siente el juego y la interpretación que es capaz de darle. Decía Allegri que esta Juventus es un conjunto con potencial para crecer mucho en el manejo de la pelota, frase que guarda una más que posible relación directa con Pogba. Destinado a grandes goles y a jugadas de impresión, Paul será algo nuevo si a todo eso añade ese fútbol reflexivo, controlado y constante que lleva dentro. Sería algo espectacular.
*PD. Pogba sufrió una importante lesión muscular el pasado 18 de marzo, contratiempo que le mantuvo unos dos meses de baja. Desde entonces, su rendimiento no ha sido el mismo y no llega a la final de la Champions League al mejor nivel de la temporada. Pese a ello, su capacidad de ser relevante sigue ahí. Su importancia ante la presión de Rakitic y Alves, su defensa de la zona Messi y demás aspectos relacionados con la final serán abordados, como siempre, en la sección de comentarios.
EnEcosSeDisfruta 6 junio, 2015
Por las cosas que dice el texto como el venir a recibir de espaldas aguantar el balón y girar sin apenas perderlo, su técnica exquisita, su regate en corto y su conduccion esquivando obstáculos es x lo que estoy convencido de que tiene que ser el relevo de Iniesta en el Barça