Es innegable que mucho de lo que un equipo puede hacer sin la pelota depende en gran medida de lo que quiere y puede hacer con élla antes de perderla. En la ida, el Madrid no cuajó un partido continuo y seguro en cada una de sus posesiones, a lo que añadió tanto nerviosismo y precipitación como poca ubicuidad de sus piezas en zaga y mediocentro. La presumible vuelta de Sergio Ramos al eje defensivo debería de transformar mucho de lo visto en los hombres de Ancelotti de cara a frenar cada progresión piamontesa. No sólo se acentuaron los problemas en Varane y Pepe como sociedad, sino en la propia posición de Sergio como acompañante de Kroos. La reconfiguración de dicho triángulo, clave de la cita en el Bernabéu.
Ya se explicó en la previa del partido de ida que todas las acciones ofensivas de la Juve, las que acabaran en gol o se acercaran a ello, serían protagonizadas en penúltima o última acción por las Carlitos hacia Pogba, peligrobotas de Carlos Tévez. Formando una fantástica y complementaria comunión con Álvaro Morata, fue el argentino quien desde el primer momento danzó a lo ancho y largo de la mitad merengue, logrando desajustar las líneas blancas con cierta comodidad en varios tramos de partido. La falta de intensidad, sabida y autoaceptada, de los delanteros y centrocampistas blancos, y sobre todo, el defecto de protagonismo de Pepe y Varane para ajustar la amenaza de Morata en largo y el apoyo de Tévez en corto hicieron crecer a los puntas de Allegri.
Ramos es jefe atrás y puente del sistema. Podría frenar a Tévez
Los primeros cinco minutos en el Juventus Stadium explicaron con precisión lo mucho que necesita el sistema de Ancelotti respetar ciertas sociedades, tanto el Pepe-Ramos como el Kroos-acompañante. De ello se aprovechó a la perfección el menudo argentino para crear la mayor de las confusiones que pudo sufrir Carletto durante el choque. Sergio como ‘4’, en posición de central izquierdo, a efectos tácticos y también prácticos, supondría un freno al juego entre líneas que el Apache ha demostrado durante toda la temporada merodeando a espaldas y costado del pivote zurdo rival. El sevillano ejerce como segundo puente blanco y de líder fijando la altura defensiva a Pepe. Marca la línea y encorseta la salida del rival protegiendo la espalda de Marcelo.
Kroos, muy desubicado en Turín, permitió a Carlitos recibir de Pirlo o Marchisio en numerosas ocasiones. La altura y dudas de Varane hicieron del Real un equipo largo, que concedía espacios continuos entre líneas, permitiendo la llegada del interior del lado contrario (presumiblemente estará Pogba por Sturaro) para hacer progresar y orientar la conducción de Tévez hacia zonas liberadas. Éste recibía el cuero, Morata tiraba una diagonal de timing milimétrico a la espalda de Varane con la que arrastraba a Pepe. La Juve generaba peligro. La movilidad y profundidad de la dupla turinesa sigue siendo la gran arma ante las debilidades defensivas de ciertas individualidades locales. Caen a las bandas, son tremendamente inteligentes, tienen técnica y también motor. De ahí que el Madrid deba subrayar su sistema y jerarquías. Ramos, de central, debería caer como agua de mayo.
danityla 13 mayo, 2015
No soy quién para juzgar la decisión de poner a Ramos de interior, pero a mí sí me daba más seguridad que los partidos en los que eran Illarra o Khedira los que por ahí andaban. Falló muchísimo en Turín, sí, pero es que siempre aparecía y lo intentaba. Mucha personalidad y eso en un campo de fútbol y en situaciones límite es clave. Por eso que hoy juegue en su posición es un beneficio, dará tensión a la defensa para que desaparezca esa llanura entre Kross y centrales y empujará a los del medio más arriba. Es un jugador superlativo, esto es así.
El partido en sí es todo lo dificil que puede ser una semifinal europea frente a un italiano. Mucho.