Pero tiene las ideas más claras de lo que aparenta. O, por lo menos, eso es lo que transmitió el primer partido de su nuevo Granada. Victoria a domicilio, consistente, con Youssef El-Arabi metiéndolos de dos en dos. El suculento retorno del marroquí a la punta de lanza del equipo fue el rasgo más distintivo del cambio de mando tras los fogones rojiblancos, pero no el único. A la renovada apuesta por el nueve de más copete de la plantilla, tan controvertido por su escasa determinación como indudable en cuanto al fútbol que calzan sus botas, se añadió la confianza en el también discutido Lass Bangoura, a la postre el verdadero motor del encuentro nazarí. Con Piti por detrás del punta y algún ajuste en el dibujo José Ramón Sandoval completó un 4-4-1-1 compacto en el que caben los mejores. Un menú sencillo y resultón.
Antes de afrontar su debut en Getafe el nuevo míster expresó sus prioridades: “Tenemos que cambiar el coeficiente de positividad”. Vaya, que tienen que ser más positivos, pero planteado a la manera críptica de José Ramón Sandoval, este entrenador de cuerpo rotundo y pinta de gerente de restaurante al que se ha confiado la compleja tarea de cocinar la salvación nazarí. Entusiasta de la aplicación de las nuevas tecnologías en la preparación futbolística, es un entrenador positivo y positivista. De oficio. De los que nacen en el aula y suben desde muy abajo. Que maneja métodos muy personales al tiempo que apuesta -asegura- por las charlas viscerales de toda la vida. Hace años se definió a si mismo como “una mezcla de Menotti, Valdano y Lillo”, un “bohemio-romántico” que al rato también reclamaba la herencia de Joaquín Caparrós. José Ramón Sandoval es un hombre complejo.
4 comentarios
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También hay que esperar, porque las primeras jornadas de Joaquín Caparrós y Abel Resino también fueron buenas. De hecho, es que ahí se concentran las pocas victorias del equipo.
Ayer a mí me gustó el Granada, sobre todo la primera media hora con Lass Bangoura estirando por la banda derecha, pero luego volvió a dejar sensación de ser excesivamente débil en campo propio. En ese sentido, la batalla seguramente sea cómo y cuánto balón pueden tener en los próximos partidos para alejar el sufrimiento. No hablo de posesión defensiva, pero sí de salir con continuidad y con peligro para evitar que el partido se juegue cerca de su área. Y en esto, El Arabi o Piti también serán muy importantes.
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El pase de Piti.
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hola
@el_comecocos 4 mayo, 2015
Por fin alguien que parece dar con la tecla en el equipo… Lástima que no llegara antes y nos quede tan poco tiempo para intentar la salvación