Aunque fueron Bravo, Piqué y Mascherano quienes siempre vieron todo de frente, no hay nadie más apropiado que Rakitic para detallar la evolución táctica del Barça de Luis Enrique. Al tratarse de la pieza más humilde de las titulares, sus funciones fueron, hablando brutamente, «las que sobraron» en cada momento. Por eso se hace tan interesante revivir la temporada a partir de su propia piel.
Rakitic huye de Messi. Es su rolGroso modo, Rakitic ha tenido dos sentidos. El primero, estilístico. Él es un mediapunta contragolpeador que ha suplido en el once a Xavi Hernández, quizá el futbolista más vinculado al ataque posicional de toda la historia de este deporte. Luego, en lo táctico, donde ahondaremos, cumplió el oscuro pero para Luis Enrique necesario rol de compensar a Messi. Ivan se ha pasado nueve meses huyendo de Leo como si el argentino hubiera encubado un virus mortal. Si Rakitic ha sido el correcaminos del Barça, Messi ha sido su coyote. Y como en los dibujos animados, siempre se escapó.
El primer Rakitic azulgrana que vimos parecía el Beckham croata.
Rakitic comenzó la temporada ocupando un puesto muy parecido al que tenía David Beckham en el Manchester United de finales de los 90. O sea, tan abierto como un extremo pero quedándose en la altura de los centrocampistas. Iniesta, en el perfil izquierdo, desempeñaba un papel idéntico. Varios motivos explicaban la estrategia. El troncal era Messi. Leo ejercía de mediapunta puro, como Riquelme o su idolatrado Aimar, y Luis Enrique abría a los interiores para crearle el máximo espacio posible en el centro y que apareciese con suma frecuencia. El hecho de Messi jugase tan lejos del arco hizo que los extremos se convirtiesen en delanteros, y en pos de mantener la profundidad, Alba y Alves se vistieron de «Neymar y Alexis». Iniesta y Rakitic, retrasados y abiertos como detallamos, cubrían sus espaldas.
Tan despejada disposición permitió al Barça imprimir un ritmo de juego impresionante que abrumó a cada rival humilde. Pero ni Luis Enrique creía en la fiabilidad defensiva de quien había encajado cero goles en ocho partidos. No había centro del campo. Tras encajar tres goles en París, cambió el sistema para el Bernabéu y ese fue su final.
El Messi más regateador y vertical dejó a Rakitic muy aislado.
El peor Ivan, el más centradoLa etapa más opaca para Rakitic sería la intermedia; la que trajo consigo la, seguramente, versión más individualista que recordemos del Barcelona. Consistió en que Neymar y Messi, abiertos como Overmars y Finidi en el Ajax de Van Gaal, regateasen a todo el que se le pusiera por delante en cada ataque intentado. El plan desvió al croata a una posición de interior clásico, y lo poco que tocó el balón entonces ayuda a comprender la naturaleza del juego desarrollado. Mascherano-Alba-Neymar y Piqué-Alves-Messi fueron las cadenas recurrentes. Ahora bien, en términos globales, no relacionamos simpleza con ineficacia. Aquel Barça fue imparable. Su traba, que quemó mucho al «10» y al «11».
Para Rakitic sería -es- más agradable la versión definitiva del Barça. El Barça de hoy, para alegría suya. Messi mantuvo su posición abierta pero la bajó a un lugar parecido al que el propio Ivan había ocupado en los meses de agosto y setiembre; y además, en vez de verticalizar en cada acción, Leo matizó su fútbol, lo pausó y, sobre todo, lo asoció. Dejó de buscar la portería contraria para acercarse a Iniesta y a Busquets. Pero sin olvidar sus obligaciones ofensivas. Al haber desarrollado un arma de largo alcance, su poderoso pase de rosca al segundo palo, podía alternar la templanza en la medular con aguijonazos hacia el frente del ataque. Un frente ofensivo que pasó a ser de Suárez y Neymar de forma constante y… de Rakitic de manera sorpresiva. Efectivamente, al volver Messi a pisar mucho más el carril central, Rakitic se vio forzado a dejárselo libre de nuevo, pero en esta ocasión no huiría hacia la banda, donde sus virtudes se difuminan, sino hacia delante, donde su pase de la muerte y su disparo martirizan al rival. Y en este punto estamos. En el mejor de la era Luis Enrique.
geryon 22 mayo, 2015
Por estas fechas empezó a sonar Rakitic para el RM. A mi me parecía el fichaje ideal no para reemplazar a Modric, pero si para gozar de alternativas que lo complementaran. Ambos croatas son estimulantemente vanguardistas, les encanta ganar terreno en cada balón y de haber gozado de su concurso el equipo de Ancelotti no se habría tenido que desfigurar por la baja de Luka, y Bale no habría caído en desgracia de cara a la galería.
Sin embargo, este "mediapunta contragolpeador" había completado en el Sevilla ya una temporada muy buena jugando una línea por detrás de su ascendiente natural, y aunque no logró una exitosa reconversión en mediocentro, fue el jugador que más juego abría desde atrás, y al mismo tiempo proporcionaba un volumen de trabajo defensivo estimable.
En el Barcelona no ha crecido como jugador, en mi opinión. Pero ha permitido que el equipo entero creciese sobre la base de maximizar el rendimiento colectivo de Messi. El rosarino ha sido la viga que partiendo desde la banda izquierda y cruzando en diagonal la línea de tres cuartos ha permitido que Suarez sea fijado en la punta, Neymar al otro lado de ese sostén e Iniesta como recurso paralelo un paso por detrás. El remache de esa viga ha sido Ivan, cuyo movimiento de balanza como bien describes ha permitido al equipo ganar equilibrio aun cuando Messi dejase espacios a sus espaldas y Alves subiese sin intención de retornar.
Termino con un semi off-topic: Visto lo visto, por todas estas y otras razones, el jugador para el Madrid debería ser Granit Xhaka.