Kiev recibió la vuelta de la semifinal confiando en su equipo. Otra cosa no, pero este Dnipro es de esos que siempre ponen la cara y de los que no parece rendirse nunca. Siempre compite más o menos bien. Hay veces en las que compite más que bien, como anoche ante el Napoli. El club ucraniano no necesitó más que un par de detalles para pasar prácticamente todas las rondas de la Europa League y ésta, ante los italianos, no fue la excepción. Boyko y Douglas habían sostenido al equipo en la ida, obsequiando a los de Markevych un valioso empate que, a la postre, otorgó a los suyos la manga ancha suficiente para afrontar el segundo partido de la forma en la que lo hicieron. Fueron superiores al Napoli en el computo global y por eso hoy están en la final.
Dnipro compitió mejor que el Napoli en la semifinal
Higuaín no tuvo acierto algunoEl Dnipro es uno de esos equipos que se alimenta de que en el partido no esté, aparentemente, pasando nada. Te van desgastando con el correr de los minutos, con cada choque, con cada falta, con cada balón rechazado. Durante la primera etapa, con un plan más protagonista con balón, los de Markevych cortaron el ritmo del partido, evitando que Napoli se sintiera cómodo y pudiera atacar con claridad, aprovechándose del sentido de obligación de los visitantes. Aun así, el equipo celeste del sur pudo colar dos ocasiones francas de gol que Boyko supo resolver bien. O que Higuaín falló. Lo mismo da. El argentino volvió a ser una de las fuentes principales del ataque napolitano, pero nuevamente demostró ser insuficiente y que su no idilio con las competiciones europeas lo persigue hasta en la Europa League. Más allá de esas dos acciones, el Dnipro estuvo realmente confortable con todo lo que pasaba. Tenía cerrado a cal y canto el carril central gracias a un estupendo trabajo de sus mediocampistas y lograba poner en aprietos a su rival con un muy insistente Seleznyov. Tenía todo atado.
En la segunda parte las toldas no cambiaron. El Napoli tenía la pelota, pero estaba obligado a circular por las bandas pues no había resquicio alguno por dentro. Acumuló centros y balones frontales que los zagueros del club ucraniano repelieron con facilidad. Además, los mejores minutos de Konoplyanka se dieron en el segundo lapso. El ’10’ rompía el ritmo del Napoli con conducciones precisas y cambios de ritmo pausados para luego girar la dirección del ataque de su equipo. Una y otra vez desbordó al Napoli haciendo la misma jugada hasta que hizo otra, se fue por fuera, centró un globito y Seleznyov se las ingenió para convertir esa pelota en gol. El resto del partido fue relativamente fácil. La dinámica se mantuvo y los de Benítez jamás desbordaron. Algo mejoró con el ingreso del siempre activo Mertens, y Boyko tuvo que trabajar bajo palos, mas no significó demasiado peligro. Nunca incomodaron de verdad a los locales que siguieron trabajando para que la ofensiva Napolitana siempre terminase en centros al área, situación en la que se sentían dominadores. De hecho, el Dnipro logró filtrar un par de contras incluso sin Konoplyanka en el campo y a nada estuvo de sentenciar la eliminatoria. La gestión de los minutos finales fue, sobre todo, inteligente. Actuaron con frialdad, sin nervios y obtuvieron el pase a la final sin necesidad de epicidades. El Sevilla espera.
hola 15 mayo, 2015
Tremendo el pelon del Dnipro, Kankava creo que se llama. Vaya partidazo se mando.