Simeone ha levantado dos paredes que el Madrid no se salta sin sudar. La primera, la Zona Fantasma, de éxito frecuente, y la segunda, más atrás, la protección de su propia portería, de visibilidad constante. Incluso cuando el equipo pierde metros y resulta territorialmente encerrado, su zaga logra que Ronaldo y sus esbirros le creen poquísimas ocasiones de gol. Rara vez más de cuatro o cinco. El método utilizado, pese a su difícil ejecución, tiene explicación ligera.
Bale por fuera le lastima pocoCuando el Real cruza la divisoria con la pelota controlada, el Atlético recula casi hasta su área y cierra sus once piezas sobre el carril central. O sea, regala las bandas. No es que le guste hacerlo, esto es la élite y ninguna concesión se realiza con placer, pero la prioridad, sin duda, estriba en que Ronaldo, Benzema, James, Modric, Isco y compañía no hagan daño entre líneas. Si de algún modo debe avanzar el Madrid, que sea desde los costados. Si se puede elegir, por el derecho (Carvajal-Bale).
El Real crea pocas ocasiones claras a través de centros al área.
Y si el Madrid acepta progresar por fuera, el Atlético se endurece. Para empezar, el esquema blanco no favorece el lanzamiento de centros de calidad. El asistente veloz -Bale- las pone a pie cambiado, y el natural, que es James, no suele alcanzar la línea de fondo. Continuando con el remate, los de Carlo cuentan con un solo especialista, Cristiano, que se mide a nada menos que tres, Miranda, Godín y Tiago Mendes. Más el portero. En última instancia, los rebotes pertenecen al Atleti; atesora más intensidad (Juanfran, Saúl, Gabi, Koke, etc) y se coloca con más astucia. Ronaldo puede marcar, siempre es una opción, pero dentro de todas las variantes, en la del centro-y-remate se topa con un sistema de altísima calidad. Por eso es la jugada que Simeone quiere defender.
Cholo induce al Real a centrarAunque se esgrime con frecuencia que el Real no derrocha talento para atacar por dentro, en la práctica acumula casi todo el que puede comprarse con Messi y Neymar fuera del mercado. Marcelo, Kroos, Modric, Isco, James, Benzema… la batería de virtuosos no desmerece a ningún reto. Si bien atacar por el centro es mucho menos asequible que por banda para cualquier equipo contra cualquier rival, cuando el Madrid se obsesiona con los centros laterales no puede escudarse en ninguna penuria. Lo hace porque quiere. O porque le falta carácter o confianza para desobedecer la instrucción de su adversario. Cabe la posibilidad de que esta noche no se produzca tal cosa. Su mejor futbolista, y uno de los que mejor interpreta el juego, está rebosante de energía y moral.
Ronaldo de segunda punta es mucho más que como «9» inmóvil.
Ronaldo es, incluso por delante de James, la principal dinamo de la movilidad blanca. Si él se menea, al resto no le queda otra que seguirle la corriente. Y cuando no se encuentra en su cénit, tiende a ejercer de delantero centro nato más de lo que le conviene. No usa el espacio del «9» como casilla de partida, sino como habitáculo fijo. En los últimos meses, especialmente tras el retorno de Modric, Cristiano ha vuelto a mostrarse por todas partes. Igual visita a Benzema, que a Marcelo que a Bale; pasando a ser su zona, por tanto, el entre líneas. Y al ser él el hombre más buscado por sus compañeros, si ocupa ese espacio en vez del área, el fútbol del Madrid se mezcla y se enriquece, obligando al contrario a tomar decisiones y no habituándolo a la defensa de una sola acción. Ronaldo es demasiado bueno. Que llegue al derbi tan bien debe crespar al Cholo.
El último precedente que contó con un Ronaldo pletórico fue el 1-2 del 14 de setiembre. Al tratarse de una victoria colchonera puede sonar chocante, pero desde que el Atlético volvió a ser grande, ha sido el choque donde más desbordado se ha visto por su enemigo. Una de las causas claves fue la caída del propio Cristiano a la banda derecha del Real, pegándose a Gareth Bale. La electricidad del número «7» provocó dudas y desequilibrios, le limpió la diagonal hacia dentro a su secundario y, sobre todo, le hizo quedarse a sí mismo varias veces en mano a mano contra un rival en el pico del área grande. Simeone no lo habrá olvidado. Por descontado, barajará la variante. Cómo intentará detenerla, si es que se produce, sólo lo sabremos tras verlo. La ayuda de Koke -volviendo- y Arda -basculando- se antoja requisito ineludible.
roumagg 14 abril, 2015
Ronaldo siempre le ha hecho muchísimo daño a Simeone cuando no se fijaba en el área. El 1-4 de la 11-12 y la ida del Bernabéu en la temporada siguiente son exhibiciones históricos. El último derbi de liga le pilló en un bajón físico y anímico que parece superado.
Muchísimas ganas de que empiece.