La historia de la interesante pero no brillante trayectoria de Guardiola en Múnich no se resume, ni mucho menos, en el 3-1 de Do Dragao. Sus fallos anteriores se habían distinguido casi siempre por la relativa insuficiencia técnica de su plantilla, en el sentido de que, contra los mejores, le faltaba precisión y ritmo en la circulación en pos de encontrar espacios, desordenar al otro y encontrar ventajas. Pero incluso en esas citas, la colocación y el movimiento de las piezas había rozado la perfección. Si se repasa el 1-0 del Bernabéu del año pasado, se descubre un conjunto tácticamente fantástico que terminó superado sólo porque sus jugadores no consiguieron dar los pases con la calidad que le exigió su rival. «Con estos futbolistas, si persiste en esta idea, Pep no puede dar más», se infirió. Una conclusión muy diferente a la dejada por la derrota ante el Porto. En Portugal, el Bayern fue un equipo mal dibujado al que su técnico no ofreció ventaja alguna.
La clave del partido de ida fue el pobre rendimiento bávaro.
El Bayern M se quitó espaciosPor resumirlo en una frase, el Bayern, en ataque, usó un único carril. El del centro. Las bandas no fueron utilizadas. Ni para progresar, ni para desbordar ni para distraer. Quaresma y Brahimi se bastaron con su concentración para anular a Rafinha y a Bernat mientras los otros nueve visitantes quedaban parados en la carretera del medio. Óliver y Herrera pudieron proteger a Casemiro sin confusiones y Lopetegui, cerrar a Danilo y a Alex Sandro para saturar más todavía la vía señalada. Así, todos los jugadores estaban juntos y quien tenía el balón, el Bayern, no disponía de espacios para hacer nada. El Porto, cuando lo recuperaba, sí. Los que había entre Alonso y los centrales y entre los mismos y el portero.
El Porto carece de especialistas defensivos de nivel contrastado.
Sin ánimo de desprestigiar la noche de Lopetegui, frenar al Bayern del último miércoles no revistió demasiada dificultad. Debido a su descrito y desequilibrado sistema ofensivo, el fútbol bávaro fue de una calidad excesivamente baja. Lo acontecido no sirvió para contrastar que el Porto posea nivel en defensa como para parar a un gigante. Y a tenor de lo que se había visto antes, no muchas cosas invitan a pensar que sí lo atesore. Sus centrales flojean, sus laterales –sostenes físicos del equipo- están sancionados, su mediocentro abandona la posición al mínimo engaño y su interior izquierdo va corto de fuelle y lectura. Y lo más decisivo, su identidad se diseñó para atacar, no para pasarse 90 minutos lidiando. Mentalmente, no están acostumbrados a ese desafío.
Sin Robben y con Ribéry, en el mejor de los casos, fuera de forma, Guardiola seguirá sin contar con sus dos extremos más puros, pero… ¿cuándo ha necesitado Pep un perfil determinado para abrir el campo y crear espacio por dentro? Si un entrenador ha mostrado imaginación para equilibrar sistemas ofensivos con cualquier tipo de atacante, ése ha sido el catalán. Los mejores partidos de Thiago en su Barcelona, por ejemplo, fueron como interior muy abierto, casi pegado a la banda. Por otro lado, con la dupla de puntas que empleó en Portugal, ya vimos a Lewandowski y Müller abrirse como extremos hace escasas semanas, dejando el centro vacío, sin referencia. El plantel del Bayern no tiene a Ander, Modric y Verratti, ejemplos de medios que Guardiola requeriría para hacer su fútbol con garantías, pero soluciones para activar las bandas y, por ende, activar el juego le sobran como a muy pocos. Y si el Allianz exige al Porto, clasificarse será una opción real.
trocko79 21 abril, 2015
Un Bayern al 100% es muy capaz de pasar, pero con las bajas y sus ultimos partidos no le veo tantas opciones, pueden hacer 2 o 3 goles pero no son solidos en defensa y el Porto con poco va a tener opciones de marcar y ya vimos el otro dia que tiene pegada.