Con su pierna izquierda, Marcelo pinta cuadros. En su innegable condición de genio, el brasileño diseña jugadas inconcebibles en la mente de cualquier lateral actual. Sus rasgos principales son la imaginación y el regate. Marcelo desborda al oponente desde su zona exterior, algo que ante el Atlético de Madrid vale oro. Neymar y Messi demostraron que no hay mejor fórmula contra los de Simeone que ser creativos cerca de la banda.
Tomemos como ejemplo la primera parte del encuentro de hace una semana. La calidad del fútbol del Real Madrid metió atrás al Atleti, un escenario que, imaginamos, será el más constante esta noche en el Santiago Bernabéu. En esas situaciones, Marcelo ocupa una posición peculiar: es el jugador madridista más abierto y adelantado en ese sector. El interior izquierdo (James/Isco) se sitúa por detrás del lateral y el extremo (Cristiano) se disfraza de segundo delantero, yéndose al centro. Miremos ahora las consecuencias de todo esto.
Lo de Marcelo no es reproducible por Coentrao. Cambiarán cosas
La virtud soberana de Marcelo es que no la pierde en casi ninguna circunstancia. Su habilidad le permite guardar la pelota bajo presión, por exigente que esta sea. La “huida” de Cristiano de la banda deja a Marcelo en un dos contra uno ante Juanfran y Arda (lateral y extremo) pero el Atleti no se plantea el robo inmediato porque conoce a Marcelo. Desde este punto, el Madrid edifica un “triángulo de control” muy sencillo de explicar pero difícil de parar.
El interior izquierdo, marcado solo por su par (Gabi) gracias al «imán Marcelo», puede elegir entre esperar pacientemente atrás –pase de seguridad– o doblar por fuera. Isco suele preferir la primera opción, mientras que James es más de moverse. Del medio llegará entonces la ayuda de un punta, que puede ser Cristiano pero a menudo es Benzema –otro mago–. El Real junta así a tres que no la perderán y que son felices revoloteando sobre el balón. En ese escenario de movilidad, los quiebros de Marcelo se hacen mucho más imparables ya que el adversario, que persigue, no está quieto y asentado.
En resumen, Marcelo es el vértice clave del mecanismo. Con su pausa, calidad y regate, permite tanto el control del juego como el posterior desborde al rival. Con Fabio Coentrao, confirmado como titular por Ancelotti, el Madrid será diferente.
Coentrao podría ser importante ante la gran virtud colchonera
Como decíamos, ni Coentrao puede ser Marcelo ni el Real, con bajas muy relevantes, será el de la ida. Lo que es seguro es que el perfil izquierdo madridista cambiará. Coentrao no tiene ese talento para atraer marcas con su mera presencia ni tanto dribbling, así que es factible que veamos más salidas de Cristiano a la banda para desbordar (y más sin Bale abriendo el campo en el lado contrario). Lo positivo: el luso anda fino en ese regate; con gran frecuencia logra poner el centro tras encarar. ¿Lo negativo? Que se reduce su incomparable amenaza en el área. Al remate contra Godín y Miranda quedaría eso sí Chicharito, más hábil que Benzema en esos asuntos.
Frustrado el «triángulo de control«, se espera un Atlético más capaz tanto de contragolpear como de atacar más arriba. Es aquí donde Coentrao se legitima. Si el portugués ofrece su mejor cara, pocos más aptos que él para no ceder un metro. De hecho, se sucedió en el choque del Calderón una jugada donde Fabio puede suponer un plus. De espaldas y girando como una peonza, Arda Turan mareó a Marcelo. En realidad lo hace con todo el mundo. Su facilidad para ejercer de equilibrista sobre la cal resulta imparable, y es a través de dicha habilidad como suele avanzar el Atleti. Esa acción solo puede detenerse con fricción y energía, y Coentrao es de esos. Su competitividad en noches así es un aval tan grande que suaviza incluso una baja hoy terrorífica como la de Marcelo.
Abel Rojas 22 abril, 2015
Que el Madrid pierde sin Marcelo está claro y ya ha explicado David por cuántos sitios, que son muchos. Así que yo intentaré aportar algo distinto: a lo largo de esta temporada he ido entendiendo que Marcelo no lee nada bien el juego. Carece de empatía, no sabe qué le pasa a sus compañeros ni qué sienten sus rivales. No ejerce una lectura sobre el fútbol, no analiza lo que pasa. Un ejemplo es cuando le da por centrar como si ni hubiera un mañana rompiendo el ritmo del ataque blanco como hacía Di María. Marcelo suma -y cuánto…- porque es un genio creativo, uno de los futbolistas con más facilidad de la Champions para marcar diferencias individualmente, y porque a nivel asociativo da la réplica a lo que se le pida, pero ante un Atlético, que es un reto defensivo sesudo, a veces se confunde. No siempre tiene el impacto que, por su talento y calidad, debería tener. Y creo que es porque no analiza lo que pasa. Funciona a impulsos.
Lógicamente, aun así, su aporte ofensivo es muy superior al de Coentrao y, quizá, o sin el quizá, al de cualquier lateral zurdo que se nos ocurra. Pero quería comentar este detalle. Con la desaparición de Di María y la llegada de tanta comprensión del juego al once blanco -Kroos, James-, esto de Marcelo me viene cantando.