La figura de Arsène Wenger centra tantos debates como uno sea capaz de imaginar. Sin querer entrar en ninguno de ellos, pero tampoco obviarlos, resulta interesante echar un ojo a la relación que está manteniendo el Arsenal con la Champions League desde que el entrenador alsaciano llegara en septiembre de 1996.
«Manteniendo». Aquí está la primera clave. Aunque es habitual que se infravalore o minimice, uno de los grandes éxitos de la gestión Wenger ha sido convertir al Arsenal en un absoluto fijo de la máxima competición europea. Desde la temporada 1998/1999, el conjunto londinense ha estado presente curso tras curso. Sin excepción: 17 años de forma consecutiva. Un dato que, actualmente, sólo mejora el Real Madrid (18) y que supera con creces al de históricos como Barcelona (11), Bayern Munich (7) o Juventus (6). Este hecho pone de manifiesto la brutal regularidad que ha logrado alcanzar el Arsenal con Arsène Wenger, más elogiable si cabe si la situamos en la competitiva Premier y recordamos la construcción del Emirates.
Wenger sólo ha ganado 8 de 20 eliminatoriasPero, ¿esto es suficiente? Desde que en la edición del 2003 se consolidara el actual formato de competición, los gunners han estado siempre entre los 16 mejores equipos de Europa. El mínimo exigible, estando ya clasificados y analizándolo desde una perspectiva global nada concreta, Wenger lo ha vuelto a cumplir con puntualidad británica. Sin embargo, una vez llegados a los cruces, al emocionante «win or go home», el balance del técnico francés sí que deja un poco frío: ha pasado únicamente en 8 de las 20 eliminatorias disputadas (40%). ¿A qué se debe esto? ¿Por qué el Arsenal sólo ha estado dos veces entre los cuatro mejores del continente? ¿Tan duros han ido siendo sus cruces? ¿Se les han atragantado rivales «menores»? A primera vista, evidentemente, el balance resulta algo pobre. El club del norte de Londres no está obligado a pelear año tras año por el título, quizás ni tan siquiera a ser uno de los outsiders, pero eso no quita que este dato empañe la relación de Wenger con la Champions. De ahí que haya que tratar, o al menos intentar, de responder a algunas de las preguntas previas.
PSV (2007) y Chelsea (2004), los dos grandes chascos.
En estas 17 participaciones consecutivas del Arsenal, el equipo de Wenger ha sido derrotado por el futuro campeón en tres ocasiones (Barcelona 2006, Barcelona 2011 y Bayern 2013) y dos por el a la postre finalista (Valencia 2001 y Manchester 2009). Además, en los últimos años, se ha topado varias veces ante Leo Messi, Pep Guardiola o Arjen Robben. Hasta ahí podemos concluir que, en realidad, al menos recientemente, los gunners han caído cuando les tocaba. Pero, aprovechando el cruce de hoy ante el Mónaco de Leonardo Jardim, cambiemos el sentido de la pregunta: ¿cuándo ha sido derrotado por un equipo de, a priori, menor talla, potencial o nivel? La respuesta, centrándonos sólo en eliminatorias, es dos.
El PSV de Alex y Ronald Koeman les sorprendióLa última -y más sorprendente- se produjo ante el PSV Eindhoven de Ronald Koeman en la 2006/2007. El conjunto holandés ganaría aquel año su tercera Eredivisie seguida, logrando consolidar así un dominio que había comenzado Hiddink gracias al regreso de Cocu y la aparición de futbolistas como Alex, Afellay, Koné y Farfan. Precisamente, dos años antes, acompañados por Park Ji-Sung o Van Bommel, los de Eindhoven habían llegado a las semifinales de la Champions. Sin embargo, pese a todo esto, nadie esperaba que lograra eliminar a un Arsenal que venía de ser finalista, que tenía factor campo y que contaba con Thierry Henry, reciente Balón de Bronce. En la ida, Wenger juntó a Adebayor con «Titi», pero Heurelho Gomes se impuso a ambos y, con un arranque apabullante tras el descanso, Koné hizo lo propio con la zaga gunner para dejar un valioso 1-0 en el marcador final. Un resultado que un Arsenal sin Rosicky, van Persie y sin el 50% de Henry, no pudo remontar ante un colosal Alex, que además de cerrar su área marcó el definitivo 1-1 en el minuto 83. «Es una gran decepción para nosotros. Ha sido una noche cruel. Tuvimos ocasiones para marcar en la segunda mitad y no las aprovechamos», declaró Wenger.
Pero para cruel, para dolorosa, la derrota en los cuartos de final de la 2003/2004 ante el Chelsea de Claudio Ranieri. «La decepción del Arsenal anoche fue difícil de disimular», así comenzaba su crónica el prestigioso «The Guardian». Una decepción fruto de la derrota ante los vecinos, que todavía no eran la potencia futbolística que son hoy en día, pero sobre todo por la inmejorable oportunidad perdida. No sólo porque aquel Arsenal pasaría a la historia conocido como «The Invencibles», sino porque en aquella ronda habían caído los otros dos grandes candidatos: el Real Madrid y el AC Milan. Además, el desarrollo había sido óptimo. En la ida, con el gol de Pirès, sacaron un valioso 1-1 de Stamford Bridge. El Arsenal había podido llevarse un botín mayor, pues controló y generó más peligro, pero era un buen resultado. Y más tras el 1-0 de Reyes en el 45′ del partido de vuelta. Los locales volvían a ser mejores, con un Vieira dominante, pero con todo a favor emergió la figura de Frank Lampard. Y la del miedo a perder. Cada uno marcó un gol. El último, en el minuto 87. Así, en el bello Highbury, el Chelsea acabaría con una racha de nueve años sin ganar al Arsenal. No lo habían hecho en aquella Premier, de hecho perdieron ambos partidos, pero en el día clave le arrebataron a Wenger la Champions donde más favorito llegó a ser.
En cuatro ocasiones batió a un equipo, a priori, «inferior».
Tratados estos dos ejemplos aislados ante equipos que, al menos en ese momento, tenían de forma unánime menos opciones, parece más lógico -y menos pobre- el balance de Wenger. Cierto es que tampoco ha dado ninguna gran campanada y que sus triunfos más meritorios se concentran en el año en el que fueron finalistas (05/06, ante Madrid & Juventus), pero generalmente ha hecho buenos los pronósticos. Fueran negativos o positivos. Mismamente, al margen de los duelos ante PSV y Chelsea, su Arsenal sí logró imponerse al Celta de Vigo (octavos 2004), el Villarreal (semifinales 2006 y cuartos 2009) y Porto (octavos 2010). Buenos equipos, trabajados y sólidos, que por momento y caché recuerdan a este Mónaco. El objetivo de Jardim está claro: ser el PSV de Koeman. El de Wenger, que como casi siempre parece tener más que perder que ganar, también: lograr que por séptima vez su Arsenal sea uno de los ocho elegidos de la Champions League. Y allí, que sea lo que el bombo quiera.
David R. 25 febrero, 2015
Dejando de lado mi fanatismo personal por el Arsenal, esta edición de la Champions me parece que es la más optimista para el Arsenal desde hace tiempo.
Es decir, suponiendo que el Arsenal elimine al Mónaco: ¿sería el equipo de Wenger un rival tan cómodo o "fácil" para cualquiera al que le toque en el sorteo? ¿El Real Madrid, Barcelona o Bayern podrían estar tranquilos?
Creo que teniendo a Ozil, Alexis Sanchez, Walcott, Cazorla, etc. el Arsenal bien podría entrar en una dinámica positiva en Champions y llegar a cuartos de final, por ejemplo.
Me parece que este Arsenal tiene mucho potencial y que -por primera vez desde hace mucho tiempo- va a alcanzar el potencial de la plantilla que tiene.